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domingo, 7 de noviembre de 2010

Cataluña quiere ser el culo de España


Existe una región española denominada Cataluña que lleva más de 3 décadas dirigida por una casta política cateta y mediocre, obsesionada por diferenciarse y alejarse de todo lo que signifique ser español.

Una cuadrilla de politicuchos que observa al resto de territorios españoles con asco y desconfianza. Unos tipejos que medran en el poder dificultando la convivencia y la libertad de los ciudadanos de Cataluña a base de trabas estúpidas, como las de carácter lingüístico, y que están convencidos o quieren autoconvencerse de que el problema de su estancamiento, por no decir subdesarrollo paulatino así como su deterioro social, no se debe a las puñaladas que ellos mismos dan cada día a la Libertad de sus conciudadanos sino a que existe una especie de conspiración del resto de España para acabar con Cataluña. Lo malo de esto es que esa consigna se la creen o quieren creérsela muchos de los borricos que les siguen.

En cambio, en territorios abiertos como Madrid todas esas majaderías carecen de sentido. Hasta ahora Esperanza Aguirre, Presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, no ha intentado cerrar la tierra de los españoles primero, luego madrileños, al resto de España y del mundo.

En la historia siempre se ha comprobado que las sociedades menos intervencionistas, más abiertas al exterior y más libres son las que mayor prosperidad y riqueza generan. Karl Popper dijo que el hecho de que libertad y riqueza fueran de la mano era una muy feliz coincidencia.

No todo va a ser negativo con relación al sistema de gobierno autonómico español porque de él hemos aprendido cual es el modelo de gestión política que funciona mejor, es decir, con que políticas se genera riqueza para la sociedad y con que otras se destruye creando miseria generalizada; cuales nos dan Esperanza y con que otras nos hundimos en el paletismo y la barbarie. Análisis esencial que cualquier ciudadano, no lobotomizado aún por las consignas de partido, debe realizar antes de dar su voto.

La última Encuesta de Población Activa (EPA) nos dice que el modelo de gestión política más esperanzador de todas las comunidades autonómicas españolas es el de la Comunidad de Madrid, puesto que es donde menos impuestos se pagan y más servicios públicos se reciben, el que menos desempleo genera en plena crisis y que más ofertas de trabajo tenía en tiempos de bonanza. Todo lo contrario a lo que sucede en comunidades autónomas donde gobiernan una casta política más populista y menos liberal.

No es casualidad. Madrid es una sociedad abierta y libre. Madrid es un lugar donde puedes rotular tu negocio con el idioma que quieras y dónde las trabas burocráticas, el intervencionismo, los obstáculos económicos y sociales explícitos a la movilidad de personas y capitales así como la presión fiscal son menores que en otras partes de España. Esto, entre otras cosas, es lo que posibilita un desarrollo sostenible y la progresiva calidad de vida de los ciudadanos madrileños.

Lo que he expuesto también nos lo confirma el Índice de Libertad Económica en las Comunidades Autónomas, elaborado por la Universidad Complutense de Madrid, en el que se comprueba que la Comunidad Autónoma de Madrid es la región española con menor incidencia del intervencionismo público; sin embargo, la Comunidad Autónoma de Cataluña es una de las que más lo sufren con su nuevo Estatuto de Autonomía liberticida y sectario que, incluso, es más extenso que la Constitución de la comunista Corea del Norte.


www.lodicecincinato.tk


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miércoles, 31 de marzo de 2010

A Tomás Gómez no le gusta el derecho de autodefensa


Como en el caso de Caamaño y sus críticas a quienes defienden la apertura de un debate sobre la cadena perpetua, hoy su compañero de partido y secretario general del PSM ha vuelto a dejar claro que el "control de calidad democrática" en este país lo ponen ellos: si algo no le gusta al PSOE, es "antidemocrático". ¡Ea!

Todo tiene su origen en el escozor que han sentido los socialistas por unas declaraciones del presidente del Consejo Asesor del Observatorio contra la Violencia de Género de Madrid, el profesor Jesús Neira, en las cuales contestaba a la secretaria de Políticas de Igualdad del Partido Socialista de Madrid (PSM),
Carmen Toledano, quien había dicho de Neira que las "graves afirmaciones" realizadas por el profesor en su libro "España sin democracia", denotaban "una grave confusión mental y una falta de respeto a los más elementales principios democráticos y constitucionales", recordando al PSOE su larga historia de "barbaridades y asesinatos", así como que los representantes socialistas madrileños tenían que haber solicitado en su momento la dimisión del ex presidente del Gobierno, Felipe González, o la de "grandes criminales" como Rafael Vera y José Barrionuevo, relacionados con los GAL.

Ante esto, el susodicho Tomás Gómez, ha aprovechado lo afirmado por Neira, a la salida de su declaración, ante la juez de Instrucción número 4 de la localidad madrileña de Majadahonda, sobre la agresión que sufrió en agosto de 2008 a manos de Antonio Puerta a las puertas de un hotel de Majadahonda, a preguntas sobre si se ha sacado una licencia de armas, asegurando éste que "es una libertad a la que cualquier ciudadano tiene derecho" y respondiendo a la periodista que le inquiría que "no vendrá usted a decirme qué derechos tengo". Ha aprovechado para escenificar la pataleta socialista, claro, diciendo que "no me gusta la gente que lleva pistola" y que Neira no cree en los valores democráticos y no acepta la Constitución.

Hablando de aceptación de valores democráticos y constitucionales, a Tomás Gómez quizás no le vendría mal uno de los cursos sobre Derecho Constitucional americano que imparte Alfredo Valcárcel. En un sistema constitucional concebido a años luz del concepto de la misma que tiene este dirigente socialista madrileño, el de los padres fundadores de la democracia liberal estadounidense, a fines del siglo XVIII, enormes personajes como James Madison y Alexander Hamilton (ni los comparemos con el Tomás Gómez, por favor, no hay que incurrir en tamaña crueldad para éste último) introdujeron en los documentos fundacionales de la todavía joven nación el derecho a poseer y portar armas. Ellos sabían muy bien que el Estado que se apropia de la seguridad de sus ciudadanos puede terminar corrompiéndose y volviéndose contra los mismos ciudadanos. Aunque el respeto a la legalidad fuera un principio fundamental, a la vez, sabían que todo individuo debe estar siempre en condiciones de enfrentarse al Estado si éste viola sus derechos. La Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos dice literalmente: "Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, no se violará el derecho de las personas a poseer y portar armas", consagrando este derecho de todo individuo.

¿Quiénes han restringido siempre este derecho? Totalitarios de todo signo, fascistas, nazis o estalinistas. ¿Quiénes intentan ponerle trabas hoy día en los USA? La izquierda intervencionista injertada dentro del Partido Demócrata. ¿Genera el acceso libre a las armas genera más violencia y crimen en la sociedad? Miren las estadísticas sobre homicidios estado por estado y comprobarán dónde son más bajas: en aquellos donde no existen estas restricciones (¿existen acaso altísimas tasas de criminalidad en Suiza, donde hay libertad de armas?). La hiperprogre ciudad de Chicago es un paraiso para el delito. Los malos tienen fácil el acceso a las armas. Nosotros, los buenos, no, tenemos más difícil defendernos. No soy simplista ni maniqueo: los "malos" son quienes están dispuestos a atentar contra nuestra vida y contra nuestra propiedad, contra nuestros derechos, en definitiva. Una sociedad armada es una sociedad más libre. El derecho a portar armas salva vidas.

Aquí, por mi parte. que nadie se preocupe:

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sábado, 12 de diciembre de 2009

Parafraseando a Ronald Reagan



Después de que Zapatero anunciara el jueves por enésima vez (a ver cuándo toca la próxima) el fin de la crisis económica, afirmando que España crecerá "con carácter inminente", cogiendo un "tren" que "aumentará su velocidad hasta adquirir la necesaria para recuperar la creación de empleo". (en la línea de todas sus "predicciones", propias de un futurólogo o un echador de cartas, a lo largo de este año: en abril que era muy probable que "lo peor haya pasado ya"; en mayo que "el deterioro de la economía española está tocando fondo"; en junio que "lo peor de la crisis ha pasado ya"; en agosto que "la fase más cruda de la crisis ha pasado ya"; en septiembre que "la fase más aguda de la crisis la hemos dejado atrás" y en noviembre que "lo peor de la crisis ha pasado"), Esperanza Aguirre ha tenido este viernes la ocasión, en la Asamblea de Madrid, de, parafraseando al gran Ronald Reagan (cuya defunción de sus ideales anunció el propio Zapatero a bombo y platillo en enero, embargado por el entusiasmo de la toma de posesión de Obama), recordar lo evidente: la recuperación no vendrá de la mano del gobierno progre que padecemos pues su presidente (aunque esto no lo dijera explicitamente la presidenta de la Comunidad de Madrid) en modo alguno está preocupado por la misma ni tiene interés alguno en encontrar soluciones. La crisis es, para él, una ocasión inmejorable para hacer ideología, implantando su proyecto radical-populista de ingeniería social de cara a modelar su soñada "sociedad socialista". Es una lástima que el resto de miembros del PP no hablen tan claro.

Preguntada por la portavoz de IU, Inés Sabanés, sobre los recursos públicos destinados a los desempleados, la presidenta recalcó que "los parados quieren un empleo, no un subsidio". "Y los empleos los crean los empresarios y ustedes siguen manifestándose contra los empresarios, mostrado su desprecio a los parados", indicó Aguirre, quien acusó además a la bancada de la oposición de ir de la mano de "sus compañeros de viaje los sindicatos" en una estrategia donde tienen "más interés en que mantenga su puesto su de trabajo una sola persona que tengan empleo 4 millones de personas que quiere recuperar el suyo", consideró.

Asimismo, recordó las palabras de un joven que en el Congreso de los Diputados arremetió recientemente contra los sindicatos: "Causa tristeza y pena que los sindicatos en vez de dedicarse a los defender a los desempleados, se dediquen a bailarle el agua a Zapatero. Parece que se le ha olvidado que en las comunidades donde gobiernan hay cuatro veces más parados que en la Comunidad de Madrid", añadió.

En efecto, "recesión es cuando tu vecino pierde su empleo, recesión es cuando tu pierdes el tuyo y recuperación es cuando Zapatero pierde el suyo", sólo cuando el presidente del gobierno progre que padecemos abandone su cargo habrá alguna esperanza de recuperación. El problema es si Rajoy y el resto de actuales dirigentes del PP están dispuestos a plantear la necesidad de una política de austeridad en el gasto público como la que ellos mismos llevaron a cabo a partir de 1.996, y que tan buenos resultados dió, o si se mostrarán temerosos ante el populismo de la orgía derrochadora zapateril, pese a sus nefastas consecuencias.