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domingo, 20 de noviembre de 2011

Voto Cautivo





Algunos descerebrados afirman que el comunismo genera pobreza; sin embargo se contradicen al comentar que el socialismo no crea pobreza. Como si fueran sistemas totalmente diferentes. La ignorancia es mala y lo deberían saber. A un perro, aunque le cambies de collar sigue siendo el mismo perro.

Es más, uno de esos descerebrados me comentó un día lo siguiente:  “……..el mercado esclaviza al pueblo con déficit público…”. A parte de ignorar qué es el mercado,  enemigo ficticio predilecto de todo zopenco ideológico,  deberían  saber que el déficit público del Estado, generador de deuda, sólo lo crean los políticos populistas e intervencionistas, ya sean socialistas de derechas o de izquierdas.

Un ejemplo fue el presidente socialista español, ese manirroto llamado Zapatero que, durante dos legislaturas, endeudó a los españoles hasta las cejas para pagar políticas que le hacían ganar votos garantizándose así seguir medrando en el poder. El futuro del país le ha importado una mierda.  Sólo ha vivido para enquistarse en el gobierno él y los suyos. Sin embargo el movimiento de ilusos indignados “Democracia Real Ya” sale a la calle ahora, cuando todo está perdido y el país en quiebra técnica. ¿Dónde estabais hace 7 años cuando unos pocos ya veíamos que Zapatero llevaba a los españoles al abismo con sus políticas necrófilas, sectarias y liberticidas? ¡Ahora os echáis a la calle cuando ya no queda pasta para callaros con el timo del Estado de Bienestar!

El Estado del Bienestar es como un somnífero que los gobernantes populistas suministran a sus vasallos para captar su voto en las elecciones. El Estado del Bienestar no es otra cosa que la devolución, en forma de falsa dádiva,  de un “pedacito” de la riqueza que, con antelación, se ha sustraído a los ciudadanos más trabajadores, más ahorradores o más emprendedores.

España constituye un ejemplo clarificador de adonde nos aboca el
Estado del Bienestar. Sabemos que a una cantidad de desempleados, cada vez más numerosa, se les viene garantizando un subsidio mísero en base a la redistribución de la riqueza que, cuando estaban en activo y consumían, se les expropió durante años vía impuestos.

Para que el ejército de parados siga subsidiado es preciso incrementar la fiscalidad a los que tengan aún la suerte de conservar su trabajo o a los emprendedores que mantengan a duras penas sus empresas. Éstos últimos cuando no aguantan más la cierran y sus trabajadores quedan en situación de desempleo.

Así todos pasan a formar parte de ese terrible ejército de parados perceptores de subsidio. Así se retroalimenta el proceso en un círculo vicioso cada vez más descomunal e insostenible. Aquí es dónde el socialismo alcanza su objetivo: igualarnos a todos, pero en el grado de miseria y dependencia.

En un sistema de economía de mercado puedes mejorar con talento y esfuerzo, mientras que bajo el socialismo sólo puedes prosperar empleando la infamia. Es necesario más Libertad del individuo y menos Estado. Más iniciativa privada y menos intervencionismo público. Todo lo contrario a lo que reivindican los extasiados con el movimiento de indignados 15M o Spanish Revolution.

La única forma posible que tiene la gente con menos recursos económicos para mejorar su situación es a través de ese MERCADO tan injustamente odiado, es decir, garantizando más libertad a las relaciones sociales entre los ciudadanos para que se generen nuevas iniciativas de negocio y nuevos proyectos empresariales, cuyo resultado siempre es el aumento de nuevas oportunidades de trabajo, así como una mayor oferta de bienes y servicios para toda la sociedad; no sólo para los más pudientes, como ocurre con el socialismo.

Pero este objetivo es imposible alcanzarlo si existe un Estado, en manos de una casta política parasitaria, populista y perversa que interviene, presiona fiscalmente y utiliza la coacción sistemática para someter a los ciudadanos. Desgraciadamente el socialismo nunca abandonará esas armas tan poderosas,  puesto que en ese caso reconocería su fracaso y el error intelectual que constituye su ideología.

Una pregunta, ¿si no fuera por el mercado y la globalización, cómo cojones habrían tenido esa chusma de indignados liberticidas del 15M o Spanish Revolution que acamparon en la Puerta del Sol de Madrid, tiendas de campaña de calidad y bajo precio como las que vende la multinacional DECATHLON? ¿Porqué no se montaron unas chabolas con cañizo y troncos? ¿Y los generadores y ordenadores portátiles que utilizaron para tener electricidad y estar informados a tiempo real respectivamente? ¿Acaso no es el mercado quien los fabrica y comercializa? ¿Porqué no se van a una cueva e intentan vivir sin economía de mercado? Mejor, ¿Porqué no se marchan a Cuba dónde su tan odiado MERCADO brilla por su ausencia?

Existen en España dos regiones que demuestran como el sistema socialista ha causado mayor miseria y subdesarrollo. Son Andalucía y Extremadura.

¿Cómo es posible que en dichas regiones, en las que han gobernado sólo políticos socialistas desde que se constituyeron como Comunidad Autónoma hace más de 30 años, figuran en la cola de nivel de renta, pero en los primeros puestos en el índice de subdesarrollo y desempleo; a pesar de las ingentes ayudas recibidas del resto de comunidades autónomas y fondos para el desarrollo de la Unión Europea?

Lo que ha sucedido en Andalucía y Extremadura no es sólo el resultado de las ineptitudes de su casta política socialista corrupta, perversa, manirrota y parasitaria que también; sino la consecuencia inevitable de llevar a la práctica una ideología que daña la armonía social, genera miseria y corrompe a la gente.

Esas regiones españolas que fueron condenadas al fracaso social son el reflejo del daño que puede hacer el socialismo a un pueblo. Un pueblo subsidiado que siempre ha votado para no perder el subsidio o para que, “con toa la jeta del mundo” coloquen a la familia en una empresa pública. Un pueblo que fue controlado, manipulado y alienado para que el socialismo, que se constituyó en la nueva aristocracia de color rojo, pudiera seguir medrando en el poder de forma vitalicia. Sin embargo, la gallina de los huevos de oro se murió. Con eso no contaban esos “hijos de ....... su madre”.






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domingo, 9 de enero de 2011

La bondad del capitalismo y la pesadilla del socialismo


¡Que cansinos que son los liberticidas! ¿No se dan cuenta que el socialismo es una ideología que nunca podrá funcionar?. El socialismo es inviable porque es un error intelectual.

Ya fracasó el socialismo real que fue desplazado por el socialismo light de las socialdemocracias intervencionistas, que sigue siendo socialismo pero más disimulado porque utiliza la democracia para alcanzar el poder con el propósito de repetir pseudodemocráticamente aquel socialismo del siglo XX, genocida y creador de miseria. Esto está sucediendo en países como Venezuela, Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador o España. Afortunadamente la maniobra falló en Honduras.

No hay duda que el intervencionismo económico en los países desarrollados ha sido el culpable de la conflictividad social y la crisis económica que se extiende por el mundo. Un mundo socialista. Un mundo en el que el socialismo de derechas o de izquierdas ha hecho mella. Un mundo donde el maldito mercantilismo se extiende por todos los rincones y es aplicado, en diferente grado, por todos los gobiernos de todo color. Un mundo donde el perverso intervencionismo golpea a los ciudadanos despojándoles poco a poco de su Libertad.

Os voy a aclarar que es el socialismo definiendo antes lo que es la función empresarial. La función empresarial no es otra cosa que una aptitud natural del ser humano utilizada desde los tiempos prehistóricos.

La función empresarial no es sólo aquella que practica un ciudadano cuando monta un negocio, un hecho que odian demasiado los liberticidas socialistas de izquierdas lobotomizados por la consigna de odio a la burguesía. La función empresarial es el talento, la pericia y la inteligencia de una persona para inventar bienes, fabricar herramientas, explorar territorios, concebir ideas o aprovechar las oportunidades que encuentre durante su vida. Esa disposición de crear y descubrir bienes es lo que ha distinguido siempre al hombre de los animales, también de los seres humanos no socialistas de los que sí lo son.

En el momento en el que un hombre de Cromagnon salió de su cueva para recolectar fruta o para buscar utensilios que le facilitaran fabricar herramientas ya estaba practicando la función empresarial.

Un emprendedor es todo ciudadano con una percepción creativa e innovadora, es decir, esa facultad propia de algunos hombres y mujeres que ha posibilitado la prosperidad y el desarrollo de la sociedad tal como hoy la concebimos y que es aprovechada por todos.

Las sociedades progresan gracias a esa función empresarial y al ingente número de vínculos de intercambios e interacciones voluntarias que realizan unos ciudadanos con otros obteniendo beneficios mutuos. Por eso, para posibilitar la función empresarial es vital la información o acto de descubrir un recurso aprovechable o inventar algo útil para otra persona.

Es algo tan sencillo como descubrir un bien poco valorado, mal utilizado o inexistente y ofrecérselo a alguien que lo necesita y que está dispuesto a pagar por el o quiere intercambiarlo por otro bien o servicio. Así se satisfacen necesidades mutuas, así se obtiene un beneficio, así se enriquece la sociedad.

Es la magia de millones de personas que desde que se levantan hasta que se acuestan intervienen en la economía de forma voluntaria y libre, produciendo bienes necesarios para otras, inventando herramientas útiles para el trabajo de otros ciudadanos u ofreciendo servicios especializados para la comunidad. Todo para satisfacer necesidades de la sociedad porque nos motiva el interés empresarial, es decir, el interés que todo ser humano tiene de conseguir un beneficio para mejorar su vida mejorando la de los demás.

En contra de la libre práctica de la función empresarial aparece el socialismo que, a través de un aparatoso monstruo estatal, arremete contra las interrelaciones voluntarias de cooperación social de los ciudadanos imponiéndose coactivamente, fuerza policial por medio.

Debemos remarcar que es trascendental esta característica violenta del socialismo puesto que sus seguidores la ocultan de manera sistemática. La coacción será el fundamento para mantener un sistema económico de carácter planificador e intervencionista basado en una ideología ineficaz y creadora de miseria.

Por lo tanto, la cualidad inherente del socialismo es la coacción violenta de un Estado todopoderoso mediante el cual un órgano director tiene la potestad absoluta para coordinar y satisfacer las necesidades de toda la sociedad, es decir, para dirigir utópicamente a esos millones de ciudadanos que se levantan cada mañana con necesidades personales diferentes. Ciudadanos que sólo ellos saben lo que realmente necesitan y cómo conseguirlo con la mejor relación calidad-precio porque ellos son los soberanos del mercado cuando éste es libre. Pero ahí está el Estado todopoderoso gestionado por una cuadrilla de iluminados déspotas que, como si fueran dioses, creen conocer las necesidades específicas de cada ciudadano.

Es indiferente que esa cuadrilla de parásitos aprovechados hayan alcanzado el poder o no de forma democrática. En ambas situaciones la inviabilidad del socialismo se mantiene, puesto que existirá siempre un órgano director que aplica coactivamente su particular percepción del mundo, es decir, su pueril coordinación de la sociedad. Lo que ocurre es que disfrazados de demócratas disimulan un poco legitimándose con esa pantomima de que les ha elegido el pueblo.

En su afán totalitario adornan su tiranía con un parlamento pseudodemocrático plagado de palmeros lameculos que son capaces de vender a su madre para medrar en el poder; así como con un poder judicial corrupto que se arrodilla ante los que tiranizan al pueblo.

El órgano director socialista desde su púlpito pretende conocer toda la información, todo lo que cada ciudadano necesita o está dispuesto a crear para intercambiarlo con otro. El socialismo cree tener aprehendido en su cerrado puño los millones de funciones empresariales que día a día determinan que una sociedad prospere. Ese es el error del socialismo.

Es imposible que un órgano director formado por descerebrados y mediocres, coacción mediante, dirijan y coordinen toda la sociedad porque es imposible que conozcan toda la información para conferir un contenido regulador a su gobierno. Las consecuencias del intento destrozarán a la sociedad chocándose el socialismo con la realidad, no sin antes dejarse por el camino a millones de muertos, así como un sendero de miseria y sufrimiento.



http://www.goear.com/listen/3b7251f/el-socialismo-del-siglo-xxi-wwwlodicecincinatotk







viernes, 24 de diciembre de 2010

La riqueza no cae del cielo


No me importa la desigualdad porque no soy envidioso, pero sí me importa la pobreza. Años y años de ayuda internacional no ha dejado otra cosa que muchos gobiernos corruptos en los países menos desarrollados y jugosas cuentas bancarias en Suiza a nombre de su casta política parasitaria. Sin embargo, continúa el clamor popular por más ayuda y más socialismo para esos desgraciados países. El Presidente socialista de Zimbawe, el Sr. Mugabe, sabe mucho de esto.

No es la riqueza la que corrompe a los hombres, sino la ambición de ser más ricos sin trabajar. Y por trabajar entiéndase tanto la labor de los operarios de las fábricas, talleres, oficinas o tiendas como el trabajo intelectual de sus propietarios que suelen realizarlo, éstos últimos, con dedicación exclusiva y sin límite de horas.

Tampoco la riqueza cae del cielo, es más, aquellos países que disfrutan de buen clima, reservas de petróleo, grandes bolsas de gas, bosques madereros, lluvia abundante, etc. tienen que trabajar para desarrollar tales ventajas convirtiéndolas en recursos útiles. Por esto se comprende que la distribución desigual de la riqueza en el mundo se debe a las zancadillas que ponen los liberticidas al capitalismo democrático.

Sin trabajo, inventiva, ahorro o iniciativa no hay riqueza. Pero ni el esfuerzo, el emprendimiento o la investigación se cultivan si sus frutos son sistemáticamente robados por déspotas excusándose en un Estado colectivo todopoderoso, liberticida, planificador e intervencionista; porque cualquier gobierno que le quita a Ramón para dárselo a Tomás está robando.

Nadie cuestiona que hay mucha gente con una vida precaria y mísera, pero el gran obstáculo a su prosperidad no es que no les ayudemos lo suficiente o que no se redistribuya la riqueza creada. Tantas veces nos han predicado los socialistas que ellos existen porque hay pobreza, que no caemos en la cuenta de que es al revés; que no se trata de distribuir la riqueza existente sino de la creación de más riqueza y esto sólo sabe hacerlo el capitalismo democrático en un entorno de Libertad. El hecho de que libertad y riqueza vayan de la mano es una muy feliz coincidencia.

Se debe enseñar a los países más pobres a producir. Debemos insistir que la casta política de los países pobres se retiren y disfruten de sus cuentas suizas, al menos así la población tendrá oportunidad de quitárselos de en medio. Tenemos que exigir la desaparición de aranceles y que no se machaque a impuestos a los ciudadanos productivos; así como que se promulgue la infraestructura legal apropiada que garantice la propiedad privada, las inversiones y la integridad de los contratos.

Todo lo expresado fomenta la productividad y la esperanza de prosperar porque la gente puede entonces gozar del fruto de su esfuerzo, ya sea como trabajador o empresario. Esto fue lo que en realidad logró reducir la pobreza en los países que actualmente son los más desarrollados y ricos.


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lunes, 26 de julio de 2010

La pobreza de los pueblos






El otro día discutía con Mateo, un socialista de consigna y panfleto. La discusión trataba sobre la causa de la pobreza de los pueblos. Mateo empezó a desvariar y ponerse nervioso cuando le lancé la siguiente pregunta:

-¿Qué ocurriría si usted y yo somos del mismo pueblo e iniciamos el año con idéntica cantidad de dinero y parcela de terreno pero, mientras yo compro semillas y cultivo un huerto, usted se gasta el dinero con sus camaradas en reuniones de taberna y comidas de partido para debatir la forma de colectivizar todas las tierras del pueblo y distribuir la riqueza?

- ¿ ……….. ? – Mateo parecía ido, pero yo le ayudé en la respuesta.

- ¡Pues que al final de año usted no tendrá nada y yo tendré kilos y kilos de frutas y verduras, parte lo utilizaré para mi consumo, otra parte la venderé e incrementaré así mi patrimonio comprando nuevas tierras; y otra parte, anticipándome a la típica acusación que me vas a lanzar siguiendo la consigna enquistada en tu cerebro sobre la malicia y el egoísmo del burgués emprendedor, se la regalaré a los más desfavorecidos: tales como huerfanitos, ancianos abandonados en gasolineras y a personas que sufran invalidez! Pero no tendré compasión con vuestro prototipo socialista de “persona desfavorecida”, esos tiarrones y tiarronas que no tienen ingresos porque no soportan trabajar y que, para poder medrar a costa del contribuyente, suelen militar en partidos socialistas de izquierdas y de derechas enquistados en el poder.

- ¡Pero los recursos están limitados y no hay para todos, el petróleo se acaba!- Me contesta Mateo balbuceando.

-Responda a esto Sr. Mateo: ¿Es limitada la producción de los huertos si utilizamos fertilizantes y un sistema de rotación de cultivos? ¿La innovación y el desarrollo tecnológico son limitados? ¿La energía nuclear es una energía limitada? Y la última pregunta: ¿Ahora que he recogido la cosecha, dirá usted, tirando de consigna, que soy rico y tengo mucho porque otros tienen poco?.

-¡Pero los países desarrollados explotan al tercer mundo! –Me responde Mateo recurriendo de nuevo a la típica consigna socialista.

-Sr. Mateo, Traslademos el ejemplo del huerto a naciones cuyos gobernantes, en algunos casos, hubieran sido unos mediocres que odian la propiedad privada salvo la suya, que no saben lo que es sacar adelante una empresa o nunca han trabajado por cuenta ajena, tipos intervencionistas, chupópteros, demagogos y déspotas; y en otros casos, las mismas naciones hubieran sido gobernadas por personas inteligentes, trabajadoras y honradas que cuando entran en política pierden más que ganan, que son auténticos demócratas que luchan por la separación de los poderes, que creen en la Libertad del individuo y minimizan al Estado para maximizar las libertades de sus ciudadanos. Es obvio que las diferencias en cuanto al desarrollo, prosperidad, bienestar y calidad de vida de esas naciones serán enormes en función de la clase política que hubieran tenido.

Mientras yo seguía lanzándole dosis de realismo, Mateo no dejaba de mirar hacia los lados como si le faltara algo.

-Sr. Mateo, la desfachatez del discurso socialista es enorme. Vuestra única ventaja es que utilizáis perversamente la ignorancia y desesperación de la gente para embaucarles en vuestra aberrante aventura política que destroza sociedades. Sois como el caballo de Atila que donde pisaba no volvía a crecer la hierba.

- ¡Pero el nuevo socialismo del siglo XXI no es como el de la antigua URSS, su espíritu es el de Robin Hood!-, Replicó Mateo.

-Sr. Mateo, ¿Usted se cree que todos somos pánfilos como los que siguen aborregadamente la consigna socialista? ¡Cuba es pobre a causa del socialismo y Venezuela intenta imitar la misma atrocidad!. Yo sólo me limito a observar y analizar. Observo que en Cuba falta con frecuencia el papel higiénico y mi análisis me dice que el sistema económico en Cuba es de puta pena. Observo que la gente quiere salir de la isla y no le dejan, entonces mi análisis me dice que no hay Libertad y que los cubanos están hasta los cojones de la “robolución”. Reflexionemos sobre el nuevo socialismo del siglo XXI: Venezuela, un país rico en recursos naturales, pero en el que empiezan a escasear en las tiendas los productos básicos, donde a ciertas horas ya hay cortes de luz y agua, donde se reprime a los opositores y se cierran medios de comunicación, donde se expropian empresas y fincas de cultivo ahuyentando a los emprendedores; todo indica que este nuevo socialismo se parece mucho al antiguo, sigue siendo la misma mierda, el mismo fraude de siempre pero protagonizado por nuevos estafadores que, incluso algunos, no dudan en disfrazarse de indio, como ocurre en Bolivia, para trincar así con mayor facilidad aprovechándose de la mediocridad y miseria de la gente.

-¡No tienen papel higiénico porque el imperialismo yankee lo impide con el bloqueo marítimo! – responde Mateo siguiendo al pie de la letra otra de las famosas consignas socialistas.

- ¿Que cojones de embargo es ese que en los hoteles para turistas existe papel higiénico y no en las casas de los cubanos que no pertenecen al partido único? Sr. Mateo, impasibles, los nuevos socialistas del siglo XXI continuáis empeñados en engañar a las masas con falsedades como la de que os sacrificáis por la igualdad y la justicia social. Más bien os entremetéis en todos los campos corrompiendo la mentalidad de las gentes y haciéndolas creer que la colectivización forzosa y redistribución de la riqueza es la solución.

- ¡Pero ahora hay más pobres que nunca!-, replicó Mateo con cara de incrédulo.

-Sr. Mateo no me sea demagogo, debería saber que a pesar de haber más población que nunca la proporción de pobres se ha reducido drásticamente sobre todo allí donde se ha abrazado a la Economía de Mercado y no se han puesto zancadillas a la globalización. Ricos o pobres existieron y existirán siempre. Desde el momento que un hombre de Cromagnon se molestaba en cazar más que otro, o en curtir más pieles, o en recolectar más frutos; ya era más rico que su semejante. Actualmente todo funciona igual a pesar de que algunos tipejos quieren igualar a todos a la fuerza robando la propiedad a los productivos para regalársela a otros y generar clientelismo. Por ello, estas crisis económicas que sufrimos por culpa de los gobiernos intervencionistas son la excusa perfecta para poner en funcionamiento esas pérfidas tácticas y ganarse con vileza al pueblo.

- ¡ Fascista neocón de mierda !- , fueron las últimas palabras de Mateo mientras se alejaba con paso acelerado.

http://www.youtube.com/watch?v=8w4sLRheYUw

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domingo, 16 de mayo de 2010

Cír…. culos malditos


Existen dos fenómenos que fomentan el subdesarrollo y la pobreza. Uno es el fenómeno llamado “círculo de la miseria”, muy habitual en naciones pobres. Consiste en lo siguiente: Si no hay demanda, no hay empresarios que estén interesados en invertir; si no existe inversión no se crea empleo y si no hay trabajo la gente no percibe salarios con los que pueden comprar bienes y servicios para satisfacer sus necesidades, es decir, no se genera demanda.

Sólo los países subdesarrollados que han abierto sus brazos a una economía de mercado globalizadora han roto el maldito “círculo de la miseria” que los ahogaba. Para ello deben echar a patadas a los políticos corruptos, ofrecer seguridad jurídica a las inversiones; además de fomentar políticas laborales y fiscales competitivas.

El otro fenómeno lo denomino “círculo de la política populista” que es típico de socialdemocracias donde paulatinamente y con disimulo se machaca a la clase media. Allá donde acontece el “círculo de la política populista” la economía se resiente hasta tal punto que al final aparece la pesadilla del “círculo de la miseria”

Es normal que en las naciones cuya mayoría de ciudadanos son gente mediocre, perezosa, envidiosa y aborregada, pero que conservan a duras penas un sistema democrático para elegir a sus gobernantes, voten por candidatos que se presentan como sus defensores, ofreciéndoles dádivas en forma de subsidios, ayudas y subvenciones. A esto se denomina también voto cautivo y es el primer paso para adentrarse en las tinieblas de un sistema totalitario que arrastrará a toda la población hacia el “círculo de la miseria”

Los programas políticos con los que se presentan esos politicastros a las elecciones no son sostenibles en el tiempo sin causar graves desequilibrios económicos y sociales tales como una sangrante deuda pública, devaluaciones, inflación, conflictividad, vulneración de la ley, corrupción, fusión de los poderes del Estado, intervencionismo en todos los rincones de la vida de los ciudadanos. Son programas nefastos pero que sirven a corto plazo para ganar elecciones.

Las masas pastueñas y poco reflexivas se identificarán siempre con los candidatos que más prometen sin preocuparse de cómo cumplirán lo prometido. Es triste que los escasos candidatos que realmente podrían gestionar con eficacia un país y hacerlo próspero, son silenciados por los medios de comunicación que se postran de forma canallesca y perversa a los pies de los poderosos gobiernos populistas. Me refiero a los candidatos honrados que cuando deciden entrar en política pierden más que ganan. Candidatos que defienden programas basados en políticas económicas prudentes que exigen sacrificio y trabajo por parte de todos, lo cual genera muy pocos votos.

En las socialdemocracias, los ciudadanos libres, independientes y responsables siempre serán minorías aplastadas “democráticamente” por las mayorías, es decir, por esas masas lanares que sólo ven a corto plazo y no reflexionan sobre los resultados catastróficos que las políticas populistas han dejado en otros países o en su propio país, incluso en un pasado reciente.

Para colmo, si las consecuencias negativas de las políticas populistas acontecen gobernando aún sus causantes, éstos no tendrán reparo en buscar culpables de su fracaso dentro o fuera del país. ¡Y les funciona tal embuste! porque existe una multitud de gañanes con muy poco cerebro que siempre se la tragan doblada y les vuelven a confiar su voto sin querer ver que esos déspotas utilizan tanto la angustia de la gente como su ignorancia en el funcionamiento de la economía, para prometerles otra vez lo que ya ha fracasado.

Para no llegar al desesperante “círculo de la miseria” se debe evitar el “círculo de la política populista”. Pero cuando este se enquista con fuerza en una sociedad sólo se supera por medio de experiencias traumáticas donde muere gente. Por eso, siempre lucharé para conseguir que la ciudadanía sea autodidacta en cuanto a la adquisición de una cultura política que se base en la objetividad, el sentido común y la reflexión.

Alcanzado esto, le será más fácil identificar a los falsos demócratas redentores cuya finalidad es medrar en el poder y que portan la simiente del “círculo de la política populista” cuyo fruto será irremediablemente el “círculo de la miseria”.



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http://www.youtube.com/watch?v=rgTAoZE1UYw



domingo, 14 de febrero de 2010

La pobreza de los pueblos


El otro día discutía con Mateo, un socialista de consigna y panfleto. La discusión trataba sobre la causa de la pobreza de los pueblos. Mateo empezó a desvariar y ponerse nervioso cuando le lancé la siguiente pregunta:

-¿Qué ocurriría si usted y yo somos del mismo pueblo e iniciamos el año con idéntica cantidad de dinero y parcela de terreno pero, mientras yo compro semillas y cultivo un huerto, usted se gasta el dinero con sus camaradas en reuniones de taberna y comidas de partido para debatir la forma de colectivizar todas las tierras del pueblo y distribuir la riqueza?

- ¿ ……….. ? – Mateo parecía ido, pero yo le ayudé en la respuesta.

- ¡Pues que al final de año usted no tendrá nada y yo tendré kilos y kilos de frutas y verduras, parte lo utilizaré para mi consumo, otra parte la venderé e incrementaré así mi patrimonio comprando nuevas tierras; y otra parte, anticipándome a la típica acusación que me vas a lanzar siguiendo la consigna enquistada en tu cerebro sobre la malicia y el egoismo del burgués emprendedor, se la regalaré a los más desfavorecidos: tales como huerfanitos, ancianos abandonados en gasolineras y a personas que sufran invalidez! Pero no tendré compasión con vuestro prototipo socialista de “persona desfavorecida”, esos tiarrones y tiarronas que no tienen ingresos porque no soportan trabajar y que, para poder medrar a costa del contribuyente, suelen militar en partidos socialistas de izquierdas y de derechas enquistados en el poder.

- ¡Pero los recursos están limitados y no hay para todos, el petróleo se acaba!- Me contesta Mateo balbuceando.

-Responda a esto Sr. Mateo: ¿Es limitada la producción de los huertos si utilizamos fertilizantes y un sistema de rotación de cultivos? ¿La innovación y el desarrollo tecnológico son limitados? ¿La energía nuclear es una energía limitada? Y la última pregunta: ¿Ahora que he recogido la cosecha, dirá usted, tirando de consigna, que soy rico y tengo mucho porque otros tienen poco?.

-¡Pero los países desarrollados explotan al tercer mundo! –Me responde Mateo recurriendo de nuevo a la típica consigna socialista.

-Sr. Mateo, Traslademos el ejemplo del huerto a naciones cuyos gobernantes, en algunos casos, hubieran sido unos mediocres que odian la propiedad privada salvo la suya, que no saben lo que es sacar adelante una empresa o nunca han trabajado por cuenta ajena, tipos intervencionistas, chupópteros, demagogos y déspotas; y en otros casos, las mismas naciones hubieran sido gobernadas por personas inteligentes, trabajadoras y honradas que cuando entran en política pierden más que ganan, que son auténticos demócratas que luchan por la separación de los poderes, que creen en la Libertad del individuo y minimizan al Estado para maximizar las libertades de sus ciudadanos. Es obvio que las diferencias en cuanto al desarrollo, prosperidad, bienestar y calidad de vida de esas naciones serán enormes en función de la clase política que hubieran tenido.

Mientras yo seguía lanzándole dosis de realismo, Mateo no dejaba de mirar hacia los lados como si le faltara algo.

-Sr. Mateo, la desfachatez del discurso socialista es enorme. Vuestra única ventaja es que utilizáis perversamente la ignorancia y desesperación de la gente para embaucarles en vuestra aberrante aventura política que destroza sociedades. Sois como el caballo de Atila que donde pisaba no volvía a crecer la hierba.

- ¡Pero el nuevo socialismo del siglo XXI no es como el de la antigua URSS, su espíritu es el de Robin Hood!-, Replicó Mateo.

-Sr. Mateo, ¿Usted se cree que todos somos pánfilos como los que siguen aborregadamente la consigna socialista? ¡Cuba es pobre a causa del socialismo y Venezuela intenta imitar la misma atrocidad!. Yo sólo me limito a observar y analizar. Observo que en Cuba falta con frecuencia el papel higiénico y mi análisis me dice que el sistema económico en Cuba es de puta pena. Observo que la gente quiere salir de la isla y no le dejan, entonces mi análisis me dice que no hay Libertad y que los cubanos están hasta los cojones de la “robolución”. Reflexionemos sobre el nuevo socialismo del siglo XXI: Venezuela, un país rico en recursos naturales, pero en el que empiezan a escasear en las tiendas los productos básicos, donde a ciertas horas ya hay cortes de luz y agua, donde se reprime a los opositores y se cierran medios de comunicación, donde se expropian empresas y fincas de cultivo ahuyentando a los emprendedores; todo indica que este nuevo socialismo se parece mucho al antiguo, sigue siendo la misma mierda, el mismo fraude de siempre pero protagonizado por nuevos estafadores que, incluso algunos, no dudan en disfrazarse de indio, como ocurre en Bolivia, para trincar así con mayor facilidad aprovechándose de la mediocridad y miseria de la gente.

-¡No tienen papel higiénico porque el imperialismo USA lo impide con el bloqueo marítimo! – responde Mateo siguiendo al pie de la letra otra de las famosas consignas socialistas.

- ¿Que cojones de embargo es ese que en los hoteles para turistas existe papel higiénico y no en las casas de los cubanos que no pertenecen al partido único? Sr. Mateo, impasibles, los nuevos socialistas del siglo XXI continuáis empeñados en engañar a las masas con falsedades como la de que os sacrificáis por la igualdad y la justicia social. Más bien os entremetéis en todos los campos corrompiendo la mentalidad de las gentes y haciéndolas creer que la colectivización forzosa y redistribución de la riqueza es la solución.

- ¡Pero ahora hay más pobres que nunca!-, replicó Mateo con cara de incrédulo.

-Sr. Mateo no me sea demagogo, debería saber que a pesar de haber más población que nunca la proporción de pobres se ha reducido drásticamente sobre todo allí donde han abrazado a la Economía de Mercado y no se han puesto zancadillas a la globalización. Ricos o pobres existieron y existirán siempre. Desde el momento que un hombre de Cromagnon se molestaba en cazar más que otro, o en curtir más pieles, o en recolectar más frutos; ya era más rico que su semejante. Actualmente todo funciona igual a pesar de que algunos tipejos quieren igualar a todos a la fuerza robando la propiedad a los productivos para regalársela a otros y generar clientelismo. Por ello, estas crisis económicas que sufrimos por culpa de los gobiernos intervencionistas son la excusa perfecta para poner en funcionamiento esas pérfidas tácticas y ganarse con vileza al pueblo.

- ¡ Fascista neocón de mierda !- , fueron las últimas palabras de Mateo mientras se alejaba con paso acelerado.


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