Mostrando entradas con la etiqueta robar. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta robar. Mostrar todas las entradas

miércoles, 6 de abril de 2011

El noble arte del latrocinio

            Imaginemos que quiero montar una empresa. Analizando el mercado y viendo el mejor nicho de negocio mi decisión es montar una granja de vacas para así poder producir carne, leche y piel. Esta empresa me costará crearla una cantidad de dinero que no tengo. Entonces me dedico a la búsqueda de inversores para ponerla en marcha. Entre esos inversores tengo a distintas entidades que buscan un beneficio económico, así como otras que me apoyan porque creen en mi empresa y en su filosofía. Pero resulta que de toda la inversión requerida sólo alcanzo a llenar el 20%. Entonces me acerco a un banco para solicitar el 80% restante y el banco, vistos los tiempos que corren, dice que mi inversión es muy arriesgada, que el volumen de negocio que voy a mover no llegará para pagar el préstamo en los 30 años que quiero poner para devolverlo, y que en esas condiciones sólo se arriesgarán a invertir en mi negocio un 60%. De forma que necesito un 20% que no sé de donde conseguirlo.

            Entonces se me ocurre una idea fantástica y maravillosa… tan arriesgada que podría funcionar. Miro en internet y busco gente que sea vegana, gente que esté en contra mi negocio en todas sus formas, gente que con sólo escuchar mi idea ya empiecen a tener arcadas. Anoto sus direcciones. Me acerco a una mercería y compro unas medias. Luego me voy a una tienda de caza y adquiero una escopeta. Y por último me acerco, casa por casa, a todas esas personas que jamás me aceptarían ni apoyarían mi idea de negocio y les robo el dinero que tengan en ese momento hasta alcanzar el 20% restante.

            ¿Qué os parece mi propuesta?

            Vale que la he “novelado” un poco, pero más o menos esto es lo que ocurre en este país con las subvenciones. Subvenciones de todo tipo y color, pero hoy me voy a centrar en las políticas.

            En España hay muchos partidos políticos, unos más grandes y otros más pequeños. El Estado reparte dinero entre ellos para sus distintos actos en función de su tamaño. En teoría para así “garantizar” la pluralidad en la política. En la práctica, porque así tendrán más dinero para dilapidar. El dinero que se reparte es el que previamente se le ha quitado a la gente a través de impuestos. Jamás se le ha preguntado a esa gente si quieren que se invierta su dinero en una formación política, o si tan siquiera si son afines a un partido u otro. En realidad, precisamente para que no haya “malos rollos”, se le da de cada persona, una parte proporcional a cada partido (en función de su tamaño, repito), así siempre estará la posibilidad de que una parte acabe en algún partido más o menos afín a la ideología de esa persona.

            Pero si bien a esa persona puede que no le importe que una parte de sus impuestos vaya a un partido, tal vez le moleste, o le fastidie que vaya a otro (normalmente suele ser así, pues si perteneces a uno, eres enemigo acérrimo de otro). Además, si a esa misma persona le gusta tanto un partido que incluso está afiliada al mismo, en realidad ya está pagando para sustentar a ese partido, entonces ¿por qué habrá de pagar aún más?

            Seguro que cuando habéis leído el inicio del post, os ha parecido curiosa (por no decir insultante) la forma de obtener financiación para la empresa que proponía (quitarles el dinero a quienes jamás la apoyarían). Pero eso pasa en este país a la hora de financiar a las distintas entidades políticas (sean partidos, sean sindicatos, sean patronales).

            La única forma realmente justa de financiación sería la de la aportación por parte de los miembros. De esta forma sólo aquellos que realmente quisieran pagar por algo lo haría, dejando libertad para que los que quisieran pagar por el contrario pudiesen hacerlo, e incluso con la ventaja de que si no queremos pagar por ninguno, pues tendremos porqué hacerlo.

            La noticia que acaba de salir, donde se dice que aún encima se les pagará más dinero (para paliar los efectos de la inflación, dicen… pero al resto se nos sube la gasolina, el gas, la luz, la alimentación, y para “paliar” estos efectos, pues se nos suben aún más los impuestos) para la campaña y sus distintas actividades.

            Es decir… viva la Injusticia, viva la Manipulación, viva la Casta Política de este país. Roban, engañan, manipulan, mienten, extorsionan… y todo se les perdona porque lo hacen “por nuestro bien”. Cada día hay más gente que no soporta la política, cada día hay más gente que no aguanta a estos mangantes, cada día hay más gente que se presentaría voluntaria para darles una buena patada y largarlos a todos… será por eso que cada día nos roban más, más y más, pues ya no saben cuánto van a durar así. 

             Y esto por no meterme ya en el resto de las subvenciones y su significado. Cine español... Asociaciones varias... Religiones diversas... Todo en España tiene subvención. Todo en España se nutre de los impuestos que se le cobran al ciudadano. 

             Si se dejasen de tanto robo y permitiesen al ciudadano elegir en qué gastar su dinero, todos ellos acabarían en alguna esquina suplicando para vivir. Y aquellos que les darían dinero lo harían voluntariamente. Y, evidentemente, jamás tanta cantidad como ahora. Tal vez por eso jamás lo cambien, se vive demasiado bien a costa del contribuyente como para cambiar ahora.

sábado, 24 de abril de 2010

No necesitamos un Estado mastodonte


Es frecuente que el típico pseudoprogre liberticida me formule la siguiente pregunta:

¿Sin Estado con que construyes hospitales que no son rentables para la iniciativa privada?

Mi respuesta es la siguiente:

La lógica nos dice que si no son rentables es porque no se utilizan o su utilidad es desproporcionada a los medios económicos que se invierten, dinero que podría destinarse a otros fines de mayor uso; sin olvidarnos que es el propio contribuyente quien sabe emplear mejor su dinero. No todos somos gilipollas, algunos no necesitamos a nadie que administre nuestra pasta por nosotros.

Entonces, si no se utilizan para que demonios vas a construirlos, sobre todo con el dinero de otro. A eso se llama robar por intereses personales o de partido.

¡Ya se, ya sé!. No nos podemos olvidar de aquel pobre niño diabético que vive aislado en una montaña. ¡Dios mío! ¿Cómo la sociedad va a abandonarle?.

Pues nada, al típico iluminado pseudoprogre que gobierne, tan buenista y demagogo, sobre todo con la intención de ganar las próximas elecciones, siempre decidirá gastar un dineral para crear una Dirección General, dependiente del Ministerio de Obras Públicas, cuyo nombre podría ser D.G. de Infraestructuras Ruinosas de Montaña, con su director general, subdirectores y los tropecientos asesores correspondientes, todos nombrados a dedo “of course”. Se necesitarán también muchos funcionarios, si son del partido mejor, así son más leales y palmeros. Todo ello con el objeto de construirle a esa desgraciada familia un centro hospitalario cercano con toda su plantilla y dotaciones.

No nos olvidemos de construir una carretera, con puentes y túneles incluidos para que se pueda acceder al hospital; y si ponemos una línea ferroviaria mucho mejor, de esta forma damos opción a los que quieren utilizar el transporte público ¿Y porqué no un aeropuerto inútil como el de Ciudad Real (Spain)?, ¡así la desgraciada familia podrá coger sus vuelos cerca de casa para irse de vacaciones a Cancún!.

¡Que bonito es todo! Esa familia perdida en la agreste montaña, los pseudoprogres, los amiguetes con los que se contrata la obra pública y el demagogo de turno que gobierna estarán felices gracias a los mentecatos que pagan coactivamente sus impuestos.

¿No sería más fácil que dicha familia se vaya a vivir a la ciudad para poder elegir libremente entre los recursos sanitarios públicos o de iniciativa privada que se ofrecen?.

¡ Bueno, si no estás de acuerdo tú y muchos pseudoprogres como tú, siempre podéis donar la mitad de vuestro sueldo con la intención de construir hospitales en lugares poco rentables para la jodida iniciativa privada, así podréis dormir con la conciencia tranquila sin necesidad de recurrir al dinero de otros !.

Los enemigos de la libertad rechazáis la privatización porque en realidad apreciáis la coacción política y, en la privatización, veis con temeridad el ingrediente básico de la sociedad abierta: la libertad de los ciudadanos. Se os llena la boca con el Estado de bienestar, con la necesaria dependencia del Estado; pero todo eso no es más que la institucionalización del parasitismo, camuflado en el sueño de la solidaridad obligatoria y el falso progreso social utilizando el dinero de otro. Un parásito siempre intentará engañar a su huésped para no ser detectado y eliminado. A veces lo consigue. Incluso le hace creer que resulta beneficioso para su supervivencia.

No debemos olvidar que un servicio privado, y esto está demostrado, ofrece siempre mayor calidad a menor coste porque está mejor gestionado que los servicios públicos. Existe un dicho famoso que nos ilustra esto: “lo que es del común es de ningún”.

Recordemos al exministro de sanidad socialista, don Bernat Soria que aseguró que la sanidad en España, el más esencial de los servicios públicos, es universal y “gratuito".

¿Gratis?, ¡ y un carajo! Cada año los ciudadanos son forzados por el Estado a pagar más y más pasta para la sanidad, que según el exministro es falsamente gratuita. Menudo engañabobos está hecho. Pero, ¿podemos denunciar este robo y decidir donde gastar el fruto de nuestro trabajo? No, eso es imposible dirán los pseudoprogres liebrticidas, porque en ese caso nos inclinaríamos a favor de la libertad y no interesa que las masas tengan libertad puesto que sería difícil dominarlas.

Proclamaba el socialista Soria que la coacción es siempre bienvenida, porque la sanidad pública “no tiene precio”. Recordemos también como otra iluminada de su calaña, la mediocre exministra socialista egabrense, salió a escena afirmando que el dinero público no era de nadie. ¡Que cara tienen estos amantes del dinero ajeno!.

Reflexionemos con relación a la educación pública. Su función será acabar con el analfabetismo posibilitando que todo el mundo pueda formarse lo mejor posible para ser capaz, en el futuro, de sostenerse por sí mismo. Sin embargo, la ausencia de incentivos impide con frecuencia que la educación que se ofrece desde el sector público sea de calidad; impidiendo alcanzar dicho fin.

Pocos maestros funcionarios se esfuerzan, o bien, pocos directores funcionarios de escuela pública evitan enfrentarse con los docentes (la mayoría integrados en sindicatos sectarios) y exigirles resultados. Ellos saben que al final se esfuercen o no, a todos, les van a pagar lo mismo. Además está el problema del mangoneo político de la enseñanza. Me refiero a la manipulación de los alumnos por el gobierno de turno, ya sean gobiernos socialistas de derechas o gobiernos socialistas de izquierdas.

Los socialistas de todo color suelen desvirtuar por completo el concepto de lo social, que en vez de ser el producto de relaciones espontáneas, altruistas y voluntarias entre individuos libres se transforma en burocratización estatista establecida mediante la coacción.

Los ciudadanos deben exigir menos Estado y más libertad para ser responsables de sus vidas, sin que papá Estado se dedique a la fatal arrogancia de saber mejor que nosotros mismos lo que nos conviene.


http://tu.tv/videos/el-estado-somos-todos-y-un-carajo-


www.lodicecincinato.blogspot.com