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sábado, 12 de mayo de 2012

Baltasar Garzón o lo que no debe ser un juez




Baltasar Garzón ha sido un juez vanidoso que ha instruido telediarios en lugar de sumarios. La actuación perversa de Garzón es reprochable, no sólo por ser delictiva sino por la imagen negativa que ha ofrecido con respecto a la  imparcialidad de la justicia. El ambicioso juez también ha sido un juguete desechable del Poder. Un poder del Estado en manos de una casta política abyecta que desprecia todo lo que implique separación de poderes.

El juez Garzón, que no es digno de ser juez,  ha sabido vender su mercancía defectuosa a los zopencos marxistoides españoles e incluso a algún que otro maricomplejín pepero. Garzón ha sido considerado siempre como el niño bonito de la izquierda progre y de la no tan progre, como esa que lidera un tal Cayo desde su tractor “ Made  in URSS”.

Recordemos como en el año 1993, después de investigar el caso de los GAL  (http://lodicecincinato.blogspot.com/2010/08/gal.html) o Grupos Antiterroristas de Liberación, acompañó a Felipe González como número 2 en la lista electoral del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Garzón tenía afán de ser ministro, incluso a las órdenes del máximo responsable de un gobierno que practicó el terrorismo de Estado y que el propio juez Garzón había investigado. Recordemos cómo, tras la victoria en las urnas, Felipe González no le hizo ministro y de cómo Garzón se apartó furibundo de la política,  volvió a su juzgado y sacó del cajón el sumario del caso GAL que había guardado antes de su corta carrera política; reiniciando el proceso judicial pendiente que finalizó con el Ministro de Interior del PSOE entre rejas. Así Garzón dejó claro que desde ese momento, Felipe González comería de su mano, siempre con la amenaza de poder meter en prisión a un tal “Mister X”.

Garzón, siempre movido por el resentimiento,  encarna como nadie todos los males que aquejan a la justicia española. Sea por su paso sectario por la política, o sea por el caso Gürtel, donde ordenó ilegalmente escuchas a los abogados de los acusados. Sobre éste último caso, nada mejor que la sentencia que nos aclara por completo la ideología enquistada en el cerebro de Garzón. He aquí un extracto:


T R I B U N A L S U P R E M O
Sala de lo Penal
SENTENCIA
Sentencia Nº: 79/2012

En la Villa de Madrid, a nueve de Febrero de dos mil doce. Visto en juicio oral y público y en única instancia la presente Causa Especial número 20716/2009, tramitada por el procedimiento Abreviado y seguida ante esta Sala por delito continuado de prevaricación judicial y delito cometido por funcionario público de uso de artificios de escucha y grabación, con violación de las garantías constitucionales del art. 536, párrafo 1º, del Código Penal, contra el acusado D. Baltasar Garzón Real, titular del D.N.I. número 26.182.037-X, nacido en Torres (Jaén) el 26 de octubre de 1.955, hijo de Ildefonso y de María, y con domicilio profesional en Madrid….,  de profesión Magistrado


“……. En el caso, el acusado causó con su resolución una drástica e injustificada reducción del derecho de defensa y demás derechos afectados anejos al mismo, o con otras palabras, como se dijo ya por el instructor, una laminación de esos derechos, situando la concreta actuación jurisdiccional que protagonizó, y si se admitiera siquiera como discutible, colocando a todo el proceso penal español, teóricamente dotado de las garantías constitucionales y legales propias de un Estado de Derecho contemporáneo, al nivel de sistemas políticos y procesales característicos de tiempos ya superados desde la consagración y aceptación generalizada del proceso penal liberal moderno, admitiendo prácticas que en los tiempos actuales solo se encuentran en los regímenes totalitarios en los que todo se considera válido para obtener la información que interesa, o se supone que interesa, al Estado,  rescindiendo de las mínimas garantías efectivas para los ciudadanos y convirtiendo de esta forma las previsiones constitucionales y legales sobre el particular en meras proclamaciones vacías de contenido….”.

FALLO

Debemos condenar y condenamos al acusado Baltasar Garzón Real como autor responsable de un delito de prevaricación del artículo 446.3º, en  concurso aparente de normas (artículo 8.3) con un delito del artículo 536, párrafo  rimero, todos del Código Penal…








Tampoco debemos olvidar su “causa general contra el franquismo”, mientras la ciudadanía contemplaba cómo a Garzón se les escapaban los narcotraficantes por no ocuparse judicialmente de ellos. Y digo yo ¿Cómo es posible que una nación próspera, como era España, se hundiera en la miseria y el desempleo mientras los culpables buscaban en las fosas de una guerra pasada, absurda y fratricida, las pruebas de su fracaso? Además, a los tipos sectarios como Garzón no le gusta reconocer que bastantes descendientes de víctimas de la guerra civil se han presentado en oficinas públicas para buscar datos de sus padres o abuelos desaparecidos, comprobando que únicamente estaban disponibles los datos de aquellos desaparecidos que les interesaban a quienes gobernaban. O sea, unas fosas se abren y en otras se echa más tierra. Garzón: ¿Esa es la verdad que persigues? ¿Eso es lo creías que tenías que hacer, sin atender ideologías, Tal como afirmaste cuando te procesaban en el Tribunal Supremo por prevaricación?

Para colmo un grupo de amigos del juez prevaricador, animados por el decano de los jueces centrales de instrucción de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, tomaron la iniciativa de recoger firmas para proponer al ministro de Justicia que solicitara la concesión para Garzón de la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort, distinción creada por el Generalísimo Franco el 23 de enero de 1944 y destinada a aquellas personas que hayan contraído “relevantes méritos” en el servicio a la Justicia. Es decir, un reo como Garzón recompensado con la máxima condecoración existente en el mundo del Derecho español en virtud de su “extraordinaria” aportación del totalitarismo aplicado a la justicia.

Muchos en España comentan que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) son cuatro palabras y cuatro mentiras. Entre las últimas proezas del CGPJ fue  archivar la causa contra Garzón por no comunicar, como era su obligación, el dinero, que según el ha argumentado, cobró de la Universidad de Nueva York. Puede que contablemente fuera así, pero los documentos que el Banco de Santander aportó al Tribunal Supremo demuestran que (“Querido Emilio” para el juez, según las cartas que mandaba al banquero) fue él quien personalmente solicitó esos fondos al banquero Sr. Botín.

El Consejo General del Poder Judicial no castigó la falta "muy grave" cometida por Garzón de "faltar a la verdad en la solicitud de obtención de permisos, autorizaciones, declaraciones de compatibilidad, dietas y ayudas económicas", de esta forma el CGPJ, esas cuatro letras y cuatro mentiras,  enfangó de nuevo el escaso prestigio que le quedaba a la Institución, cuyos miembros sumisos se arrastran a los pies de la casta política que les nombra.

No olvidemos como Garzón, durante su estancia en Nueva York, compartió mesa y mantel con un directivo del Banco de Santander y de cómo el juez prevaricador solicitó, como juez de la Audiencia Nacional y en un sobre con membrete de la Audiencia Nacional, financiación al banquero Botín (“...Querido Emilio…”) para organizar un par de cursos con la idea de enseñar derecho al pueblo norteamericano. ¿Qué paradoja? Un juez totalitario enseñando justicia a la nación más libre del mundo. La suma total que se embolsó el juez fue de 302.000 dólares. Hasta ahí, no se puede objetar nada ni es censurable puesto que la mayoría de las grandes empresas financian cosas que se apartan de su negocio. Eso es lo que se denomina mecenazgo. No es algo objetable en sí mismo. Lo asqueroso y nauseabundo de todo esto es que cuando el juez regresó a España a retomar su descuidado trabajo en la Audiencia Nacional,  recibió una querella contra Botín y otros 21 consejeros del banco ¿Y qué hizo Garzón?, pues archivarla sin abstenerse, como era su obligación porque la Ley Orgánica del Poder Judicial considera una falta muy grave la inobservancia del deber de abstención a sabiendas de que concurre en alguna de las causas legalmente previstas. En el momento de conocerse que el Banco Santander había sufragado  los cursos de  Garzón éste alegó que no había "ninguna relación directa ni indirecta con la entidad, ni de carácter económico ni de otro tipo", lo que constituye una falsedad manifiesta.

Pero esto no es todo, entre otras fechorías del Juez Garzón está la de  retirar a la Guardia Civil de las investigaciones del caso Faisán (el del chivatazo policial a los etarras) una vez que los agentes le emplazaron a investigar las llamadas, del día del soplo, entre el comisario jefe de la Brigada Provincial de Información, Manuel Risco, con el partido socialista, y de ahí a la Presidencia del Gobierno.





























¿La intención de dar satisfacción a unos denunciantes puede justificar la persecución de unos delitos prescritos y con sus presuntos autores ya fallecidos, como hecho más que notorio en especial respecto de algunos de ellos como en el caso del General Franco, contra el que también se incoa desde un principio la causa?

La Justicia deja de ser Justicia cuando un togado realiza "interpretaciones alternativas" a la legislación vigente; en este caso realizadas por un exjuez que se ha creído “Sumo Hacedor” y cuyo final, como todos los que  han experimentado dicho trance, será la paranoia progresiva. Demencia que surgirá en el momento en que empiece a percatarse de que era un simple mortal. Sin embargo, El Tribunal Supremo absuelve al exjuez Baltasar Garzón, pese a sus pseudodivinidades despóticas cuando imparte justicia.

En la resolución el Tribunal entiende que Garzón interpretó de forma equivocada la Ley. Pero esa errónea aplicación del derecho no alcanza, para los “supremos”, la nota característica del delito de prevaricación; de manera que, aunque errónea, no es prevaricadora.

Todos sabemos que hubo una intención perversa de Garzón, totalmente politizada y maniquea. El exjuez era totalmente consciente de que carecía de competencia para investigar los crímenes del franquismo y de que no existían hechos con relevancia penal que justificaran la apertura de la causa, desdeñando deliberadamente la Ley de Amnistía de 1977.

El alto tribunal pone fin así al último proceso que tenía pendiente contra el exjuez de la Audiencia Nacional, a quien, con pusilanimidad y misericordia, condenó recientemente a unos años de inhabilitación por intervenir las descaradas y totalitarias escuchas entre abogado y cliente de la trama Gürtel. El Supremo, considerando que la inhabilitación ya era suficiente condena para un “Sumo Hacedor”, también archivó por prescripción, haciendo un insólito juego de malabarismo judicial, la causa por los supuestos cobros de la Universidad de Nueva York.




La Sentencia del Tribunal Supremo sobre la causa del franquismo la podéis leer en el siguiente enlace:

http://lodicecincinato.blogspot.com/2012/03/sentencia-del-tribunal-supremo-sobre-la_03.html


Para finalizar la entrada,  he aquí los argumentos que prueban la poca imparcialidad del juez Baltasar Garzón. Lo que expongo a continuación puede producir náuseas a todos aquellos que creen en el Estado de Derecho y la separación de poderes, algo tan necesario para que una democracia sea simplemente eso, una democracia:

En 1993 el magistrado dejaba la Audiencia Nacional para concurrir en la lista de Felipe González en las elecciones que se celebrarían el 6 de junio de ese mismo año. La llegada de Garzón al PSOE la fraguó su amigo, entonces y ahora, José Bono. La historia comienza el 27 de febrero en la finca de los Quintos de Mora, Los Yébenes (Toledo) –propiedad de Patrimonio y utilizada para agasajar a personalidades extranjeras– donde Bono, entonces presidente socialista de Castilla-La Mancha, organizó el encuentro en el que Garzón y Felipe González acordaron que el juez sería el número dos del PSOE en las elecciones.

Y es que la historia de Garzón y el PSOE aparece siempre ligada a lujosas fincas. Muchos años después, en febrero de 2009, el juez de la Audiencia Nacional protagonizaba un nuevo escándalo por una cacería y fin de semana –en una finca privada de más de 600 hectáreas llamada Cabeza Prieta, situada en Torres (Jaén), pueblo natal del magistrado– compartido con el entonces ministro socialista de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, en plena instrucción del Caso Gürtel, contra cargos del Partido Popular (PP). El paralelismo entre ambos personajes es inevitable. Bermejo, que acabaría dimitiendo, era fiscal antes de ser nombrado ministro y tenía muy claro esto de las ‘ideologías’ en la Justicia. Entre 1992 y 2003, fue fiscal jefe del TSJ de Madrid y dejó claro su sectarismo con una frase lapidaria que ya ha pasado a la historia: "Soy de izquierdas y como tal actúo".

Días después de la célebre cacería, en la que también participó el excomisario de la Policía Judicial, Juan Antonio García, el PP presentó una recusación contra el juez, por su evidente animadversión a este partido, o a "la derecha", como le gusta decir al juez.

Volviendo a 1993, Garzón tomó parte muy activa en la campaña electoral del PSOE. Una campaña socialista recordada por el famoso vídeo del Dóberman. Un rápido vistazo a las hemerotecas de aquel año, permite reunir alguna de las perlas de Garzón, que bien podrían haber figurado en el anexo al escrito de recusación que presentó el PP.

Garzón se preguntó: "si el país va bien con la presidencia de Felipe González, ¿por qué cambiar de patrón cuando sospechamos que Aznar no lo hará tan bien?". "No quiero alarmar gritando que viene la derecha pero no sé si bajo la piel de oveja hay lobos (…) alguno ya enseñó la patita cuando se anunció mi candidatura, y si hay algún lobo, seguro que bailaremos con ellos".

Garzón acusa a los dirigentes del PP de decir "mentiras" y de interesarle "que nos callemos". Garzón resaltó que "estas personas de la derecha están soñando con un mundo al revés y dicen palabras vanas y vacías que se las lleva el viento". Después de decir que "la intolerancia se ha apoderado de la derecha", se refirió a Aznar, como "ese señor que encabeza la derecha va a deshacerlo todo porque dice que todo está mal". Por ello, Garzón pidió el voto para el PSOE, porque estas elecciones se presentan "reñidas" y "tiene que quedar claro que no gane la derecha", ya que no tiene programa y, si lo tiene, "no se atreven a decirlo".

En Talavera de la Reina. Garzón respondió a las críticas de "algún dirigente del PP" al afirmar que era "el mudo de los hermanos Marx". Su respuesta fue: "Prefiero ser mudo y vivir en el mundo de los hermanos Marx que vivir en el mundo de Drácula". En ese mismo mitin, y a petición de un grupo de jóvenes socialistas de Castilla-La Mancha, Garzón eligió una metáfora taurina para augurar el triunfo de los socialistas: "Los pases más hondos se dan con la izquierda y en el centro del anillo".

Animó a votar PSOE, porque "no estamos en una España ni dormida ni corrupta, está viva. Por el destierro de los corruptos, ya están doblando las campanas". "Si agrupamos los votos, les vamos a dar un meneo que se van a enterar" y agregó que si se concentra el voto de progreso "vamos a ganar de calle".

Garzón pidió que se deje "a la derecha continuar en la oposición esperando a aprender cómo se gobierna. Ya ha ejercitado la santa indignación, ahora que ejercite la santa paciencia". En referencia al PP añadió: "Quienes dinamitaron la UCD quieren ahora que un rayo parta en dos al único árbol centenario de esta democracia". En su peculiar defensa de la "regeneración" de la vida política española, dijo que "los intolerantes han enlodado el adjetivo, secuestrado el verbo, y ahora vienen por el sujeto". El próximo día 6 "hay que votar por derecho pero no por la derecha", decía el candidato socialista Garzón y "merece la pena dejar de ser neutral sin perder la independencia y sumarse a una idea de futuro". "Yo he elegido la opción del futuro, que es la del PSOE y la de Felipe González".

Pero no sólo en la campaña del Dóberman Garzón evacuó su odio hacia el PP. Diez años después, el 6 de abril de 2003, y ya de regreso en la Audiencia Nacional, el juez, junto a su hija, fue el encargado de leer el manifiesto que cerró un concierto organizado por los del "No a la guerra". No hace falta recordar los lemas y cánticos contra el PP de esas manifestaciones en las que Garzón actuaba como estrella invitada. Lo más suave que se llamaba a los miembros del PP era “asesinos”.

El 15 de diciembre de 2005, en  el restaurante español Solera, situado en Nueva York, muy cerca de Central Park, aconteció la cena pagada por Baltasar Garzón, con cargo a los cursos patrocinados por el Banco Santander. El juez gastó 4.575 dólares. Allí compartieron tapas y Ribera del Duero 25 comensales, entre los que se encontraban el ex presidente de México Ernesto Zedillo, el ex secretario de Estado de Estados Unidos Henry Kissinger, el embajador español Javier Ruipérez y, como invitado estrella, el ex presidente del Gobierno Felipe González. El juez enterraba así el hacha de guerra con quien en 1994 había puesto freno a sus aspiraciones políticas y al que posteriormente señaló como el máximo responsable -la X- de los GAL.

La cena, se celebró y en ella se consumieron 27 botellas de vino para los 25 comensales presentes en tan animada velada. La factura es una de las pruebas que el Centro Rey Juan Carlos de Nueva York envió al Tribunal Supremo para justificar el “generoso patrocinio del Banco Santander, por el que siempre estaremos muy agradecidos”. Y es que, el Banco Santander, entre los años 2005 y 2006, hizo una donación de 327.000 dólares al Centro después que Garzón solicitara dicha cantidad al presidente de la entidad bancaria, Emilio Botín (“..Querido Emilio…”). A pesar de esta información, y de considerar acreditado el delito de cohecho impropio, el juez Marchena decidió archivar la causa, aceptando por primera vez la prescripción como causa de extinción de responsabilidad penal.


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miércoles, 6 de abril de 2011

El noble arte del latrocinio

            Imaginemos que quiero montar una empresa. Analizando el mercado y viendo el mejor nicho de negocio mi decisión es montar una granja de vacas para así poder producir carne, leche y piel. Esta empresa me costará crearla una cantidad de dinero que no tengo. Entonces me dedico a la búsqueda de inversores para ponerla en marcha. Entre esos inversores tengo a distintas entidades que buscan un beneficio económico, así como otras que me apoyan porque creen en mi empresa y en su filosofía. Pero resulta que de toda la inversión requerida sólo alcanzo a llenar el 20%. Entonces me acerco a un banco para solicitar el 80% restante y el banco, vistos los tiempos que corren, dice que mi inversión es muy arriesgada, que el volumen de negocio que voy a mover no llegará para pagar el préstamo en los 30 años que quiero poner para devolverlo, y que en esas condiciones sólo se arriesgarán a invertir en mi negocio un 60%. De forma que necesito un 20% que no sé de donde conseguirlo.

            Entonces se me ocurre una idea fantástica y maravillosa… tan arriesgada que podría funcionar. Miro en internet y busco gente que sea vegana, gente que esté en contra mi negocio en todas sus formas, gente que con sólo escuchar mi idea ya empiecen a tener arcadas. Anoto sus direcciones. Me acerco a una mercería y compro unas medias. Luego me voy a una tienda de caza y adquiero una escopeta. Y por último me acerco, casa por casa, a todas esas personas que jamás me aceptarían ni apoyarían mi idea de negocio y les robo el dinero que tengan en ese momento hasta alcanzar el 20% restante.

            ¿Qué os parece mi propuesta?

            Vale que la he “novelado” un poco, pero más o menos esto es lo que ocurre en este país con las subvenciones. Subvenciones de todo tipo y color, pero hoy me voy a centrar en las políticas.

            En España hay muchos partidos políticos, unos más grandes y otros más pequeños. El Estado reparte dinero entre ellos para sus distintos actos en función de su tamaño. En teoría para así “garantizar” la pluralidad en la política. En la práctica, porque así tendrán más dinero para dilapidar. El dinero que se reparte es el que previamente se le ha quitado a la gente a través de impuestos. Jamás se le ha preguntado a esa gente si quieren que se invierta su dinero en una formación política, o si tan siquiera si son afines a un partido u otro. En realidad, precisamente para que no haya “malos rollos”, se le da de cada persona, una parte proporcional a cada partido (en función de su tamaño, repito), así siempre estará la posibilidad de que una parte acabe en algún partido más o menos afín a la ideología de esa persona.

            Pero si bien a esa persona puede que no le importe que una parte de sus impuestos vaya a un partido, tal vez le moleste, o le fastidie que vaya a otro (normalmente suele ser así, pues si perteneces a uno, eres enemigo acérrimo de otro). Además, si a esa misma persona le gusta tanto un partido que incluso está afiliada al mismo, en realidad ya está pagando para sustentar a ese partido, entonces ¿por qué habrá de pagar aún más?

            Seguro que cuando habéis leído el inicio del post, os ha parecido curiosa (por no decir insultante) la forma de obtener financiación para la empresa que proponía (quitarles el dinero a quienes jamás la apoyarían). Pero eso pasa en este país a la hora de financiar a las distintas entidades políticas (sean partidos, sean sindicatos, sean patronales).

            La única forma realmente justa de financiación sería la de la aportación por parte de los miembros. De esta forma sólo aquellos que realmente quisieran pagar por algo lo haría, dejando libertad para que los que quisieran pagar por el contrario pudiesen hacerlo, e incluso con la ventaja de que si no queremos pagar por ninguno, pues tendremos porqué hacerlo.

            La noticia que acaba de salir, donde se dice que aún encima se les pagará más dinero (para paliar los efectos de la inflación, dicen… pero al resto se nos sube la gasolina, el gas, la luz, la alimentación, y para “paliar” estos efectos, pues se nos suben aún más los impuestos) para la campaña y sus distintas actividades.

            Es decir… viva la Injusticia, viva la Manipulación, viva la Casta Política de este país. Roban, engañan, manipulan, mienten, extorsionan… y todo se les perdona porque lo hacen “por nuestro bien”. Cada día hay más gente que no soporta la política, cada día hay más gente que no aguanta a estos mangantes, cada día hay más gente que se presentaría voluntaria para darles una buena patada y largarlos a todos… será por eso que cada día nos roban más, más y más, pues ya no saben cuánto van a durar así. 

             Y esto por no meterme ya en el resto de las subvenciones y su significado. Cine español... Asociaciones varias... Religiones diversas... Todo en España tiene subvención. Todo en España se nutre de los impuestos que se le cobran al ciudadano. 

             Si se dejasen de tanto robo y permitiesen al ciudadano elegir en qué gastar su dinero, todos ellos acabarían en alguna esquina suplicando para vivir. Y aquellos que les darían dinero lo harían voluntariamente. Y, evidentemente, jamás tanta cantidad como ahora. Tal vez por eso jamás lo cambien, se vive demasiado bien a costa del contribuyente como para cambiar ahora.

lunes, 21 de febrero de 2011

Extorsión "administrativa"

            Ayer en el Faro de Vigo (edición digital) viene la siguiente noticia: “En Pontevedra habrá muchos agentes de baja psicológica


            Según esa noticia, los guardias civiles de Galicia, en concreto los de la provincia de Pontevedra, verán peligrar sus sueldos en unos 240 euros mensuales (que se dice pronto), si no ponen más multas. Eso sí, sin especificar cuántas serían “apropiadas” (supongo que ni siqueira importa... quieren más y más y más... y da igual cuantas se pongan nunca serán suficientes).

            Esta noticia no es nueva. Ya desde hace tiempo viene siendo normal escuchar este tipo de cosas. Supongo que en más partes de España y no sólo en Galicia, si bien yo me entero de las gallegas porque suelen ser noticias de periódicos de tirada “local” y, a lo sumo, “autonómica”. Aquí, por ejemplo, vemos que esto ya pasaba en 2010 con la policía. Y seguro que si miramos hacia atrás en el tiempo, también existía… pero más de tapadillo.

            Hace unos días también me resultó curiosa una noticia (también del Faro de Vigo) donde se alardeaba de haber sido multado el primer peatón por cruzar en rojo.

            También tenemos de hace ya un poco más (el mes pasado) la noticia de que se multará a los peatones que no lleven dispositivos reflectantes.

            Viendo sólo las dos últimas noticias, se podría pensar que la DGT piensa en el bien del ciudadano, en el bien del peatón y del conductor, y por eso se dedica a poner multas, no con afán recaudatorio, sino con afán “aleccionador”. Pero entonces se ve la primera y ya todo encaja. Da igual que la gente no tenga ni la más remota idea de esas leyes (en los pueblos del rural gallego, donde la gente se dedica a cuidar la pequeña finca, a charlar en el bar o en la iglesia, la mayor parte de la gente ni se enteró de que de la noche a la mañana era obligatorio ponerse reflectantes). Da igual la “peligrosidad” del asunto. Da igual la “circunstancia atenuante”. Quieren la “pela”. Quieren el dinero.

            Entonces pienso en el significado de “Fuerzas del Orden”. Su propósito “fue” proteger al ciudadano.

            Entonces pienso en el significado de “Culpa”. En teoría cualquier persona es inocente hasta que se demuestre su culpa.

            Entonces me doy cuenta de que a veces peco de ingenuo. De que a veces soy demasiado idealista y optimista. De que a veces vivo en un sueño del que no quiero despertar… pues sé lo que encontraré cuando abra los ojos.

            Encontraré que las “Fuerzas del Orden” tienen como único propósito el sacar dinero de la gente (lo que antiguamente se conocía como extorsión).

            Encontraré que todo ser humano es culpable aunque se demuestre lo contrario.

            … Y no voy muy desencaminado. No se trata de pasar del optimismo onírico en donde me refugiaba al pesimismo realista que me rodea. Es pura y dura realidad. Menos mal que aún quedan buenas personas dentro de las Fuerzas del Orden. Gente que prefiere ser honrada a ser manipulada. Gente que aún sigue siendo un individuo independiente, por muy dentro de la masa que esté.

            Las leyes que atentan contra la libertad del individuo no son más que leyes absurdas que buscan la recaudación fácil. Como ejemplos de ellas tenemos la ley del “cinturón de seguridad”, la ley del “dispositivo reflectante” y demás (y eso porque hoy sólo quiero hablar de “Tráfico”). Yo me pongo el cinturón cada vez que subo al coche, pues es mi responsabilidad, es mi vida y, por muy “de bajón” que pueda estar algún día, le sigo teniendo aprecio. Pero es “mi” vida, y nadie me puede decir lo que tengo que hacer con ella. Si no me quiero poner el cinturón, viene “papacito Estado” y me multa por ello. No se dedican a obligarme a ponérmelo, ni mucho menos, simplemente me quitan un dinero por estar así. Si yo voy por la calle, de noche, en mi pueblo, ya me encargaré de ponerme algún tipo de dispositivo luminoso reflectante “por si acaso”… pero si no lo hago, es mi decisión, y no la de “papacito Estado” cobrarme por ello (pues en este caso, tampoco es que te obliguen a ponerlo, simplemente te cobran).

            Y como esos dos ejemplos, cualquiera que se le ocurran a los demás. De un tiempo a esta parte no se busca una educación correcta de la ciudadanía, una educación en unos hábitos de conducta social aceptables… lo que se busca es el dinero fácil. Y para ello nada mejor que un conjunto de leyes recaudatorias tan amplias y extensas (y, sobre todo “ambiguas”) que no dejen títere con cabeza.

            Claro que para ponerlas en práctica se necesita de la complicidad de las Fuerzas de Seguridad. Por el momento aún se van resistiendo… pobres de nosotros cuando ya no puedan hacerlo más.

            Después de todo, poner multas es un trabajo duro… y fácil. ¿Qué es más rentable? ¿Un infractor de 600 euros? ¿Uno de 100 euros? ¿Uno de 50 euros? La realidad nos dice que es más rentable el más bajo, pues si bien es menos dinero, es más la gente que comete la infracción leve. Si en un mes a lo sumo se pilla a un par de kamikazes de 600 euros cada uno, sin esforzarse demasiado, se pueden encontrar con 100 a 200 idiotas de 50 euros… cada día.

            Seamos serios. Tal cual están escritas estas leyes de tráfico, cualquier tipo de acción se puede considerar “infracción”. ¿Estás escuchando música por la radio del coche? Delincuente (se “presupone” que ibas distraído). ¿Estás con una mano en el volante y la otra en el pomo del cambio de marchas? Criminal (se “presupone” que vas a tener un accidente por conducción temeraria). ¿Estás en una rotonda y no has puesto el intermitente en la salida? Psicópata (se “presupone” conducción temeraria)…

            Y mejor no sigamos… que da igual lo que hagamos, que seguro que sin esforzarse demasiado se le puede buscar la multa.

            Y ahora que el peatón también está en el radio de acción de las multas… dejas de proteger a los unos… dejas de proteger a los otros… ahora les cobras a todos. Pues lo que empezó siendo una multa “aleccionadora” (que no veo yo muy bien donde está la lección… al chico le multan por su “temeridad”, a la novia, que hizo lo mismo que él, ni le dicen nada… ¿no es eso discriminación sexista?), con el tiempo (y vista la necesidad económica de todas las administraciones, no demasiado lejano) será a “todos” los que crucen en rojo (independientemente de si era peligroso, de si era una tontería, de si no venían coches, de si es un paso de peatones que se abre 2 segundos de cada 20 minutos… etc.), así como a aquellos que crucen sin mirar, a aquellos que crucen fuera (da igual que sea medio metro o medio milímetro) del paso asignado… incluso llegaremos al límite del absurdo yanqui, donde se multa a aquellos que van hablando por el móvil o escuchando música en sus MP3 mientras cruzan la calle (se les presupone que van distraídos).

            De un tiempo a esta parte parece que se ha perdido el norte. Las Fuerzas de Seguridad del Estado no están para defender “al Estado” sino para defender “al ciudadano”. Después de todo es el ciudadano quién les paga su sueldo. Es el ciudadano quién los ha contratado. El ciudadano, a todos los efectos, debería ser su “jefe”. Pero ya no es así. El ciudadano es el criminal peligroso. El ciudadano es el delincuente más buscado. El ciudadano es un atroz y vil engendro infernal que repta por las sucias calles delinquiendo simplemente con el aire que sale de sus corruptos pulmones.

            Lo que hay que hacer es educar a la gente en un único punto (el resto son secundarios). El concepto de Responsabilidad. La gente ha de hacerse responsable de sus actos. Si cruzas la calle en rojo sin mirar que vengan coches y un coche te atropella, no esperes que el seguro te pague… en realidad serás tú el que le pague al del coche, pues fue tu decisión hacerlo mal, y tu responsabilidad por el hecho. Si no te pones el cinturón de seguridad en el coche y tienes un accidente y te quedas paralítico, asúmelo, no es culpa del coche, es culpa tuya por idiota… es tú responsabilidad.

            Eduquemos en la responsabilidad y la gente aprenderá que cada acción tiene una reacción. Que hay que hacerse responsable de cada decisión que se tome. Y la responsabilidad hará que la gente tome las mejores decisiones posibles.

            Pero no interesa eso. Interesa más que la gente haga las cosas mal y se les cobre por ello. Interesa más que cuando la gente ya está hasta las narices de todo esto, y dejen de hacer las cosas mal, se “inventen” nuevas cosas que están mal, para así seguir cobrando por ello.

A esto hemos llegado. A la extorsión del ciudadano. Al robo a pleno día.

            Pero… eso sí… siempre “por nuestro bien”