Alguna vez lo he dicho: últimamente, Aznar, cada vez que habla, mejor me cae. Si este hombre hubiera aplicado todo lo que dice ahora cuando gobernaba, sería todo un referente liberal, más aún comparándolo con el Zapatero que en desgracia nos cayó encima allá por aquel ya lejano marzo de 2004. Pero, para bien o para mal, estamos en manos de los políticos y se conformó con ser un buen gestor económico.
Lo que declaró ayer en Viena confirma lo que venía pensando, desde hace tiempo: junto con Esperanza Aguirre, estamos ante el político liberal clásico español.
A diferencia de la sumisión zapateril a las satrapías islámicas, a través de su pomposa y hueca Alianza de las Civilizaciones, Aznar ha diferenciado entre lo que son éstas, la oposición a ellas y la guerra contra el terrorismo y lo que es la tolerancia religiosa. Ha reivindicado el posicionamiento de España con el atlantismo y el intento de llevar la democracia al corazón de Oriente Medio, durante su presidencia, al decir que "no debemos resignarnos a la falta de libertad y de democracia en buena parte de los países musulmanes".
Ha afirmado que hay que "mantener los principios de nuestras sociedades abiertas y acoger a personas que profesan unas determinadas creencias y quieren usar el espacio público con respeto a los principios constitutivos de las democracias" frente a "una Europa debilitada y fragmentada en guetos identitarios". En efecto, la libertad confesional es un principio fundamental. Si empezamos pidiendo la ilegalización de coranes y velos, llegará el iluminado que quiera prohibirnos a nosotros la Biblia.
Lo que declaró ayer en Viena confirma lo que venía pensando, desde hace tiempo: junto con Esperanza Aguirre, estamos ante el político liberal clásico español.
A diferencia de la sumisión zapateril a las satrapías islámicas, a través de su pomposa y hueca Alianza de las Civilizaciones, Aznar ha diferenciado entre lo que son éstas, la oposición a ellas y la guerra contra el terrorismo y lo que es la tolerancia religiosa. Ha reivindicado el posicionamiento de España con el atlantismo y el intento de llevar la democracia al corazón de Oriente Medio, durante su presidencia, al decir que "no debemos resignarnos a la falta de libertad y de democracia en buena parte de los países musulmanes".
Ha afirmado que hay que "mantener los principios de nuestras sociedades abiertas y acoger a personas que profesan unas determinadas creencias y quieren usar el espacio público con respeto a los principios constitutivos de las democracias" frente a "una Europa debilitada y fragmentada en guetos identitarios". En efecto, la libertad confesional es un principio fundamental. Si empezamos pidiendo la ilegalización de coranes y velos, llegará el iluminado que quiera prohibirnos a nosotros la Biblia.
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Otra cosa son los invertidos paganos que nos (des)gobiernan: se ponen en contra de la autonomía otorgada a un centro educativo y defienden la libertad religiosa sólo de una minoría, olvidando a la mayoría. Para ellos es tolerable el velo, es un elemento cultural, y el crucifijo, sin embargo, es "facha". Muy bien,... pero que "muy bien". El crucifijo choca con mis creencias cristianas y está fuera de la Biblia, es un artefacto de idolatría ("No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra; no te inclinarás a ellas, ni las honrarás, porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, a los que me aborrecen, y que hago misericordia en millares a los que me aman, y guardan mis mandamientos". Ex. 20:4–6. Dt. 5:8–10), pero nunca negaré ni por asomo a los católicos el derecho a exhibirlo en los espacios públicos. Pero, en fin, tenemos un gobierno de afrancesados, hijos del laicismo agresivo de la Revolución Francesa. Son discípulos de Robespierre. Conste que, para mí, el Islam es un elemento anticristiano y extraño a Europa, me causa el mayor de los rechazos, pero eso es otra cuestión.
Lo que de verdad me preocupa es la actitud de parte de la derecha, bastante cercana a estos criterios afrancesados, como he dicho. Muchos, al tocar el tema de la presencia musulmana en España y Europa, caen en lo políticamente correcto y no se atreven a decir que hay que expulsar a todos los inmigrantes ilegales. Y, a la vez, consideran que hay que aplicar a los musulmanes que viven en España un laicismo forzoso, prohibiendo, por ejemplo, el velo en las mujeres, con el argumento de que el Islam nos está invadiendo, de que dentro de 40 o 50 años "nos vamos a enterar" y de que hay que defender la civilización occidental. Con esto último estoy de acuerdo y sí hay demasiados musulmanes, pero esto es, precisamente, debido a que no se cumple estrictamente la ley y a que estamos inundados de inmigrantes ilegales (musulmanes o no). Veo que confunden una cuestión con otra: piden aplicar poco menos que un pequeño "apartheid" para musulmanes pero no exigen que a los ilegales (muchos de ellos, precisamente, musulmanes) se les ponga el avión de regreso a casa. Si me preguntan diré que prefiero que haya una moratoria en la llegada de inmigrantes y que se expulse a todos los ilegales pero que siempre defenderé la libertad de usar símbolos religiosos de los que estén aquí mientras no infrinjan las leyes ni cometan delitos al poner en práctica sus creencias. Si cometen delito, un bocadillo, un avión y vuelta a casa. Con prohibición de volver a pisar nuestro territorio, por supuesto.
Todo ello, por supuesto, aparte de la incongruencia que sería estar luchando en Irak (bueno, de allí a nosotros nos desertó el Zapatero) y Afganistán (aunque la Chacón diga que allí lo que hacemos es repartir medicinas y alimentos) para liberar a musulmanes del terrorismo y el totalitarismo islamista, mientras se impone una dictadura en miniatura a los de aquí.
Aznar: "Las democracias europeas deben abrirse a la presencia del Islam"
LIBERTAD DIGITAL
El presidente de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales FAES, José María Aznar, ha pronunciado la conferencia "Los retos del Islam en Europa", este viernes en el Fórum de Viena 2010. En su discurso, Aznar ha subrayado que "no tenemos un problema con el Islam. Tenemos un problema, y un problema grave, con el yihadismo y con los radicales y con quienes desde allí derivan hacia la intolerancia y la violencia. Y ese problema lo compartimos con musulmanes de todo el mundo".
Aznar ha llamado a Occidente y a los países musulmanes a "utilizar toda nuestra fuerza moral y determinación política para acabar con esta amenaza", y ha recordado, además, que "la mayoría de las víctimas del terrorismo yihadista son hoy musulmanes".
En este sentido, Aznar ha afirmado que “las democracias europeas deben abrirse a la presencia en su seno del Islam”, en un contexto de igualdad esencial en dignidad y derechos de las personas, y ha defendido “mantener los principios de nuestras sociedades abiertas y acoger a personas que profesan unas determinadas creencias y quieren usar el espacio público con respeto a los principios constitutivos de las democracias” frente a “una Europa debilitada y fragmentada en guetos identitarios”. “Es importante apoyar a los musulmanes que son demócratas y han asumido su fe y sus creencias en una sociedad abierta, o que trabajan para que sus países también sean sociedades abiertas”, ha aseverado el presidente de FAES.
Para Aznar, “reclamar el derecho a la libertad religiosa en todo el mundo” debe formar parte de la política exterior europea, ya que, según ha explicado, no debemos “resignarnos a la falta de libertad y de democracia en buena parte de los países musulmanes”.
Lo que de verdad me preocupa es la actitud de parte de la derecha, bastante cercana a estos criterios afrancesados, como he dicho. Muchos, al tocar el tema de la presencia musulmana en España y Europa, caen en lo políticamente correcto y no se atreven a decir que hay que expulsar a todos los inmigrantes ilegales. Y, a la vez, consideran que hay que aplicar a los musulmanes que viven en España un laicismo forzoso, prohibiendo, por ejemplo, el velo en las mujeres, con el argumento de que el Islam nos está invadiendo, de que dentro de 40 o 50 años "nos vamos a enterar" y de que hay que defender la civilización occidental. Con esto último estoy de acuerdo y sí hay demasiados musulmanes, pero esto es, precisamente, debido a que no se cumple estrictamente la ley y a que estamos inundados de inmigrantes ilegales (musulmanes o no). Veo que confunden una cuestión con otra: piden aplicar poco menos que un pequeño "apartheid" para musulmanes pero no exigen que a los ilegales (muchos de ellos, precisamente, musulmanes) se les ponga el avión de regreso a casa. Si me preguntan diré que prefiero que haya una moratoria en la llegada de inmigrantes y que se expulse a todos los ilegales pero que siempre defenderé la libertad de usar símbolos religiosos de los que estén aquí mientras no infrinjan las leyes ni cometan delitos al poner en práctica sus creencias. Si cometen delito, un bocadillo, un avión y vuelta a casa. Con prohibición de volver a pisar nuestro territorio, por supuesto.
Todo ello, por supuesto, aparte de la incongruencia que sería estar luchando en Irak (bueno, de allí a nosotros nos desertó el Zapatero) y Afganistán (aunque la Chacón diga que allí lo que hacemos es repartir medicinas y alimentos) para liberar a musulmanes del terrorismo y el totalitarismo islamista, mientras se impone una dictadura en miniatura a los de aquí.
Aznar: "Las democracias europeas deben abrirse a la presencia del Islam"
LIBERTAD DIGITAL
El presidente de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales FAES, José María Aznar, ha pronunciado la conferencia "Los retos del Islam en Europa", este viernes en el Fórum de Viena 2010. En su discurso, Aznar ha subrayado que "no tenemos un problema con el Islam. Tenemos un problema, y un problema grave, con el yihadismo y con los radicales y con quienes desde allí derivan hacia la intolerancia y la violencia. Y ese problema lo compartimos con musulmanes de todo el mundo".
Aznar ha llamado a Occidente y a los países musulmanes a "utilizar toda nuestra fuerza moral y determinación política para acabar con esta amenaza", y ha recordado, además, que "la mayoría de las víctimas del terrorismo yihadista son hoy musulmanes".
En este sentido, Aznar ha afirmado que “las democracias europeas deben abrirse a la presencia en su seno del Islam”, en un contexto de igualdad esencial en dignidad y derechos de las personas, y ha defendido “mantener los principios de nuestras sociedades abiertas y acoger a personas que profesan unas determinadas creencias y quieren usar el espacio público con respeto a los principios constitutivos de las democracias” frente a “una Europa debilitada y fragmentada en guetos identitarios”. “Es importante apoyar a los musulmanes que son demócratas y han asumido su fe y sus creencias en una sociedad abierta, o que trabajan para que sus países también sean sociedades abiertas”, ha aseverado el presidente de FAES.
Para Aznar, “reclamar el derecho a la libertad religiosa en todo el mundo” debe formar parte de la política exterior europea, ya que, según ha explicado, no debemos “resignarnos a la falta de libertad y de democracia en buena parte de los países musulmanes”.
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Hola Melvin, al contrario que tú, a mi me gusto más el aznar presidente que el posterior. Luego le vi hacer y decir algunas tonterías que me dejaron más decepcionadillo que otra cosa. Es verdad también que su nivel es mayor que, por ejemplo, Rajoy y no digamos ya comparado ZPapelhigiénico. No tengo muy claro si estaríamos de acuerdo en los detalles en cuanto a inmigrantes (parece que sí), musulmanes (quizá no) y parafernalias religiosas, que aquí tengo claro que deben reservarse a lo íntimo y religioso y no tocar lo público y lo común. Saludos a todos.
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