Creo fundamental y prioritario blindar el régimen democrático para protegerlo de los usurpadores de la libertad. ¡Si, cojones, a pesar de que esto suena muy antidemocrático y poco políticamente correcto!
Todos conocemos los terribles efectos de los sistemas totalitarios, sin embargo el populismo y la demagogia centrada en el cuento de la redistribución de la riqueza sigue siendo muy atrayente para la población hasta el punto de anestesiarles en un falso sueño de prosperidad. El populismo de derechas o de izquierdas siempre es demasiado intoxicante para el pueblo; con frecuencia podemos observar como las masas caen a los pies del primer iluminado que llega arropado en una ideología redentora.
Así vemos que gobiernos opresores muchas veces son el resultado de elecciones democráticas ganadas con grandes dosis de demagogia y populismo, y una democracia opresora no resulta menos abusiva que una dictadura, sólo que su despotismo suele ser menos visible.
¿Qué ocurriría si una mayoría de ciudadanos, empujados por una embrollada mezcolanza de ignorancia, desesperación, desilusión y animadversión, votara en unas elecciones a un candidato cuyo programa electoral anunciara que acabará con algunos de los principios básicos de funcionamiento de una democracia? ¿Debemos respetar esa decisión y asumirla como válida?
¿Qué debemos hacer con los partidos antidemocráticos?, porque la democracia no sería democracia si ellos no pudieran ejercerla también.
Un ejemplo sería el PCE. Como todos sabemos significa Partido Comunista Español y la historia nos confirma lo que ha hecho el comunismo por la humanidad. Algunos de Izquierda Unida diréis que el comunismo no funcionó en la antigua Unión Soviética y otros países del Pacto de Varsovia porque no era puro. Me pregunto, ¿si no siendo puro asesinaron a millones de disidentes y dejaron miseria por doquier, que pasará cuando adquiera esa pureza? ¿Que blindaje democrático debemos fabricar contra este tipo de partidos cuya trayectoria, una vez conseguido el poder, es el totalitarismo?.
En la práctica política podemos observar que algunos partidos de tendencia totalitaria han disfrutado y disfrutan de las libertades democráticas, pero está claro que para ellos dichas libertades resultan aceptables sólo en cuanto estén en la oposición, pues si ostentaran el poder y aplicaran sus ideologías, la democracia naufragaría.
Dicho de otra forma, la democracia descansa en el supuesto de que la mayoría de los ciudadanos no votará a un partido contrario a las libertades; y normalmente así ha ocurrido pero no siempre. El nacionalsocialista Hitler obtuvo el poder democráticamente afirmando que no iba a eliminar la Constitución, sino a interpretarla de manera más “profunda”. Lo mismo está ocurriendo actualmente en Latinoamérica con gobiernos pseudodemocráticos que dicen representar al pueblo y llegados al poder por medios democráticos comienzan rápidamente el proceso de demolición del sistema de libertades.
Lo que he expuesto me parece merecedor de la más seria reflexión: ¿Cómo reaccionar ante los partidos no democráticos, y por tanto, como evitar el potencial peligro de destrucción del sistema de libertades en una democracia?
Tampoco olvidemos que el poder en manos de un partido antidemocrático no es el único peligro. Un partido moderado o de centro puede dejar de serlo una vez en el poder, puesto que con el ansia de perpetuarse en el gobierno vulnerará derechos y libertades básicas. Es algo propio del sistema de representación a través de partidos políticos parasitarios en los que se integran normalmente tipos mediocres cuyos únicos intereses son medrar en política.
Leído esto, muchos aficionados al sistema de libertades públicas pensaréis que no soy muy demócrata.
Tomad nota:
Yo no entro en estado de frenesí con la palabra democracia porque ésta no significa nada si no hay libertad. ¡Esta última palabra es la que verdaderamente me motiva!
¡Yo también soy demócrata pero no gilipollas!. No vivimos en un paraíso de felicidad y amor fraternal, en el que todos somos bondadosos y respetamos las libertades del prójimo. La realidad es distinta porque hay muchos cabronazos que sueñan en crear una sociedad a su antojo.
Esos indeseables empapados de ideologías enfocadas a crear un hombre nuevo, una nueva sociedad a capricho conviven con nosotros así como sus gañanes palmeros y no dudarán en parapetarse en el sistema democrático para, una vez alcanzado el poder absoluto, desmantelar el régimen de libertades.
Necesitamos blindar el régimen democrático para asegurar la supervivencia de las libertades básicas de los ciudadanos. El blindaje es fundamental para garantizar que el sistema político menos malo hasta hoy conocido, pueda perdurar en su esencia a lo largo del tiempo.
Es obvio que lo que tenemos que garantizar es la libertad, el sistema político es secundario, lo importante es el fondo y no las formas. De nada sirve la tambaleante y viciada democracia actual o la democracia en la que soñáis algunos aficionados si las libertades pasan a un segundo plano. No se trata de garantizar la elección de un presidente u otro en un entorno multipartidista o modificar parte de la Constitución, sino que quien sea candidato crea realmente en el sistema democrático y en las libertades del ciudadano.
Actualmente, con el elevado nivel de irresponsabilidad política del pueblo español nadie os garantiza que no sea elegido un Presidente de gobierno cuyas pretensiones sean tiranizar al pueblo.
http://www.lodicecincinato.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario