Existen dos fenómenos que fomentan el subdesarrollo y la pobreza. Uno es el fenómeno llamado “círculo de la miseria”, muy habitual en naciones pobres. Consiste en lo siguiente: Si no hay demanda, no hay empresarios que estén interesados en invertir; si no existe inversión no se crea empleo y si no hay trabajo la gente no percibe salarios con los que pueden comprar bienes y servicios para satisfacer sus necesidades, es decir, no se genera demanda.
Sólo los países subdesarrollados que han abierto sus brazos a una economía de mercado globalizadora han roto el maldito “círculo de la miseria” que los ahogaba. Para ello deben echar a patadas a los políticos corruptos, ofrecer seguridad jurídica a las inversiones; además de fomentar políticas laborales y fiscales competitivas.
El otro fenómeno lo denomino “círculo de la política populista” que es típico de socialdemocracias donde paulatinamente y con disimulo se machaca a la clase media. Allá donde acontece el “círculo de la política populista” la economía se resiente hasta tal punto que al final aparece la pesadilla del “círculo de la miseria”
Es normal que en las naciones cuya mayoría de ciudadanos son gente mediocre, perezosa, envidiosa y aborregada, pero que conservan a duras penas un sistema democrático para elegir a sus gobernantes, voten por candidatos que se presentan como sus defensores, ofreciéndoles dádivas en forma de subsidios, ayudas y subvenciones. A esto se denomina también voto cautivo y es el primer paso para adentrarse en las tinieblas de un sistema totalitario que arrastrará a toda la población hacia el “círculo de la miseria”
Los programas políticos con los que se presentan esos politicastros a las elecciones no son sostenibles en el tiempo sin causar graves desequilibrios económicos y sociales tales como una sangrante deuda pública, devaluaciones, inflación, conflictividad, vulneración de la ley, corrupción, fusión de los poderes del Estado, intervencionismo en todos los rincones de la vida de los ciudadanos. Son programas nefastos pero que sirven a corto plazo para ganar elecciones.
Las masas pastueñas y poco reflexivas se identificarán siempre con los candidatos que más prometen sin preocuparse de cómo cumplirán lo prometido. Es triste que los escasos candidatos que realmente podrían gestionar con eficacia un país y hacerlo próspero, son silenciados por los medios de comunicación que se postran de forma canallesca y perversa a los pies de los poderosos gobiernos populistas. Me refiero a los candidatos honrados que cuando deciden entrar en política pierden más que ganan. Candidatos que defienden programas basados en políticas económicas prudentes que exigen sacrificio y trabajo por parte de todos, lo cual genera muy pocos votos.
En las socialdemocracias, los ciudadanos libres, independientes y responsables siempre serán minorías aplastadas “democráticamente” por las mayorías, es decir, por esas masas lanares que sólo ven a corto plazo y no reflexionan sobre los resultados catastróficos que las políticas populistas han dejado en otros países o en su propio país, incluso en un pasado reciente.
Para colmo, si las consecuencias negativas de las políticas populistas acontecen gobernando aún sus causantes, éstos no tendrán reparo en buscar culpables de su fracaso dentro o fuera del país. ¡Y les funciona tal embuste! porque existe una multitud de gañanes con muy poco cerebro que siempre se la tragan doblada y les vuelven a confiar su voto sin querer ver que esos déspotas utilizan tanto la angustia de la gente como su ignorancia en el funcionamiento de la economía, para prometerles otra vez lo que ya ha fracasado.
Para no llegar al desesperante “círculo de la miseria” se debe evitar el “círculo de la política populista”. Pero cuando este se enquista con fuerza en una sociedad sólo se supera por medio de experiencias traumáticas donde muere gente. Por eso, siempre lucharé para conseguir que la ciudadanía sea autodidacta en cuanto a la adquisición de una cultura política que se base en la objetividad, el sentido común y la reflexión.
Alcanzado esto, le será más fácil identificar a los falsos demócratas redentores cuya finalidad es medrar en el poder y que portan la simiente del “círculo de la política populista” cuyo fruto será irremediablemente el “círculo de la miseria”.
www.lodicecincinato.tk
http://www.youtube.com/watch?v=rgTAoZE1UYw
Sólo los países subdesarrollados que han abierto sus brazos a una economía de mercado globalizadora han roto el maldito “círculo de la miseria” que los ahogaba. Para ello deben echar a patadas a los políticos corruptos, ofrecer seguridad jurídica a las inversiones; además de fomentar políticas laborales y fiscales competitivas.
El otro fenómeno lo denomino “círculo de la política populista” que es típico de socialdemocracias donde paulatinamente y con disimulo se machaca a la clase media. Allá donde acontece el “círculo de la política populista” la economía se resiente hasta tal punto que al final aparece la pesadilla del “círculo de la miseria”
Es normal que en las naciones cuya mayoría de ciudadanos son gente mediocre, perezosa, envidiosa y aborregada, pero que conservan a duras penas un sistema democrático para elegir a sus gobernantes, voten por candidatos que se presentan como sus defensores, ofreciéndoles dádivas en forma de subsidios, ayudas y subvenciones. A esto se denomina también voto cautivo y es el primer paso para adentrarse en las tinieblas de un sistema totalitario que arrastrará a toda la población hacia el “círculo de la miseria”
Los programas políticos con los que se presentan esos politicastros a las elecciones no son sostenibles en el tiempo sin causar graves desequilibrios económicos y sociales tales como una sangrante deuda pública, devaluaciones, inflación, conflictividad, vulneración de la ley, corrupción, fusión de los poderes del Estado, intervencionismo en todos los rincones de la vida de los ciudadanos. Son programas nefastos pero que sirven a corto plazo para ganar elecciones.
Las masas pastueñas y poco reflexivas se identificarán siempre con los candidatos que más prometen sin preocuparse de cómo cumplirán lo prometido. Es triste que los escasos candidatos que realmente podrían gestionar con eficacia un país y hacerlo próspero, son silenciados por los medios de comunicación que se postran de forma canallesca y perversa a los pies de los poderosos gobiernos populistas. Me refiero a los candidatos honrados que cuando deciden entrar en política pierden más que ganan. Candidatos que defienden programas basados en políticas económicas prudentes que exigen sacrificio y trabajo por parte de todos, lo cual genera muy pocos votos.
En las socialdemocracias, los ciudadanos libres, independientes y responsables siempre serán minorías aplastadas “democráticamente” por las mayorías, es decir, por esas masas lanares que sólo ven a corto plazo y no reflexionan sobre los resultados catastróficos que las políticas populistas han dejado en otros países o en su propio país, incluso en un pasado reciente.
Para colmo, si las consecuencias negativas de las políticas populistas acontecen gobernando aún sus causantes, éstos no tendrán reparo en buscar culpables de su fracaso dentro o fuera del país. ¡Y les funciona tal embuste! porque existe una multitud de gañanes con muy poco cerebro que siempre se la tragan doblada y les vuelven a confiar su voto sin querer ver que esos déspotas utilizan tanto la angustia de la gente como su ignorancia en el funcionamiento de la economía, para prometerles otra vez lo que ya ha fracasado.
Para no llegar al desesperante “círculo de la miseria” se debe evitar el “círculo de la política populista”. Pero cuando este se enquista con fuerza en una sociedad sólo se supera por medio de experiencias traumáticas donde muere gente. Por eso, siempre lucharé para conseguir que la ciudadanía sea autodidacta en cuanto a la adquisición de una cultura política que se base en la objetividad, el sentido común y la reflexión.
Alcanzado esto, le será más fácil identificar a los falsos demócratas redentores cuya finalidad es medrar en el poder y que portan la simiente del “círculo de la política populista” cuyo fruto será irremediablemente el “círculo de la miseria”.
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pues aquí parece que se ha instalado el pesebre y la partitocracia con apariencia de "democracia", y veo muy difícil que cambie...¿sólo nos queda la guillotina...? saludos
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