sábado, 16 de octubre de 2010

¿Derecho a la vida o derecho a matar?


Algunas personas, de forma contradictoria, afirman con simpleza que “el embrión humano será una persona, pero que de momento no es nada” y digo yo, ¿cómo se puede ser persona sin serlo?

Ciertas afirmaciones mediocres confunden simples células con embriones. Son fruto de no haber repasado un libro de texto de esos que los niños llevan al colegio en sus mochilas, donde se explica que un óvulo o un espermatozoide son simples células, pero cuando se juntan forman un embrión humano

Desgraciadamente, muchos ciudadanos están empezando a imitar a aquellos impasibles europeos del siglo pasado que limpiaban las cenizas de sus ventanas, las cuales procedían de la incineración de seres humanos asesinados en los campos de exterminio próximos a sus hogares.

Recordemos por un momento que sucedía en la Alemania nacionalsocialista de Hitler, en la que no se consideraban seres humanos a la población judía y la mayoría de la gente lo acataba sin importarle, lo más mínimo, la vida de aquella gente que moría despiadadamente ante sus ojos. Otro caso sería el del genocidio de Ruanda en la que para una mayoría de la población Hutu tampoco consideraban seres humanos a los que pertenecían a la minoría Tutsi, así su conciencia estaba tranquila cuando les cortaban el cuello a machetazos.

Siempre se ha abortado, se aborta y, con total seguridad, se seguirá abortando pero eso no es argumento para tomarlo como un hecho de poca importancia y algo normal como podría ser, para muchos, orinarse mientras se duchan. Nadie decide por ti, en cuanto a mantener vivo o matar a tu hijo. El nuevo ser confía plenamente en sus padres, depende de ellos, es lo único que tiene en este mundo. Matar a vuestro hijo por el hecho de que sea muy pequeñito sólo va a depender de vosotros y vuestra conciencia. No es una cuestión de ser conservador, socialista, liberal, cristiano, judío o musulmán.

Un estimado seguidor de mi bitácora me manifestó lo siguiente:

Un óvulo tiene aproximadamente 0,1mm de diámetro. Es decir, si coges una regla y te la pones cerca, verás que realmente el espacio entre un milímetro y el siguiente es bastante amplio, y que si pusieras 10 puntitos en fila india en medio, los podrías llegar a ver a simple vista. Si ahora coges la placa y la tiras a la basura son 30 años de cárcel por homicidio

Esa cosa que no sabe nada, ni se entera, sólo es un "algo", que sí, que es vida, será una persona, y es único y valioso. Pero no me digas que su vida puede valer lo mismo que el que tu hijo tenga 22 años, venga de estar terminando sus estudios en Oxford todo ilusionado, con chiribitas en los ojos, sea un tipo estupendo, y pase un colombiano por un parque y por robarle el reloj le pegue 2 tiros sin siquiera decirle ni pío”.

Aquí mi amigo incluye en la exposición de sus dudas sobre el derecho a la vida del embrión la respuesta que está buscando. Es decir, plasma con el ejemplo el resultado cruel al que podemos llegar cuando no tiene importancia la vida. En base a esa forma de ver la vida el desastre está garantizado.

Seguramente para ese colombiano y muchos más canallas como él, la vida de ese hijo de 22 años, universitario, guapetón y con futuro tenga la misma importancia que mi amigo le da al embrión humano no nacido. Para el delincuente colombiano pegarle dos tiros a tu hijo significa lo mismo que lo que ha pensado mi amigo cuando tiraba a la basura la placa que contenía un embrión humano vivo porque, según él, no valía nada.

Muchas personas me argumentan en debates sobre el aborto que “una pareja no mantienen relaciones sexuales para luego ir a abortar”. Por supuesto que tienen razón, pero lo que nunca dicen es que esa pareja lo que no tienen es responsabilidad de sus actos puesto que papá Estado siempre les facilitará el aborto. Hacerse una paja, es decir, masturbarse en lugar de follarse a la primera persona que pase por delante cuando se tiene un calentón, no depende de ser rico o pobre, socialista o no, católico o ateo sino de inteligencia y sentido común, algo de lo que carecen muchos de los liberticidas que se apuntan a la historia aberrante del aborto libre, gratuito y universal.

Repito, el derecho a la vida no es cuestión de partidos políticos, ideologías, ni religiones sino un derecho esencial por el que nos tenemos que regir todos los seres humanos, incluso los ateos o los liberales, porque matar no es progresista, porque debemos respetar la vida de todos los seres humanos, incluso la de los que miden muy pocos centímetros.

Se ha demostrado que la sociedad civil sigue existiendo y que no todos los ciudadanos están dormidos o anestesiados por obsoletas ideologías totalitarias sustentadas en el terror y la muerte. Sin embargo, una inmensa mayoría de ciudadanos aún están confundidos o no poseen ninguna convicción sobre el tema pero, desgraciadamente, terminan optando por la comodidad y no por la ética, es decir, eligen la muerte del más débil, la muerte del ser más indefenso, la muerte de una inocente criatura que nunca se va a revolver contra sus padres.

Los socialistas siempre tienen presente en su cabeza lo de liquidar a la gente que les sobra utilizando el paredón, el suicidio asistido o no permitiéndola nacer, como en el caso de su maldito derecho al aborto. El gobierno de Zapatero, como todo gobierno socialista, es necrófilo, pudo empezar a gobernar gracias a los 192 asesinatos cometidos en un 11 de Marzo maldito, abandera la práctica de la eutanasia en hospitales públicos y defiende sin escrúpulos el aborto libre, que como todos sabemos es el anticonceptivo final y único de todos los sistemas socialistas totalitarios que ha sufrido la humanidad en el siglo XX.

En toda democracia liberal lo que debe prevalecer es el respeto a la vida y la libertad de elegir. La sentencia “Socialismo o muerte”, tan usada por Hugo Chávez y sus acólitos, ya lo dice todo. Ni respetan la Libertad ni la vida. Así es como son y no lo pueden ocultar. El marxismo, ya se sabe, se creía en posesión de una verdad absoluta dirigiendo los destinos del pueblo. Desgraciadamente, para sus seguidores sectarios la historia les ha caído encima pero, desafortunadamente, no antes de llevarse por delante a millones de disidentes. El siglo pasado es el siglo que más se ha masacrado a los hombres con la falsa bandera del progreso, la igualdad y la justicia social.

La historia del pasado siglo descansó sobre un programa totalitario del cual se desprendía el material humano excedente. Así lo hizo y también lo dejó escrito. El socialismo siempre consagrará el terror como arma política sacrificando sin pudor a seres humanos. Son gente cruel que desprecian lo más sagrado de la persona: su vida. Canallas que priorizan los derechos del más fuerte en contra de la defensa del más débil. Miserables que se ocultan detrás de leyes que huelen a muerte renunciando así a cualquier sentimiento de culpabilidad. En este sentido, el respeto a la vida se sustituye por la fe en el partido. El derecho a la vida, genuino derecho absoluto junto al de la libertad, es reemplazado por las consignas del catecismo socialista.

La cultura de la muerte del socialismo radical supone un suicidio colectivo. Si los gobiernos del mundo lo fomentan con el silencio de la ciudadanía, es muy probable que nuestra sociedad y forma de vida, la que actualmente conocemos, desaparezca.

Existe una clara tendencia para constituir un nuevo derecho basado en otorgar a algunos descerebrados el poder para matar. Ahí están las leyes de ampliación de la despenalización del aborto y de impunidad para algunos supuestos del suicidio asistido.

¿Existe un aborto bueno y un aborto malo? ¿Podemos pensar como la gentecilla que lidera el PP que el aborto es un crimen a veces y otras no? ¿Podemos asesinar a un niño porque lo diga el PP y a otros no porque no le parece bien? ¿Cómo alguien, como si fuera una deidad, puede decidir sobre la vida de otro?

Así, en un momento dado, habrá personas que ostenten el poder para terminar con la vida de otros. Por tanto, si se acaba con la vida también se acabará con toda libertad y derecho. Esta es la aportación progresista del socialismo del siglo XXI.

No se trata sólo de abortar o no, sino de garantizar o no el derecho a la vida por ser un derecho fundamental de todo ser humano. Que un gobierno garantice el derecho a la vida para casos concretos o colectivos específicos es una aberración. Ese es el terreno peligroso en el que debemos impedir que nos metan.

No debemos valorar la insignificancia de ese ser humano por su tamaño, edad, color, religión u otra característica que lo haga diferente a la mayoría. No existen seres humanos a medias, ni unas personas son seres humanos más completos que otros. O se es un ser humano o no se es. Esta es la base que debemos tener en cuenta para reflexionar sobre el tema.

Para mi, el derecho a la vida siempre prevalecerá sobre el derecho a la Libertad, entre otras cosas porque sin vida no hay Libertad, como es obvio.


Lodicecincinato.tk

3 comentarios:

  1. Los socialistas fomentan la irresponsabilida para que luego haya que poner el futuro del ciudadano en manos del estado.
    Si por ellos fuera gasearían a la oposición.

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  2. excelente post...me sé de uno a quien le acaban de conceder un Nobel de Literatura que retiró su apoyo a los peperos alegando lo poco "liberales" que eran con respecto al aborto y se marchó con UPyD...en mi opinión un liberal de verdad jamás cuestionaría el derecho a la existencia de otro,el primero de todos los derechos, pero me parece que hay mentes bastante confundidas o con prioridades bastante discutibles...que un embrión es el primer estadío de un ser humano (con todo el ADN programado para ser guapo,listo o aptitudes para la música etc)es un hecho objetivo demostrado por la ciencia salvo para los analfabetos o para los interesados en el negocio de su muerte.

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  3. Estimada amiga: tu jovial inteligencia rebosa de rebeldía, coraje y sentido común. Algo de lo que carecen la mayoría de los españoles.

    Eres la prueba de que no son necesarias las obligadas cuotas de participación femenina al estilo socialista.


    Lodicecincinato.tk

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