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domingo, 20 de noviembre de 2011

Voto Cautivo





Algunos descerebrados afirman que el comunismo genera pobreza; sin embargo se contradicen al comentar que el socialismo no crea pobreza. Como si fueran sistemas totalmente diferentes. La ignorancia es mala y lo deberían saber. A un perro, aunque le cambies de collar sigue siendo el mismo perro.

Es más, uno de esos descerebrados me comentó un día lo siguiente:  “……..el mercado esclaviza al pueblo con déficit público…”. A parte de ignorar qué es el mercado,  enemigo ficticio predilecto de todo zopenco ideológico,  deberían  saber que el déficit público del Estado, generador de deuda, sólo lo crean los políticos populistas e intervencionistas, ya sean socialistas de derechas o de izquierdas.

Un ejemplo fue el presidente socialista español, ese manirroto llamado Zapatero que, durante dos legislaturas, endeudó a los españoles hasta las cejas para pagar políticas que le hacían ganar votos garantizándose así seguir medrando en el poder. El futuro del país le ha importado una mierda.  Sólo ha vivido para enquistarse en el gobierno él y los suyos. Sin embargo el movimiento de ilusos indignados “Democracia Real Ya” sale a la calle ahora, cuando todo está perdido y el país en quiebra técnica. ¿Dónde estabais hace 7 años cuando unos pocos ya veíamos que Zapatero llevaba a los españoles al abismo con sus políticas necrófilas, sectarias y liberticidas? ¡Ahora os echáis a la calle cuando ya no queda pasta para callaros con el timo del Estado de Bienestar!

El Estado del Bienestar es como un somnífero que los gobernantes populistas suministran a sus vasallos para captar su voto en las elecciones. El Estado del Bienestar no es otra cosa que la devolución, en forma de falsa dádiva,  de un “pedacito” de la riqueza que, con antelación, se ha sustraído a los ciudadanos más trabajadores, más ahorradores o más emprendedores.

España constituye un ejemplo clarificador de adonde nos aboca el
Estado del Bienestar. Sabemos que a una cantidad de desempleados, cada vez más numerosa, se les viene garantizando un subsidio mísero en base a la redistribución de la riqueza que, cuando estaban en activo y consumían, se les expropió durante años vía impuestos.

Para que el ejército de parados siga subsidiado es preciso incrementar la fiscalidad a los que tengan aún la suerte de conservar su trabajo o a los emprendedores que mantengan a duras penas sus empresas. Éstos últimos cuando no aguantan más la cierran y sus trabajadores quedan en situación de desempleo.

Así todos pasan a formar parte de ese terrible ejército de parados perceptores de subsidio. Así se retroalimenta el proceso en un círculo vicioso cada vez más descomunal e insostenible. Aquí es dónde el socialismo alcanza su objetivo: igualarnos a todos, pero en el grado de miseria y dependencia.

En un sistema de economía de mercado puedes mejorar con talento y esfuerzo, mientras que bajo el socialismo sólo puedes prosperar empleando la infamia. Es necesario más Libertad del individuo y menos Estado. Más iniciativa privada y menos intervencionismo público. Todo lo contrario a lo que reivindican los extasiados con el movimiento de indignados 15M o Spanish Revolution.

La única forma posible que tiene la gente con menos recursos económicos para mejorar su situación es a través de ese MERCADO tan injustamente odiado, es decir, garantizando más libertad a las relaciones sociales entre los ciudadanos para que se generen nuevas iniciativas de negocio y nuevos proyectos empresariales, cuyo resultado siempre es el aumento de nuevas oportunidades de trabajo, así como una mayor oferta de bienes y servicios para toda la sociedad; no sólo para los más pudientes, como ocurre con el socialismo.

Pero este objetivo es imposible alcanzarlo si existe un Estado, en manos de una casta política parasitaria, populista y perversa que interviene, presiona fiscalmente y utiliza la coacción sistemática para someter a los ciudadanos. Desgraciadamente el socialismo nunca abandonará esas armas tan poderosas,  puesto que en ese caso reconocería su fracaso y el error intelectual que constituye su ideología.

Una pregunta, ¿si no fuera por el mercado y la globalización, cómo cojones habrían tenido esa chusma de indignados liberticidas del 15M o Spanish Revolution que acamparon en la Puerta del Sol de Madrid, tiendas de campaña de calidad y bajo precio como las que vende la multinacional DECATHLON? ¿Porqué no se montaron unas chabolas con cañizo y troncos? ¿Y los generadores y ordenadores portátiles que utilizaron para tener electricidad y estar informados a tiempo real respectivamente? ¿Acaso no es el mercado quien los fabrica y comercializa? ¿Porqué no se van a una cueva e intentan vivir sin economía de mercado? Mejor, ¿Porqué no se marchan a Cuba dónde su tan odiado MERCADO brilla por su ausencia?

Existen en España dos regiones que demuestran como el sistema socialista ha causado mayor miseria y subdesarrollo. Son Andalucía y Extremadura.

¿Cómo es posible que en dichas regiones, en las que han gobernado sólo políticos socialistas desde que se constituyeron como Comunidad Autónoma hace más de 30 años, figuran en la cola de nivel de renta, pero en los primeros puestos en el índice de subdesarrollo y desempleo; a pesar de las ingentes ayudas recibidas del resto de comunidades autónomas y fondos para el desarrollo de la Unión Europea?

Lo que ha sucedido en Andalucía y Extremadura no es sólo el resultado de las ineptitudes de su casta política socialista corrupta, perversa, manirrota y parasitaria que también; sino la consecuencia inevitable de llevar a la práctica una ideología que daña la armonía social, genera miseria y corrompe a la gente.

Esas regiones españolas que fueron condenadas al fracaso social son el reflejo del daño que puede hacer el socialismo a un pueblo. Un pueblo subsidiado que siempre ha votado para no perder el subsidio o para que, “con toa la jeta del mundo” coloquen a la familia en una empresa pública. Un pueblo que fue controlado, manipulado y alienado para que el socialismo, que se constituyó en la nueva aristocracia de color rojo, pudiera seguir medrando en el poder de forma vitalicia. Sin embargo, la gallina de los huevos de oro se murió. Con eso no contaban esos “hijos de ....... su madre”.






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sábado, 24 de abril de 2010

No necesitamos un Estado mastodonte


Es frecuente que el típico pseudoprogre liberticida me formule la siguiente pregunta:

¿Sin Estado con que construyes hospitales que no son rentables para la iniciativa privada?

Mi respuesta es la siguiente:

La lógica nos dice que si no son rentables es porque no se utilizan o su utilidad es desproporcionada a los medios económicos que se invierten, dinero que podría destinarse a otros fines de mayor uso; sin olvidarnos que es el propio contribuyente quien sabe emplear mejor su dinero. No todos somos gilipollas, algunos no necesitamos a nadie que administre nuestra pasta por nosotros.

Entonces, si no se utilizan para que demonios vas a construirlos, sobre todo con el dinero de otro. A eso se llama robar por intereses personales o de partido.

¡Ya se, ya sé!. No nos podemos olvidar de aquel pobre niño diabético que vive aislado en una montaña. ¡Dios mío! ¿Cómo la sociedad va a abandonarle?.

Pues nada, al típico iluminado pseudoprogre que gobierne, tan buenista y demagogo, sobre todo con la intención de ganar las próximas elecciones, siempre decidirá gastar un dineral para crear una Dirección General, dependiente del Ministerio de Obras Públicas, cuyo nombre podría ser D.G. de Infraestructuras Ruinosas de Montaña, con su director general, subdirectores y los tropecientos asesores correspondientes, todos nombrados a dedo “of course”. Se necesitarán también muchos funcionarios, si son del partido mejor, así son más leales y palmeros. Todo ello con el objeto de construirle a esa desgraciada familia un centro hospitalario cercano con toda su plantilla y dotaciones.

No nos olvidemos de construir una carretera, con puentes y túneles incluidos para que se pueda acceder al hospital; y si ponemos una línea ferroviaria mucho mejor, de esta forma damos opción a los que quieren utilizar el transporte público ¿Y porqué no un aeropuerto inútil como el de Ciudad Real (Spain)?, ¡así la desgraciada familia podrá coger sus vuelos cerca de casa para irse de vacaciones a Cancún!.

¡Que bonito es todo! Esa familia perdida en la agreste montaña, los pseudoprogres, los amiguetes con los que se contrata la obra pública y el demagogo de turno que gobierna estarán felices gracias a los mentecatos que pagan coactivamente sus impuestos.

¿No sería más fácil que dicha familia se vaya a vivir a la ciudad para poder elegir libremente entre los recursos sanitarios públicos o de iniciativa privada que se ofrecen?.

¡ Bueno, si no estás de acuerdo tú y muchos pseudoprogres como tú, siempre podéis donar la mitad de vuestro sueldo con la intención de construir hospitales en lugares poco rentables para la jodida iniciativa privada, así podréis dormir con la conciencia tranquila sin necesidad de recurrir al dinero de otros !.

Los enemigos de la libertad rechazáis la privatización porque en realidad apreciáis la coacción política y, en la privatización, veis con temeridad el ingrediente básico de la sociedad abierta: la libertad de los ciudadanos. Se os llena la boca con el Estado de bienestar, con la necesaria dependencia del Estado; pero todo eso no es más que la institucionalización del parasitismo, camuflado en el sueño de la solidaridad obligatoria y el falso progreso social utilizando el dinero de otro. Un parásito siempre intentará engañar a su huésped para no ser detectado y eliminado. A veces lo consigue. Incluso le hace creer que resulta beneficioso para su supervivencia.

No debemos olvidar que un servicio privado, y esto está demostrado, ofrece siempre mayor calidad a menor coste porque está mejor gestionado que los servicios públicos. Existe un dicho famoso que nos ilustra esto: “lo que es del común es de ningún”.

Recordemos al exministro de sanidad socialista, don Bernat Soria que aseguró que la sanidad en España, el más esencial de los servicios públicos, es universal y “gratuito".

¿Gratis?, ¡ y un carajo! Cada año los ciudadanos son forzados por el Estado a pagar más y más pasta para la sanidad, que según el exministro es falsamente gratuita. Menudo engañabobos está hecho. Pero, ¿podemos denunciar este robo y decidir donde gastar el fruto de nuestro trabajo? No, eso es imposible dirán los pseudoprogres liebrticidas, porque en ese caso nos inclinaríamos a favor de la libertad y no interesa que las masas tengan libertad puesto que sería difícil dominarlas.

Proclamaba el socialista Soria que la coacción es siempre bienvenida, porque la sanidad pública “no tiene precio”. Recordemos también como otra iluminada de su calaña, la mediocre exministra socialista egabrense, salió a escena afirmando que el dinero público no era de nadie. ¡Que cara tienen estos amantes del dinero ajeno!.

Reflexionemos con relación a la educación pública. Su función será acabar con el analfabetismo posibilitando que todo el mundo pueda formarse lo mejor posible para ser capaz, en el futuro, de sostenerse por sí mismo. Sin embargo, la ausencia de incentivos impide con frecuencia que la educación que se ofrece desde el sector público sea de calidad; impidiendo alcanzar dicho fin.

Pocos maestros funcionarios se esfuerzan, o bien, pocos directores funcionarios de escuela pública evitan enfrentarse con los docentes (la mayoría integrados en sindicatos sectarios) y exigirles resultados. Ellos saben que al final se esfuercen o no, a todos, les van a pagar lo mismo. Además está el problema del mangoneo político de la enseñanza. Me refiero a la manipulación de los alumnos por el gobierno de turno, ya sean gobiernos socialistas de derechas o gobiernos socialistas de izquierdas.

Los socialistas de todo color suelen desvirtuar por completo el concepto de lo social, que en vez de ser el producto de relaciones espontáneas, altruistas y voluntarias entre individuos libres se transforma en burocratización estatista establecida mediante la coacción.

Los ciudadanos deben exigir menos Estado y más libertad para ser responsables de sus vidas, sin que papá Estado se dedique a la fatal arrogancia de saber mejor que nosotros mismos lo que nos conviene.


http://tu.tv/videos/el-estado-somos-todos-y-un-carajo-


www.lodicecincinato.blogspot.com