Hoy publica Libertad Digital un magnífico artículo de D. Manuel Llamas en el que expone con clarividencia que somos un cuarto más pobres hoy que en 2007. En la calle se palpa: negocios cerrados, locales y pisos en alquiler y venta ( que ni se alquilan ni se venden), en los centro comerciales se ve gente, pero sin bolsas: síntoma de que se pasea a ver qué hay pero se compra poco. Los grandes centro comerciales a la hora de la comida se vacían, la gente no se queda en los restaurantes o bares a almorzar, va a casa. En el ambiente se palpa que somos más pobres, pero M. Llamas nos lo ha explicado perfectamente y recomiendo su lectura tranquila y analítica.
Pero el problema no es sólo, que no es poco, que seamos más pobres, sino lo que nos espera por delante. El Sr. Zapatero ha impulsado ( bueno él no lo ha impulsado, se ha visto obligado más bien) una serie de medidas que golpearán aún más a las esquilmadas clases medias ( clases trabajadoras y pequeños empresarios) y sin embargo no solucionarán, ni de lejos, el fondo del problema.
Nos esperan meses muy, pero que muy duros. Diría que la crisis no ha hecho más que empezar. Que lo que llevamos no es más que (siguiendo la comparación maravillosa que hace el Profesor Jesús Huerta de Soto) una resaca encubierta con otra borrachera, pero llega el momento en el que no tenemos más dinero en el bolsillo y no podemos seguir bebiendo para enmascarar el problema: que estamos de alcohol hasta arriba. Ahora cuando dejemos de beber alcohol la resaca va a surgir inevitablemente. En román paladino: en el verano, más o menos, vamos a ver los efectos reales de la crisis que se han estado intentando ocultar y va a caer la de "dios" ( y perdón).
Me aventuro a pronosticar que el desempleo llegará fácilmente a los cinco millones y medio, si no más, al final de año. Que más de dos millones de familias no recibirán prestación alguna. Que habrá cierres de empresas por doquier. Que las grandes constructoras se van a ver, ahora sí, abocadas a lidiar con la crisis. Que los Bancos dejarán de dar las pequeñas gotas que caían del grifo cerrado ya hace meses. Que las Cajas se fusionarán y costará una millonada a costa del contribuyente, esquilmado por impuestos, multas, tasas y demás robos legales del Estado. Las empresas y familias que hasta ahora están aguantando se verán, en una muy buena parte, a tirar la toalla, dado que habrán acabado con sus ahorros y serán cerradas o despedidas, respectivamente.
Las nubes llegaron hace un tiempo, han soltado agua, rayos y truenos, pero no es más que el anuncio del tifón que está a punto de llegar. La borrachera ha sido muy gorda y la resaca va a ser para que se nos quite el sueño. Y lo peor es que cuando todo haya pasado la economía española no se parecerá en nada, no ya a la que dejó Aznar en el 2003, sino a la que cogió en el 96. Me temo que estaremos en situación de país tercermundista, con una economía sumergida inmensa por necesidad para sobrevivir y con un Estado hecho añicos sino en quiebra. Además la situación, me temo, se prolongará durante bastantes años, estancados a la japonesa, pero con unos índices de paro de miedo.
El proceso comenzó hace más de cinco años. Muchos nos lo veíamos venir, intentamos zanjar deudas, evitar ciertas empresas, ahorrar, etc., pero la situación es de tal tamaño que a la mayoría ( me incluyo) estas medidas que muchos tomamos en su momento, no nos va a llegar para soportar lo que queda por venir.
Siento ser tan pesimista ( ¿realista? ), pero así lo veo y así lo cuento.
Saludos a todos.
¡Viva el Rey! ¡Viva España!
Hace 7 años