Siempre he mantenido, ¡y ojalá me equivoque!,que el maricomplejín Partido Popular (PP), presidido por Mariano Rajoy, es la fuerza política menos recomendable para impedir a los liberticidas organizar a su capricho la vida de los españoles, así como para sacarles de la miseria moral y económicaa la quehan llevado a España, esos mismos liberticidas, durante los últimos 8 años.
Mientras los radicales sectarios muerden a la policía, Rajoy se fuma un puro leyendo el Marca y dice que: “ la vida es maravillosa y que hay que confiar en los españoles……….”
Cuenta mi amigo Federico que según lo publicado por El Mundo acerca del origen y la manipulación policial de los testimonios de los tres rumanos que acarrearon la condena de 40.000 años de cárcel contra Zougam, es evidente que el único condenado por poner las bombas en los trenes fatídicos no ha tenido un juicio justo. Y que hay que juzgar a quien encaminó a jueces y fiscales en la dirección que convenía a sus jefes políticos: el Gobierno de Zapatero y Rubalcaba.
Cuenta mi amigo Federico que Zougam no ha sido condenado por un tribunal, ha sido encerrado por él tras una sentencia, pero los que de verdad lo condenaron fueron los policías judiciales, a las órdenes de Rubalcaba, que concedieron credibilidad máxima a unos testigos que incluso para ellos mismos y otras instancias oficiales la tenían mínima. El superjefe de la policía judicial es JAG, el superpoli de Rubalcaba; y es el Gobierno del PSOE el que paga a una testigo rumana menos creíble que un político griego cincuenta mil euros amén de papeles legales para ella y su marido, al que se declara víctima para que cobre otro tanto. Y por si eso fuera poco, una empresa de seguridad (!!!) de un empresario íntimo de JAG que es el que organiza la cacería de Bermejo, Garzón y el propio JAG para organizar y supervisar el Gurtel, les da trabajo a los dos rumanos, la neotestigo y el veteromarido. ¿Alguien se atreve a decir que esto no apesta?
Cuenta mi amigo Federico que los tres casos de los rumanos perdidos y hallados en los trenes apestan, en efecto, a cloaca. A las malditas cloacas de Interior que deben ser barridas, destruidas, trituradas y aventadas hasta las últimas cenizas. Ni la policía judicial ni los investigadores fiscales ayudan a los jueces, salvo que sean de su cuerda, y entonces ninguno de ellos ayuda a la justicia. Por supuesto, el acreditado corporativismo de los jueces y el poder desde hace décadas de estos malos policías tratarán de que no se lleve a cabo un juicio de revisión. Pero, por supuesto, sin ese juicio, cualquier país o cualquier delegado de Amnistía Internacional le podrá decir a España, es decir, a Rajoy, que tenemos un preso condenado a cuarenta mil años de cárcel y que lleva siete en una celda de aislamiento, pero que ha sido encarcelado de por vida por unas pruebas falsas fabricadas por la policía y admitidas por la fiscalía y los jueces a sabiendas de su fétido origen. Debería ser el nuevo ministro de Justicia el que instara a hacer justicia. Porque, insistamos una y mil veces, no se trata de política sino de justicia. Lo que aún no hemos tenido en el 11-M.
Como ya he repetido en varias ocasiones estamos ante el encubrimiento de un asesinato masivo con el objetivo de subvertir, no sólo los resultados de unas elecciones, sino el propio orden constitucional.
Yo lo llevo afirmando mucho tiempo en contra de reproches desagradables recibidos de gente cautiva por la consigna oficial. Es obvio que los cimientos de ese encubrimiento maldito están cada vez más corroídos.
Repito, nunca me tragué un sapo de tales dimensiones. Analicemos los siguientes hechos:
El vídeo de los análisis de los explosivos del 11-M muestra el desconcierto de los peritos policiales tras el hallazgo del DNT.
"¡Puff... dinitrotolueno!". El vídeo del análisis de los explosivos ordenado por el tribunal del 11-M exhibe la enorme zozobra que vivieron los peritos de la Policía y de la Guardia Civil tras el hallazgo del dinitrotolueno, un hidrocarburo que no forma parte de la composición de la dinamita Goma 2 ECO -la que tenían los islamistas- pero sí de la del Titadyn.
Fue el 6 de febrero de 2007. La cámara del laboratorio de la Policía Científica marcaba las 17.37 horas. Entonces, apareció. "¡Puff...!", resopló, estupefacto, el perito policial Andrés de la Rosa, mientras se dejaba caer sobre el respaldo de la silla. El técnico independiente Carlos Romero, junto a él, se alarmó: "¿El qué? ¿Qué ha pasado?". "Dinitrotolueno...", respondió, como derrotado, el primero.
En medio de un gran revuelo y de la consternación de los técnicos oficiales, el policía jefe de la pericia, Alfonso Vega, reconoció la trascendencia de esa revelación: "Esto hay que confirmarlo porque, en este caso... puede que haya otra carga explosiva... y ya empiezo yo a... a dudar de Tedax. Y en cagarme en la madre que los ha parido". Es decir: si hay DNT, hay otro explosivo.
El técnico del Instituto Armado Carlos Atoche resumió apesadumbrado su sentimiento y, probablemente, el de los cuatro técnicos oficiales: "Nos vamos a hacer famosos, ya verás".
En otro momento, los peritos coinciden en una tesis opuesta a la que sostiene la sentencia para afirmar que en todos los trenes estalló Goma 2 ECO. Mientras el tribunal afirmó que "los ftalatos son componentes de la Goma 2 ECO y los tiene el Titadyn", los químicos aseguran que "no los puedes atribuir a un explosivo" porque "son ubicuos, están en todas partes".
http://www.youtube.com/watch?v=LtQj4ug8BrQ
"Yo entiendo que es una putada, pero es la realidad". Ese es el prosaico pero ilustrativo resumen que, el experto de la Guardia Civil Carlos Atoche, hace de la aparición de nitroglicerina en una muestra del 11-M; pese a que la sustancia no formaba parte de la Goma 2 ECO supuestamente empleada en los atentados y sí del Titadyn.
El vídeo en el que quedaron registrados los análisis refleja que son las cinco y veinte de la tarde del 20 de marzo de 2007. Desde primera hora, los peritos de las Fuerzas de Seguridad afrontan el segundo bofetón a la versión oficial, un mes después de haber encajado la aparición del dinitrotolueno (DNT), también ajeno a la dinamita robada en Asturias e igualmente presente en el Titadyn.
La trascendencia de ambos hallazgos queda reflejada en la inmediata propuesta del guardia civil que acompañaba a Atoche en el Laboratorio: que se compare lo que ha aparecido con una muestra de Titadyn. A ver si lo que estalló no era lo que la investigación decía.
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