lunes, 26 de julio de 2010

La pobreza de los pueblos






El otro día discutía con Mateo, un socialista de consigna y panfleto. La discusión trataba sobre la causa de la pobreza de los pueblos. Mateo empezó a desvariar y ponerse nervioso cuando le lancé la siguiente pregunta:

-¿Qué ocurriría si usted y yo somos del mismo pueblo e iniciamos el año con idéntica cantidad de dinero y parcela de terreno pero, mientras yo compro semillas y cultivo un huerto, usted se gasta el dinero con sus camaradas en reuniones de taberna y comidas de partido para debatir la forma de colectivizar todas las tierras del pueblo y distribuir la riqueza?

- ¿ ……….. ? – Mateo parecía ido, pero yo le ayudé en la respuesta.

- ¡Pues que al final de año usted no tendrá nada y yo tendré kilos y kilos de frutas y verduras, parte lo utilizaré para mi consumo, otra parte la venderé e incrementaré así mi patrimonio comprando nuevas tierras; y otra parte, anticipándome a la típica acusación que me vas a lanzar siguiendo la consigna enquistada en tu cerebro sobre la malicia y el egoísmo del burgués emprendedor, se la regalaré a los más desfavorecidos: tales como huerfanitos, ancianos abandonados en gasolineras y a personas que sufran invalidez! Pero no tendré compasión con vuestro prototipo socialista de “persona desfavorecida”, esos tiarrones y tiarronas que no tienen ingresos porque no soportan trabajar y que, para poder medrar a costa del contribuyente, suelen militar en partidos socialistas de izquierdas y de derechas enquistados en el poder.

- ¡Pero los recursos están limitados y no hay para todos, el petróleo se acaba!- Me contesta Mateo balbuceando.

-Responda a esto Sr. Mateo: ¿Es limitada la producción de los huertos si utilizamos fertilizantes y un sistema de rotación de cultivos? ¿La innovación y el desarrollo tecnológico son limitados? ¿La energía nuclear es una energía limitada? Y la última pregunta: ¿Ahora que he recogido la cosecha, dirá usted, tirando de consigna, que soy rico y tengo mucho porque otros tienen poco?.

-¡Pero los países desarrollados explotan al tercer mundo! –Me responde Mateo recurriendo de nuevo a la típica consigna socialista.

-Sr. Mateo, Traslademos el ejemplo del huerto a naciones cuyos gobernantes, en algunos casos, hubieran sido unos mediocres que odian la propiedad privada salvo la suya, que no saben lo que es sacar adelante una empresa o nunca han trabajado por cuenta ajena, tipos intervencionistas, chupópteros, demagogos y déspotas; y en otros casos, las mismas naciones hubieran sido gobernadas por personas inteligentes, trabajadoras y honradas que cuando entran en política pierden más que ganan, que son auténticos demócratas que luchan por la separación de los poderes, que creen en la Libertad del individuo y minimizan al Estado para maximizar las libertades de sus ciudadanos. Es obvio que las diferencias en cuanto al desarrollo, prosperidad, bienestar y calidad de vida de esas naciones serán enormes en función de la clase política que hubieran tenido.

Mientras yo seguía lanzándole dosis de realismo, Mateo no dejaba de mirar hacia los lados como si le faltara algo.

-Sr. Mateo, la desfachatez del discurso socialista es enorme. Vuestra única ventaja es que utilizáis perversamente la ignorancia y desesperación de la gente para embaucarles en vuestra aberrante aventura política que destroza sociedades. Sois como el caballo de Atila que donde pisaba no volvía a crecer la hierba.

- ¡Pero el nuevo socialismo del siglo XXI no es como el de la antigua URSS, su espíritu es el de Robin Hood!-, Replicó Mateo.

-Sr. Mateo, ¿Usted se cree que todos somos pánfilos como los que siguen aborregadamente la consigna socialista? ¡Cuba es pobre a causa del socialismo y Venezuela intenta imitar la misma atrocidad!. Yo sólo me limito a observar y analizar. Observo que en Cuba falta con frecuencia el papel higiénico y mi análisis me dice que el sistema económico en Cuba es de puta pena. Observo que la gente quiere salir de la isla y no le dejan, entonces mi análisis me dice que no hay Libertad y que los cubanos están hasta los cojones de la “robolución”. Reflexionemos sobre el nuevo socialismo del siglo XXI: Venezuela, un país rico en recursos naturales, pero en el que empiezan a escasear en las tiendas los productos básicos, donde a ciertas horas ya hay cortes de luz y agua, donde se reprime a los opositores y se cierran medios de comunicación, donde se expropian empresas y fincas de cultivo ahuyentando a los emprendedores; todo indica que este nuevo socialismo se parece mucho al antiguo, sigue siendo la misma mierda, el mismo fraude de siempre pero protagonizado por nuevos estafadores que, incluso algunos, no dudan en disfrazarse de indio, como ocurre en Bolivia, para trincar así con mayor facilidad aprovechándose de la mediocridad y miseria de la gente.

-¡No tienen papel higiénico porque el imperialismo yankee lo impide con el bloqueo marítimo! – responde Mateo siguiendo al pie de la letra otra de las famosas consignas socialistas.

- ¿Que cojones de embargo es ese que en los hoteles para turistas existe papel higiénico y no en las casas de los cubanos que no pertenecen al partido único? Sr. Mateo, impasibles, los nuevos socialistas del siglo XXI continuáis empeñados en engañar a las masas con falsedades como la de que os sacrificáis por la igualdad y la justicia social. Más bien os entremetéis en todos los campos corrompiendo la mentalidad de las gentes y haciéndolas creer que la colectivización forzosa y redistribución de la riqueza es la solución.

- ¡Pero ahora hay más pobres que nunca!-, replicó Mateo con cara de incrédulo.

-Sr. Mateo no me sea demagogo, debería saber que a pesar de haber más población que nunca la proporción de pobres se ha reducido drásticamente sobre todo allí donde se ha abrazado a la Economía de Mercado y no se han puesto zancadillas a la globalización. Ricos o pobres existieron y existirán siempre. Desde el momento que un hombre de Cromagnon se molestaba en cazar más que otro, o en curtir más pieles, o en recolectar más frutos; ya era más rico que su semejante. Actualmente todo funciona igual a pesar de que algunos tipejos quieren igualar a todos a la fuerza robando la propiedad a los productivos para regalársela a otros y generar clientelismo. Por ello, estas crisis económicas que sufrimos por culpa de los gobiernos intervencionistas son la excusa perfecta para poner en funcionamiento esas pérfidas tácticas y ganarse con vileza al pueblo.

- ¡ Fascista neocón de mierda !- , fueron las últimas palabras de Mateo mientras se alejaba con paso acelerado.

http://www.youtube.com/watch?v=8w4sLRheYUw

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