Hoy quisiera dejar aquí mi visión sobre el tema de la sanidad en España. Sobre todo en vista de las últimas medidas que quieren implantar los distintos gobiernos autonómicos así como el gobierno central.
En todos los ámbitos posibles siempre se busca el ahorro en todo lo relacionado con la sanidad. También se busca la reducción del gasto (aunque muchos piensen que son sinónimos, no tiene nada que ver una cosa con la otra, pues reducir el gasto es precisamente eso, gastar menos, mientras que ahorrar viene a ser ¿qué hacer con la parte sin gastar?). Y por último se busca implicar al ciudadano en estos temas. Así que voy a hablar de cada medida por separado, y a ver a que conclusión llego…
Normalmente la reducción del gasto es difícil, pues en Sanidad no hay medidas fiables al respecto. Cuando se disminuye el precio de los medicamentos, cuando sólo se financia el medicamento más barato, cuando se eliminan medicamentos de la Seguridad Social, en realidad no se garantiza una reducción de gasto, sino que son simples medidas “paliativas” del gasto. Pues cuando a una persona se le cambia el medicamento A (caro) por el B (barato), puede salir bien (reducción de gasto real), pero también puede salir mal, necesitar hospitalización y cambios de medicación más gravosos económicamente (aumento de gasto real). Por lo tanto cuando los políticos hablan de gasto, en realidad no saben de que hablan. Meten temas incompatibles entre sí… y los venden como mejoras cuando a la larga suelen ser mucho más perjudiciales.
Cuando hablan de ahorro, se refieren a la reducción de gasto, pero es una mentira. Pues todo cuanto se ahorra al gastar menos, no se guarda para imprevistos, no se invierte en mejorar el sistema, no se usa en beneficio del paciente. Todo ese dinero siempre se usa para tapar los agujeros de otras partidas presupuestarias al margen de las sanitarias. Precisamente por eso, toda medida de ahorro que han llevado a cabo JAMAS ha dado resultado. En cuanto hay un excedente (por pequeño que sea) en sanidad, rápidamente desaparece para dar paso a nuevas cifras de déficit. Pondré un ejemplo sencillo para dar más peso a esta afirmación. Imaginemos que en casa queremos comprar una televisión. La televisión A cuesta 1000 euros, y la B cuesta 800 euros. Si compro la B, mi gasto de de 800, y mi ahorro es de 200. ¿Qué hago con esos 200 euros? Pues puedo mantenerlos como “partida de imprevistos” en caso de que falle esa televisión, puedo invertirlos en un TDT, puedo invertirlos en mejorar la conexión eléctrica, puedo invertirlos en mejorar la antena, etc. Todas esas posibles mejoras repercutirían en una mejora del servicio que esa televisión me daría. Entonces, ¿qué voy a hacer al final con esos 200 euros? Pues los gasto en un pantalón que me gustaba… es decir, que no he ahorrado nada, que no he mejorado para nada la televisión (o su utilidad) y he gastado ese dinero en algo que me hacía falta, pero que no tiene nada que ver con el presupuesto inicial. Pues en Sanidad pasa igual. Todo cuanto se ahorra se gasta de forma inmediata en otras partidas presupuestarias que nada tienen que ver con la Sanidad. Por lo tanto SIEMPRE va a haber un déficit, siempre va a faltar dinero, pues nunca se reinvierte en mejorar el sistema, en hacerlo realmente competitivo y de calidad (y por lo tanto más barato realmente).
Cuando se habla de implicar al ciudadano, siempre se habla de que hay que vender que la Sanidad en España es gratuita y por lo tanto ya va siendo hora de que el ciudadano se comprometa con su sostenibilidad. A través del copago sanitario (como quieren hacer en murcia), a través del fracasado Catálogo gallego de Medicamentos (como quisieron hacer en Galicia), o a través de cualquier otra política que le haga al ciudadano pagar por la sanidad. Pero lo primero que tenemos que saber es que en España la Sanidad NO ES GRATIS, en realidad es carísima. Los que ahora “no pagan”, en realidad ya pagaron durante muchos años, y que ahora les quiten sus derechos adquiridos, que se les trate mal y que aún encima se les exija como si todo fuese un favor que “papacito Estado” les está haciendo, es rastrero y vil incluso para la Casta Política que ahora nos gobierna. A los que ahora estamos pagando nos están quitando derechos día sí, día también. Nos recortan la prestación, nos aumentan costes, y cuando nos llegue el momento de recuperar esta inversión, de seguro nos dirán que ya no tenemos nada.
Como conclusión a estos tres puntos que tanto nos venden, lo único que he sacado en claro es que “papacito Estado” necesita dinero y le da igual de donde sacarlo. Primero reduce los gastos en Sanidad (con la consiguiente pérdida de calidad, pues digan lo que digan en España es uno de los países donde menos se gasta en Sanidad de Europa, así como donde más baratos están los medicamentos, también donde más largas son las listas de espera y donde peor trato se le da al paciente, no a través de médico, sino a través de toda la burocracia asociada al proceso). Luego aún le cobra más al ciudadano (aumento de impuestos directos e indirectos, encubiertos y claramente visibles, etc.). Y aún tiene la desfachatez de decir que lo hace “por nuestro bien”.
Todo aquel que me conozca sabe que mi opinión en el tema de la Sanidad es clara. Es necesario un sistema privado 100% (conste que esto lo digo sabiendo que si se logra yo me quedo en el paro… pero aún así considero que sería la mejor salida al ciudadano, después de todo aún soy joven y puedo buscarme la vida en cualquier lado). Sin medias tintas. Sin subvenciones, sin “conciertos”, ni tonterías varias (que sólo sirven para que “papacito Estado” meta mano dentro y al final acabe jodiendo el asunto… como siempre). A día de hoy tenemos un sistema “mixto” entre público y privado. Por un lado farmacias, que son entes “privados” (al menos a la hora de pagar y tener obligaciones y responsabilidades, para todo lo demás se las considera entes “públicos” con todo lo que eso conlleva). Después están los hospitales privados y concertados (que como los privados dependen también del estado, pues no hay mucha diferencia). Y por último todo el entramado “público”. Al final como todo está atado por los designios del gobernante de turno (que los cambia según se levante con el pie izquierdo o derecho), lo único que importa es que al final tenemos un sistema lento, pesado, excesivamente burocratizado y con graves carencias en todos sus niveles. La profesionalidad se ha dejado de lado por el cumplimiento de las leyes. Los conocimientos no importan, sólo importa el “cumplir la norma sin planteársela”. La experiencia sólo tiene valor a la hora de cobrar pluses en el funcionariado, no a la hora de tomar decisiones o recomendar “esto o aquello”. Por lo tanto es un sistema absurdo y condenado al fracaso, tanto económico (como ya se está viendo) como plenamente sanitario. Mientras que un sistema 100% privado (es decir, sin ningún tipo de injerencia estatal en el asunto, ni a través de competencia desleal, ni a través de regulaciones “internas”) traería una era de calidad y buen servicio al mejor precio (ley de mercado).
El problema es llevar esto a la práctica. No puede ser hecho de la noche a la mañana. Por lo tanto ir implantándolo poco a poco, por ejemplo poniendo hoy el copago, mañana los seguros privados y pasado la liberalización del sistema… entonces yo aceptaría estas medidas, pues tendrían un fin que merecería la pena el “sobrecoste”. Pero implantar copago simplemente porque al político de turno le apetece y “queda bien”… pues no lo veo tan bien. Principalmente porque es un “sobreimpuesto”… es pagar dos veces (en realidad muchas más) por lo mismo.
Todos los meses se nos quita del sueldo una cantidad de dinero que se destina a esto. Y que ahora venga un “listillo” a decir que la Sanidad es gratis y que el ciudadano tiene que empezar a pagar por ella… pues como que ya no se pueden aguantar más mentiras… que a “ellos” les salga gratis es una cosa (los políticos en cargo electo no pagan por estas “tonterías” lo que el resto de los mortales, es plenamente simbólico), pero el resto de los mortales lo pagamos… y bien caro que nos resulta. Pues hay que empezar a quitarse la venda de los ojos en todos los aspectos. Los autónomos pagamos muchísimo por todo esto… pero es que el trabajador laboral (contratado) también paga una burrada, y quién diga lo contrario es que no sabe de matemáticas. Y lo demuestro fácilmente:
El trabajador tiene un sueldo X, por el cual cotiza un 2%, y el 28% restante lo paga el empresario… ¿Alguien se lo cree? Si el empresario contrata a ese trabajador sabiendo lo que le cuesta el trabajador, no mira el sueldo que tiene que pagar, sino todo lo que ello conlleva, cotizaciones incluidas. Y si lo contrata es porque la suma de X (sueldo) más Y (añadidos al sueldo: vacaciones, pagas extra, cotizaciones, etc.), es el “sueldo” real del trabajador. Y el empresario no gasta de su bolsillo para pagar, sino que al trabajador le da la cantidad que resta de quitar todos esos añadidos al total. Por lo tanto tampoco para el trabajador es “gratis” la sanidad.
Es cara… muy cara. En cualquier parte del mundo en que existan buenos seguros sanitarios privados, por un tercio de lo que nos quita “papacito Estado” todos los meses tendríamos derecho al mejor seguro posible (que incluye, por cierto, medicinas “gratis” cuando se necesiten). Así que lo de cobrar más por la sanidad es un timo, una estafa y una extorsión. Y que lo haga “papacito Estado” por “nuestro bien” no resta validez a mis palabras. Si lo hace como inicio del proceso que traería una sanidad 100% privada, pues lo aceptaría (aceptar no es lo mismo que compartir, pues sigo opinando que ya bastante nos han robado durante toda nuestra vida como para que aún sigan haciéndolo ahora y por el mismo motivo, pero lo asumiría como “mal menor”). Que lo hagan “porque sí”… eso jamás lo aceptaré. Y nadie debería aceptarlo.
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