¿Dónde estoy?

¿Dónde estoy?

Esta mañana fui a caminar. Paseo matutino, con móvil en mano, como no puede ser de otra forma en los tiempos que corren (aunque sea un craso error).  Pero esta vez me vino bien, porque así voy a reflejar lo que vi.

Mis pasos me llevaron a un parque, un parque municipal. Al entrar encontré un lugar lúgubre, solitario. Era temprano, pero en otras ocasiones allí había alguna persona corriendo, alguien sentado en alguno de sus bancos, quizás alguien dando de comer a los patos… En su lugar me encontré en un lugar donde la vida humana brillaba por su ausencia, la animal se reducía a dos peces que a duras penas podían vivir en lo que antes era un pequeño lago en el centro del parque, una fauna abandonada, y una cantidad de basura ingente. En el espacio reservado para que los niños jueguen no había nadie. ¿Es temprano? Me dije, miré el reloj… no tanto. En la zona de recreo de los más pequeños más basura, las papeleras llenas. En aquél lugar había, no mucho tiempo atrás jugado con mi hija. Quizás había entrado en un lugar con paso prohibido. Retomo mis pasos hacia la puerta, y me cruzo con un señor que me saluda con educación y se dispone a sentarse en un banco, en donde hay justo detrás suya una “litrona” vacía tirada en el suelo, sigo caminando, y observo que el parque está abierto. Recorro el parque y al pasar por los servicios me encuentro cables arrancados ( ¿tendrán corriente? No pensaba comprobarlo).

En ese momento me decido a sacar el móvil y comenzar a hacer fotos de aquél lugar. Camino como puedo entre basura y hojas secas, árboles que se mueren por no atender sus necesidades más elementales, y restos de flora dónde antes había flores, que ahora brillan por su ausencia.

Recuerdo entonces que no hacía mucho el Ayuntamiento de este pueblo había inaugurado con todo tipo de honores aquél lugar. Una reforma que no debió ser barata.  Al salir veo un cartel en el que se dice que hay zona wifi, y me pregunto ¿no hay  ningún operario limpiando? ¿cualquier niño puede hacerse daño en la zona de juegos por la basura acumulada? ¿no hay vida “ordenada”, más bien parece una selva, lo que fue un buen parque? Y sin embargo hay wifi. Bueno, voy a comprobarlo: efectivamente: no hay wifi, sí eso : no hay wifi, mi teléfono es bastante moderno,  así que por mi parte digo que no hay wifi.

En aquél momento recordé un libro de la ideóloga de cabecera de Hugo Chaves, Marta Harnecker, con la que tuve el “placer” de comer cuando estudiaba en la Universidad, titulado “Reconstuyendo la Izquierda”, y que no deja de ser la ideología dominante en la izquierda hispanoamericana y europea. No han abandonado el  marxismo, y no saben cómo salir de la encrucijada en la que, teórica y prácticamente se encuentran. Llego a casa y releo algún pasaje. Transcribo aquí el siguiente: “No se trata de gobernar por gobernar, ni solamente de administrar la crisis, sino de gobernar de manera diferente mostrando a nivel local lo que la izquierda podría hacer a nivel nacional. Un buen gobierno local es, como decía, la mejor carta de presentación que hoy – en momentos de tanto escepticismo – tiene la izquierda”.

Dios santo, ahora lo entiendo todo (soy así de inocente), así va España.  Es el fiel reflejo de la gestión local de este pueblo.

Pero cuando leía este pasaje no paraba de pensar en dónde estaba. Cómo es posible que hace apenas unos meses se haya abierto un parque y esté en estas condiciones tan deplorables. Literalmente dejado de la mano de dios. Acudo a la web oficialista (que no pienso poner el link aquí) del pueblo y me encuentro con varias noticias con respecto al parque: wifi ( por mi parte insisto no hay, mi móvil será muy torpe), y un artículo que habla de que el Ayuntamiento intensificará la labor de limpieza en las próxima semanas. Serán próximas y lejanas, pero aún no desde luego.

El pueblo por supuesto es Mairena del Alcor,  y los responsables los actuales dirigentes socialistas y los medios oficialistas y oficiales que vierten mentira; o yo sigo siendo muy torpe y no entiendo las noticias que ahí se escriben para alabar al Ayuntamiento. En la web oficial del Ayuntamiento se habla de sostenibilidad, de medio ambiente… silogismos a pari, diría yo, o en román paladino: que dicen una cosa para no decir nada más que la misma cosa y  nada más: es decir lo que han hecho toda la vida los marxistas y sus herederos actuales, que son los que nos gobiernan tanto en España, en Andalucía como en Mairena del Alcor. Yo ya tuve mis más y mis menos con estos medios y yo lo llamaría el Granma mairenero. Ahí es dónde se engaña sistemáticamente al pueblo.

Pero qué ha pasado en ese parque. No es más que un simple ejemplo de la gestión socialista en este pueblo, en el vecino, en Andalucía y en la España de ZP. Es muy sencillo: Inauguración inicial, fotos, propaganda ( Pravda, Granma, Aporrea.org, etc). Una vez realizada la propaganda, el pueblo queda embelesado y a otra inauguración… ¡que hay que recaudar votos¡…, y quizás repartir dinero. Lo dicho hasta ahora es sólo para mantenerse en el poder y si no funciona, se saca un artículo diciendo que en las próximas semanas  se va a arreglar y a desviar la atención a otro lado. Es su táctica, la llevan aplicando más de un siglo.

Pero va más allá: es el modelo en sí es el que no funciona.  Gasto público (“el dinero no es de nadie”, mientras el paro no cesa de crecer) y cuando se ha invertido (tirado) el dinero, no hay para mantenerlo. Es el modelo cubano, el venezolano, el de la  extinta URSS y sus satélites, el de la mayoría de los países pobres de África o el de Corea del Norte. Y es el que siguen aplicando porque no tienen otro. No tienen otra forma de entender la economía y la gestión municipal, autonómica o nacional.  Y es preferible el poco dinero que haya en volver a inaugurar otro parque (más votos) antes que mantener el que hay, porque la propaganda va a hacer su trabajo. Eso es el socialismo del siglo XXI  ( el mismo del siglo XX: marxismo disfrazado de democracia: necesidad de tener un equilibrio entre los que aportamos día a día al fisco y los que lo gastan más que con un objetivo: seguir en la poltrona). Y  mientras aquél parque que en su día iba a ser la envidia de la comarca no es más que un basurero en el que no se puede transitar y que por supuesto no es aconsejable llevar a sus hijos.