sábado, 26 de febrero de 2011

Hoces y martillos





Mi tío Lucas trabajaba como Maestro Albañil en una próspera empresa familiar que se dedicaba a la construcción. Tenía bajo su supervisión un número considerable de obreros, unos cualificados y otros no tanto.

Mi tío era un hombre que dejó el campo para empezar una nueva vida en la ciudad. Era un hombre de hoz pero sin martillo; es decir, era uno de esos jóvenes jornaleros que de madrugada marchaban en silencio a los trigales y no volvían a sus casas hasta ponerse el sol. No era uno de esos que portaban en una mano una reluciente hoz sin mellas, por no usarse nunca; y en la otra un martillo aplasta cráneos de todo aquel que para ellos sea considerado burgués o reaccionario.

No, no era de esos tipos que roban la propiedad de otros para repartírsela argumentando el cuento de la función social de la propiedad. Mi tío vivía simplemente de su propio trabajo y esfuerzo.

Una vez emigrado a la urbe mi tío Lucas compaginó, durante los primeros años y con mucho sacrificio, su trabajo en el sector de la construcción con clases nocturnas de formación profesional con la intención de mejorar su categoría laboral y sueldo. Empezó trabajando de peón albañil y acabó de encargado de obra.

Un día Paco, un obrero especialista afiliado a un conocido sindicato comunista y miembro del Jurado de Empresa, órgano que representaba en esa época a los trabajadores de la obra; se acercó a mi tío, que estaba disfrutando del almuerzo sentado sobre una pila de sacos de yeso, y le dijo en voz alta con la intención de que el resto de comensales de obra le escucharan:

- ¡Maestro, existe una situación injusta con relación a Fernando, uno de los peones que tengo en mi cuadrilla!. Me refiero al nuevo contratado que hoy no ha podido venir a trabajar debido al nacimiento de su sexto hijo.

- ¿De qué se trata Paco?

Contestó mi tío mientras, tartera en mano, saboreaba los restos de una porción de tortilla española empapada en pisto manchego.

- ¡Pues que el hombre tiene que pagar su hipoteca, las letras del coche, de los muebles y de la televisión; alimentar a su mujer y a sus seis hijos; todo con la mitad del salario que tengo yo!. ¡Me parece tremendamente injusto y creo que debería comentarlo a los patronos para que le suban el sueldo!

Antes de contestarle, mi tío cogió la bota de vino, la levantó a dos palmos de la boca y se echó un prolongado trago. Luego cogió un cigarrillo, lo encendió con su viejo chisquero y se quedó meditando durante unos segundos mientras observaba una destartalada carretilla volcada en la cima de un montón de arena de miga.

- Paco, tu eres un trabajador cualificado y competente. Eres pulcro en tu trabajo y contigo aprenden mucho los nuevos peones. Es obvio que la productividad de tu trabajo supone para la empresa el doble que la de ese tal Fernando que tienes a tu cargo. Yo creo que esto aclara bastante el tema.

Paco se quedó dubitativo y a continuación tiró de consigna sindicalista.

–¡¡ Pero se deben corregir las desigualdades…….., el trabajo tiene una función social…., no es justa la discriminación salarial……. la clase obrera está explotada……!!

- ¡Vale, vale!, todo tiene arreglo- Exclamó mi tío y prosiguió hablando:

- ¡Vamos a ver! Aprovechando que hoy es el día que se abonan los salarios haremos una cosa. Cuando el Administrador me traiga los sobres de la paga para que luego yo los reparta como de costumbre, vamos a abrir tu sobre y el de ese peón del que hablas, sacaremos el dinero de ambos sobres, lo Juntaremos y luego haremos dos mitades iguales que meteremos en sendos sobres.

Paco y el resto de los compañeros, que escuchaban sorprendidos a mi tío, guardaron un largo silencio hasta que, de repente, empezaron a murmullar cuando en lontananza atisbaron al Administrador abriéndose paso entre el material de construcción y los montones de escombros de la obra.

Superado los obstáculos, el Administrador entregó los sobres a mi tío que procedió a repartirlos entre los trabajadores salvo el de Paco y el del susodicho peón, que los dejó para el final encima de un tablón situado a sus pies.

Sin demora y aún rodeado de docena y media de trabajadores que, con curiosidad, habían esperado impacientes ese momento; mi tío procedió a realizar lo que había dicho.

- ¡Vamos Paco, coge un sobre; no importa el nombre puesto que los dos tienen la misma cantidad de dinero!

Paco con remordimiento disimulado y mordiéndose la lengua cogió uno, se lo metió en el bolsillo y se dio la vuelta para volver al tajo.

- ¡Paco no seas estúpido y trágate tu orgullo!

Gritó mi tío con entereza.

- Piensa que además de éste hay otros meses en el año. ¿Qué piensas hacer en el futuro?. Debes saber que los patronos no van a pagar a ese peón un sueldo como el tuyo puesto que en ese caso contratarían antes a un oficial que a un peón; por lo tanto, ese hombre por el que te apiadas, se quedaría en paro. Tampoco pueden pagarnos a todos el mismo salario que el que recibe un peón con la intención de igualarnos a todos, puesto que los patronos saben que eso no es justo ni eficaz para que la empresa funcione porque así nadie se molestaría en perfeccionarse, ni en aprender más, ni en asumir funciones de responsabilidad. Es más, los patronos tampoco pueden pagar a todos, con la intención de igualarnos, el mismo sueldo que el que yo tengo que, como bien sabes, es superior al tuyo; puesto que la empresa ya no sería rentable y la tendrían que cerrar. En ese caso nos quedaríamos todos en el paro. Los patronos no tendrían problemas de subsistencia puesto que sólo con lo que obtuvieran por vender la empresa podrían vivir muy bien en Acapulco de por vida y sin complicaciones. En cambio nosotros nos moriríamos de asco. ¡Eso sí, todos iguales de parados y sin sueldo!. Habrías conseguido así, estimado Paco, la igualdad que reivindicas.

Mi tío se dirigió al resto de empleados que presenciaban el acontecimiento solidario, los miró a la cara en silencio durante un breve espacio de tiempo y arrancó diciendo:

- ¡Sé que algunos de vosotros no sois tan íntegros y bondadosos como Paco. Tenéis algo más de “mala leche” que, mezclada con envidia rastrera, os haría ir más lejos. Seguramente estáis pensando, presos de la ruindad que corrompe vuestro corazón, que a los patronos se les debería quitar su patrimonio a la fuerza! Yo a eso lo llamo robar. Seguramente querríais que se repartiera su empresa y ahorros con la excusa esa de la justa redistribución de la riqueza. Ese es un argumento que siempre ha traído y traerá a los seres humanos mucha desesperación, miseria y muerte.

Algunos de los presentes bajaron la cabeza mientras otros mostraban una fría sonrisa que cortaba el aire.

- ¿Creéis que vuestra pretenciosa superioridad moral como trabajadores “proletarios” os legitima para que podáis robar impunemente y con violencia el patrimonio y bienes de los patronos que os ofrecen trabajo que aceptáis voluntariamente? Patrimonio, claro está, que apresuradamente os lo repartiríais con ansia después de limpiaros la sangre. El final aberrante de la historia lo conocemos bastante bien allí donde se ha consentido tal atropello e injusticia. Es el socialismo revolucionario de siempre disfrazado de justicia social.

Las frías sonrisas se convirtieron en bocas apretadas.

- Si pretendemos vivir en paz y armonía debemos respetar al prójimo, sobre todo su vida; porque los patronos, al igual que vosotros los trabajadores, deseáis disponer de una renta para vivir y mejorarla con el tiempo. Unos, los patronos, obteniendo beneficios puesto que han arriesgado su patrimonio en una aventura empresarial que también les hace trabajar intelectualmente dirigiéndola y gestionándola; y otros, los obreros, cobrando un sueldo por nuestro trabajo manual. Ambas aportaciones son fundamentales para sacar adelante la empresa. Ninguno nos esforzamos por altruismo. Para eso ya existen las monjitas que lo hacen estupendamente y está claro que entre vosotros no observo ningún velo o manto bendito que cubra vuestras cabezas, sólo veo monos azules manchados de sudor, yeso y cemento cuyo bolsillo porta un sobre que os posibilitará seguir viviendo con dignidad gracias a vuestro trabajo y gracias a que existe está empresa que os ofrece un empleo.

Mi tío se dio la vuelta, abrió de nuevo los sobres, contó el dinero y puso en cada uno la cantidad que en un principio había. Luego le entregó a Paco el suyo y le dijo:

- Paco, abre los ojos y piensa que quizás algún día otros malnacidos estiman que tu patrimonio es superior al suyo; sobre todo ahora que acabas de heredar el piso de tus suegros, su casa del pueblo, varios viñedos y un olivar con el que te has comprado ese flamante SEAT 1200 rojo. Piensa que con la excusa de la justicia social te lo pueden robar todo impunemente ¿Dónde ponemos el límite de la riqueza? Ahora vuelve a la faena y mañana aconséjale a ese peón, Fernando, que para ganar lo mismo que tú sólo tiene que bregar en ser tan buen trabajador como tú lo eres. Dile que estudie, sea responsable en la vida y que no gaste lo que no tiene.

viernes, 25 de febrero de 2011

Liberalismo en la vida cotidiana

Tras una "discusión" con una ciberamiga en Facebook, en la que debatimos teóricamente si el liberalismo es o no compatible con el cristianismo y en la que niego rotundamente que el liberalismo haya sido el culpable, como afirma esta ciberamiga, de la generación de ideologías como el comunismo o el nazismo o la socialdemocracia (niego la mayor: nacen en defensa de los intereses de las clases dominantes, instaladas en aparatos estatales, contra una ideología que si el pueblo la conociera y la defendiera desaparecerían como casta). Pues lo dicho tras esa interesante conversación, pienso qué es el liberalismo para mí en mi día a día. Por supuesto no voy a entrar ahora en discutir si es o no compatible con el cristianismo: lo considero compatible ciento por ciento: podemos acudir a Ortega aquí. Será otro día.

La libertad individual es lo más hermoso y lo que más necesito en mi vida diaria. Capacidad de decidir por mí mismo, ser responsable de mis decisiones, y aprender de cada error que cometa, para poder decidir la próxima vez con más acierto, etc. Y lo más curioso y está descubierto desde hace siglos, es que esas decisiones hacen que el conjunto progrese, que mejoren sus condiciones, no sólo económicas. Pero qué sucede día a día, qué podemos decidir en nuestro día a día. Quiero ir a comprar ropa un domingo cualquiera... no podemos... los centros comerciales están cerrados; quiero acelerar mi coche nuevo... no puedo nos imponen límites de velocidad (tema muy actual, dicho sea de paso); quiero elegir el colegio de mis hijas: no puedo me lo imponen; quiero elegir qué educación darles: no puedo vienen "prediseñadas" (hay que hacer un formateo continuo para poder lograrlo), pues decido entonces educarlas yo: ilegal; quiero disponer de mi renta: no puedo, me la limitan, sustraen parte a impuestos y otras a seguros sociales que no utilizo; quiero disponer de un seguro médico privado: puedo, pero a costa de pagar dos; quiero un colegio privado para mis hijas: puedo pero a costa de pagar dos (y no quiero hacer incapié en el área económica, que no es el que más me puede interesar, aunque lo considere de lo más importante), etc.

Los Gobiernos se han convertido en dueños de nuestras vidas. En todos los ámbito dónde camino encuentro limitaciones, leyes, reglamentos y prohibiciones, mandatos y reglas: qué puedo y qué debo hacer y qué no. Y lo peor de todo es que no se ha hecho al estilo dictatorial, sino encubierto bajo la máscara de la Democracia. La mayoría acepta estos límites, ¿por protección, por miedo? lo acepta. Yo no quiero aceptarlos. Y mi idea no es basarme en un liberalismo extremista en que no existan reglas. Deben existir reglas, pero no debe existir una regla para cada acción que hago en mi vida. Tenemos que ponernos límites para una sana convivencia, pero no un amasijo de reglamentos ( y una burocracia detrás) que ahogue nuestro más preciado regalo: nuestra libertad.

Pongo el ejemplo de la intención de limitación de la velocidad, por ser tan actual. No se limita la posibilidad de fabricar coches que corran más allá de los doscientos kilómetros por hora, pero sí que en carreteras con posibilidades para llevar el coche a ciento cuarenta, éste lo haga. Sin entrar en el fondo de la medida, que por supuesto no es otra que recaudatoria, limita mi decisión individual de poder poner el coche a la velocidad que estime pertinente bajo mi responsabilidad. El papá estado nos dice qué es bueno para nosotros y nuestros conciudadanos, y qué actitudes hemos de tomar para no hacernos daño a nosotros o a los demás. Si me dicen aquí que puedo  hacerle daño a un tercero. Les digo: y por qué debo de abrocharme el cinturón, o por que no puedo hablar por el móvil pero sí ir comiéndome un bocata.

Son reglamentaciones que no sólo sirven como fin recaudatorio, sino que limitan gravemente nuestra libertad individual y diaria.

La normativa es tan extensa que sería necesario contar con un gabinete jurídico a nuestro lado para no cumplir con la misma. A nivel individual, como persona física que pasea. No hablo ni entro en las empresas, que por definición la tienen que tener, porque es imposible dar un paso sin que estés incumpliendo involuntariamente alguna norma: estatal, autonómica, provincial, municipal, o de cualquier organismo que se le haya dado potestad para legislar (y mejor no hablo de los convenios colectivos). Hablo exclusivamente de como seres humanos: están regulados por dónde circular en bicicleta o por dónde ir por el campo a pasear... está regulado por supuesto el tabaco... Miren ustedes: déjenme en paz.. dejen de regular... pero la culpa en definitiva la tiene el pueblo soberano que elije este tipo de sistema paternalista y sobreprotector antes que la responsabilidad que implica la libertad, y la casta política que gobierna o tiene posibilidades de hacerlo, que no cambiará ni un ápice.

Encima, tenemos que aguantar en cada crisis económica ( insistiré hasta la extenuación que antes  es institucional) que todo ese entramado crezca y crezca, argumentando que ha sido el mercado el que la ha provocado, cuando es justamente lo contrario: fueron las normativas las culpables. Engañan al pueblo, y aprovechas una nueva ola para ganar más poder, regular más, aumentar burocracia y lo peor de todo, y como consecuencia, limitar mi libertad y la suya.

Aclaración hecha hace tiempo y reitero tras tanto tiempo sin pasar por aquí. El nombre del blog fue elegido antes de que un partido político eligiese ese nombre para su campaña. No antes de que otro lo escogiera, de infausto recuerdo. Repetiré una y mil veces que "por el cambio" no es por el cambio de un partido por otro, aunque ahora sea vital, sino de un cambio de calado institucional sin el cual será imposible salir de esta crisis, y sin la cual yo no me sentiré libre más que en mi mente.

http://mairenadelalcorporelcambio.blogspot.com/

jueves, 24 de febrero de 2011

El Fracaso del Catálogo Gallego

            Acabo de recibir un correo del Colegio de Farmacéuticos de Pontevedra, donde viene un borrador del nuevo Catálogo de medicamentos que entrará en vigor a partir del 1 de marzo. Sin meterme en discutir la validez de un “borrador” a falta de un par de días para saber si será definitivo o no (que casi parece que nos están tomando el pelo con esto, aprobando normas que entran en vigor sin dar tiempo a nadie a poder cumplirlas con corrección), quisiera analizar un poco este nuevo Catálogo en función de tres factores: el antiguo (válido desde el 17 de enero hasta el 28 de febrero, es decir 45 días), los medicamentos excluidos e incluidos en ambos y los problemas ocasionados por su culpa.

            En primer lugar hay que decir que la mayoría (aproximadamente el 90%) de los medicamentos que fueron excluidos del Catálogo Gallego anterior ahora vuelven a estar incluidos dentro. Resulta que el 1 de marzo tuvo lugar la bajada de precios prevista, quedando la mayoría de ellos dentro de lo que se conoce como “precio menor”. Por lo tanto al gobierno gallego no le quedó más remedio que volver a incluirlos. Esta bajada de precios no es algo nuevo, sino que todos los años se hace (normalmente el día 1 de mayo, pero con esto de la crisis, al gobierno central le entraron prisas por demostrar que puede ahorrar, y así como el año pasado hizo 4 bajadas de precios, este año va por el camino y por eso la adelantó), conociéndose qué medicamentos bajan y cuánto bajan. Por ello el gobierno gallego no puede alegar “desconocimiento” al hacer el catálogo.

            En segundo lugar aquellos pacientes que por motivos de Catálogo vieron como sus medicaciones cambiaban, aquellos pacientes que no recibieron ningún tipo de información por parte de la Xunta o de sus médicos (todo el marrón recayó sobre las farmacias), aquellos pacientes que tuvieron problemas relacionados con la medicación por esta causa (sea que dejaron de tomar sus medicinas, sea que las tomaban mal, sea que duplicaban dosis, sean efectos adversos de los genéricos, sea lo que sea), ahora ven que pueden volver a la medicación que estaban tomando antes.

            En tercer lugar comentar que junto con este “borrador” del Catálogo, llegó una carta que desde la Consellería de Sanidade se envió al colegio, en la que (en un tono muy “político”) nos venía diciendo que a partir del 1 de marzo se dejaba de poder sustituir los medicamentos “libremente” (en teoría antes se podía hacer en Galicia… en la práctica, no existe sustitución libre, ya que sólo se puede sustituir por causas consignadas en las Ley del Medicamento), pero recordando que se haría la “vista gorda” siempre que se sustituyese un medicamento por otro que ya hubiese llevado antes para garantizar el cumplimiento del paciente en su tratamiento… lo cual, si se lee entre líneas viene a decir, que las sustituciones que la Xunta considera válidas son aquellas en las cuales se cambia un medicamento por su genérico siempre y cuando ese genérico fuese el que antes llevaba por causa del Catálogo. Ahora bien, creo que también se puede leer, que como se cambie el genérico que ahora llevan por el medicamento de marca que llevaban antes de que naciese este Catálogo, no se considerará una sustitución válida.

            En resumen. Los políticos han demostrado que sólo les interesa el “poder”. Con lo del Catálogo intentaron hacerle un órdago al Gobierno Central, el cual, todo sea dicho, les ha salido de maravilla, pues la Pajín, en consonancia con su gran gestión al frente del Ministerio de Sanidad, ha pasado olímpicamente de todo esto, mandando un recurso al TC tarde, sin mucho entusiasmo ni mucho interés en el tema. También han demostrado que los pacientes les interesan bien poco, pues cuando se leen las comunicaciones de la Consellería (y las del Ministerio… que son otros que tal bailan), se puede ver claramente que si es algo que ellos mandan, es “por el bien del paciente”, pero si es algo que el paciente demanda (o el médico o nosotros los farmacéuticos, en base a nuestros conocimientos y nuestra experiencia), no se le tiene en cuenta, no se le escucha y se le insulta o menosprecia por su “rebeldía”.

            Ahora el catálogo cambia… cambia hacia lo que ya teníamos… ¿qué sentido ha tenido entonces? La gente puede volver a llevar su medicación de siempre, pero durante un mes y medio, han estado con problemas de suministro (las casas de genéricos no dieron abasto a todo el nuevo stock que hubo que hacer), han estado con problemas de medicación, han estado con problemas graves que incluso han llevado a hospitalizaciones (en mi pueblo conozco 7 casos… y teniendo en cuenta que somos cuatro gatos, el porcentaje es bastante elevado). ¿Quién asume la responsabilidad de este fiasco? Lo peor de todo es que aún saldrá la Pilar Farjas diciendo que el Catálogo es todo un éxito y se han ahorrado “gritones” de euros… cuando la realidad es que si se mira el coste que se ha asumido a nivel hospitalario por culpa del Catálogo, fácilmente duplica o triplica el ahorro falso por precios menores de medicamentos.

            El Catálogo ha resultado ser un fiasco, un fracaso total. Los políticos nos lo venderán como algo bueno… y nosotros, que somos tontos, aún nos lo creeremos.

lunes, 21 de febrero de 2011

TV3 y libertad de expresión

Hoy en la Plaza de la Virgen, de mi querida ciudad había una concentración para protestar contra el cierre de TV3 en nuestra comunidad. Y a mi me da la risa. No por el hecho de que tengamos algunos canales menos que ver. Objetivamente eso me da pena. No soy fan de TV3. No me gustaba Son Goku. Y no los pillo aquí en la habitación de mi hotel. 

Cuando hay menos posibilidades de elegir, todos salimos perdiendo. Un desastre se mire por donde se mire. Menos canales, menos libertad. Desconozco las razones legales que alegan desde el gobierno pepero, pero si la ley permite cerrar una televisión esa ley es una ley perniciosa. Y si no lo permite... creo que lo llaman prevaricación. Al final, un asunto feo.

Pero como he dicho, me da la risa. Que desde ERC o desde ACPV (Acció Cultural del País Valencià) vengan voces que hablen de libertad de expresión me resulta cómico. Increíble, en el sentido estricto de la palabra. No me da para creermelo. Llámenme cortito. Creo que precisamente ellos, son los menos indicados para hablar de libertades. Unos por las barbaridades liberticidas que han perpetrado mientras han colaborado en el gobierno de Cataluña, inmersiones linguísticas a al cabeza. Los otros por pretender una catalanización de la Comunidad Valenciana (que es como se llama ahora) en contra de la mayoría de la población. 

Por muy tontos que seamos en mi tierra, alejados de la cultura y alienados, no parece que a la mayoría de los que pueblan el levante les vaya ser provincia de los maravillosos Països Catalans. Por muy maravillosos que los pinten. 

Yo personalmente defenderé siempre que todas las televisiones puedan emitir lo que quieran, me guste o no. Tengo un maravilloso mando a distancia y varios packs de pilas. Defenderé que los que quieran ser catalanes lo sean, mientras respeten a los que no quieren serlo y viceversa. Aquí es donde está el lio. Los derechos de unos contra los derechos de los otros. Hagan referendos, independícense si quieren, pero dejen que los que los que pensamos que el mundo camina hacia la unión de Europa y a la eliminación de fronteras, y que eso además puede que esté bien, tengamos nuestro sitio. 

Se sorprenderían de cuanto tonto alienado hay por ahi.


Publicado originalmente en Comentarios Otomanos

Extorsión "administrativa"

            Ayer en el Faro de Vigo (edición digital) viene la siguiente noticia: “En Pontevedra habrá muchos agentes de baja psicológica


            Según esa noticia, los guardias civiles de Galicia, en concreto los de la provincia de Pontevedra, verán peligrar sus sueldos en unos 240 euros mensuales (que se dice pronto), si no ponen más multas. Eso sí, sin especificar cuántas serían “apropiadas” (supongo que ni siqueira importa... quieren más y más y más... y da igual cuantas se pongan nunca serán suficientes).

            Esta noticia no es nueva. Ya desde hace tiempo viene siendo normal escuchar este tipo de cosas. Supongo que en más partes de España y no sólo en Galicia, si bien yo me entero de las gallegas porque suelen ser noticias de periódicos de tirada “local” y, a lo sumo, “autonómica”. Aquí, por ejemplo, vemos que esto ya pasaba en 2010 con la policía. Y seguro que si miramos hacia atrás en el tiempo, también existía… pero más de tapadillo.

            Hace unos días también me resultó curiosa una noticia (también del Faro de Vigo) donde se alardeaba de haber sido multado el primer peatón por cruzar en rojo.

            También tenemos de hace ya un poco más (el mes pasado) la noticia de que se multará a los peatones que no lleven dispositivos reflectantes.

            Viendo sólo las dos últimas noticias, se podría pensar que la DGT piensa en el bien del ciudadano, en el bien del peatón y del conductor, y por eso se dedica a poner multas, no con afán recaudatorio, sino con afán “aleccionador”. Pero entonces se ve la primera y ya todo encaja. Da igual que la gente no tenga ni la más remota idea de esas leyes (en los pueblos del rural gallego, donde la gente se dedica a cuidar la pequeña finca, a charlar en el bar o en la iglesia, la mayor parte de la gente ni se enteró de que de la noche a la mañana era obligatorio ponerse reflectantes). Da igual la “peligrosidad” del asunto. Da igual la “circunstancia atenuante”. Quieren la “pela”. Quieren el dinero.

            Entonces pienso en el significado de “Fuerzas del Orden”. Su propósito “fue” proteger al ciudadano.

            Entonces pienso en el significado de “Culpa”. En teoría cualquier persona es inocente hasta que se demuestre su culpa.

            Entonces me doy cuenta de que a veces peco de ingenuo. De que a veces soy demasiado idealista y optimista. De que a veces vivo en un sueño del que no quiero despertar… pues sé lo que encontraré cuando abra los ojos.

            Encontraré que las “Fuerzas del Orden” tienen como único propósito el sacar dinero de la gente (lo que antiguamente se conocía como extorsión).

            Encontraré que todo ser humano es culpable aunque se demuestre lo contrario.

            … Y no voy muy desencaminado. No se trata de pasar del optimismo onírico en donde me refugiaba al pesimismo realista que me rodea. Es pura y dura realidad. Menos mal que aún quedan buenas personas dentro de las Fuerzas del Orden. Gente que prefiere ser honrada a ser manipulada. Gente que aún sigue siendo un individuo independiente, por muy dentro de la masa que esté.

            Las leyes que atentan contra la libertad del individuo no son más que leyes absurdas que buscan la recaudación fácil. Como ejemplos de ellas tenemos la ley del “cinturón de seguridad”, la ley del “dispositivo reflectante” y demás (y eso porque hoy sólo quiero hablar de “Tráfico”). Yo me pongo el cinturón cada vez que subo al coche, pues es mi responsabilidad, es mi vida y, por muy “de bajón” que pueda estar algún día, le sigo teniendo aprecio. Pero es “mi” vida, y nadie me puede decir lo que tengo que hacer con ella. Si no me quiero poner el cinturón, viene “papacito Estado” y me multa por ello. No se dedican a obligarme a ponérmelo, ni mucho menos, simplemente me quitan un dinero por estar así. Si yo voy por la calle, de noche, en mi pueblo, ya me encargaré de ponerme algún tipo de dispositivo luminoso reflectante “por si acaso”… pero si no lo hago, es mi decisión, y no la de “papacito Estado” cobrarme por ello (pues en este caso, tampoco es que te obliguen a ponerlo, simplemente te cobran).

            Y como esos dos ejemplos, cualquiera que se le ocurran a los demás. De un tiempo a esta parte no se busca una educación correcta de la ciudadanía, una educación en unos hábitos de conducta social aceptables… lo que se busca es el dinero fácil. Y para ello nada mejor que un conjunto de leyes recaudatorias tan amplias y extensas (y, sobre todo “ambiguas”) que no dejen títere con cabeza.

            Claro que para ponerlas en práctica se necesita de la complicidad de las Fuerzas de Seguridad. Por el momento aún se van resistiendo… pobres de nosotros cuando ya no puedan hacerlo más.

            Después de todo, poner multas es un trabajo duro… y fácil. ¿Qué es más rentable? ¿Un infractor de 600 euros? ¿Uno de 100 euros? ¿Uno de 50 euros? La realidad nos dice que es más rentable el más bajo, pues si bien es menos dinero, es más la gente que comete la infracción leve. Si en un mes a lo sumo se pilla a un par de kamikazes de 600 euros cada uno, sin esforzarse demasiado, se pueden encontrar con 100 a 200 idiotas de 50 euros… cada día.

            Seamos serios. Tal cual están escritas estas leyes de tráfico, cualquier tipo de acción se puede considerar “infracción”. ¿Estás escuchando música por la radio del coche? Delincuente (se “presupone” que ibas distraído). ¿Estás con una mano en el volante y la otra en el pomo del cambio de marchas? Criminal (se “presupone” que vas a tener un accidente por conducción temeraria). ¿Estás en una rotonda y no has puesto el intermitente en la salida? Psicópata (se “presupone” conducción temeraria)…

            Y mejor no sigamos… que da igual lo que hagamos, que seguro que sin esforzarse demasiado se le puede buscar la multa.

            Y ahora que el peatón también está en el radio de acción de las multas… dejas de proteger a los unos… dejas de proteger a los otros… ahora les cobras a todos. Pues lo que empezó siendo una multa “aleccionadora” (que no veo yo muy bien donde está la lección… al chico le multan por su “temeridad”, a la novia, que hizo lo mismo que él, ni le dicen nada… ¿no es eso discriminación sexista?), con el tiempo (y vista la necesidad económica de todas las administraciones, no demasiado lejano) será a “todos” los que crucen en rojo (independientemente de si era peligroso, de si era una tontería, de si no venían coches, de si es un paso de peatones que se abre 2 segundos de cada 20 minutos… etc.), así como a aquellos que crucen sin mirar, a aquellos que crucen fuera (da igual que sea medio metro o medio milímetro) del paso asignado… incluso llegaremos al límite del absurdo yanqui, donde se multa a aquellos que van hablando por el móvil o escuchando música en sus MP3 mientras cruzan la calle (se les presupone que van distraídos).

            De un tiempo a esta parte parece que se ha perdido el norte. Las Fuerzas de Seguridad del Estado no están para defender “al Estado” sino para defender “al ciudadano”. Después de todo es el ciudadano quién les paga su sueldo. Es el ciudadano quién los ha contratado. El ciudadano, a todos los efectos, debería ser su “jefe”. Pero ya no es así. El ciudadano es el criminal peligroso. El ciudadano es el delincuente más buscado. El ciudadano es un atroz y vil engendro infernal que repta por las sucias calles delinquiendo simplemente con el aire que sale de sus corruptos pulmones.

            Lo que hay que hacer es educar a la gente en un único punto (el resto son secundarios). El concepto de Responsabilidad. La gente ha de hacerse responsable de sus actos. Si cruzas la calle en rojo sin mirar que vengan coches y un coche te atropella, no esperes que el seguro te pague… en realidad serás tú el que le pague al del coche, pues fue tu decisión hacerlo mal, y tu responsabilidad por el hecho. Si no te pones el cinturón de seguridad en el coche y tienes un accidente y te quedas paralítico, asúmelo, no es culpa del coche, es culpa tuya por idiota… es tú responsabilidad.

            Eduquemos en la responsabilidad y la gente aprenderá que cada acción tiene una reacción. Que hay que hacerse responsable de cada decisión que se tome. Y la responsabilidad hará que la gente tome las mejores decisiones posibles.

            Pero no interesa eso. Interesa más que la gente haga las cosas mal y se les cobre por ello. Interesa más que cuando la gente ya está hasta las narices de todo esto, y dejen de hacer las cosas mal, se “inventen” nuevas cosas que están mal, para así seguir cobrando por ello.

A esto hemos llegado. A la extorsión del ciudadano. Al robo a pleno día.

            Pero… eso sí… siempre “por nuestro bien”

jueves, 17 de febrero de 2011

Despierta!

Hace 15 años que no hay una comisión de investigación en el parlamento andaluz. En la Comunidad Valenciana, Camps y Luna y sus cuentas pendientes con la Justicia. Mas nombra a un condenado por malversación que fue indultado. Y así hasta la saciedad. 

Nos dejan de lado. Nos toman por el pito del sereno. Los partidos desprecian el motín 2.0 que pide un boicot electoral a PSOE, PP y CiU reza hoy un titular de elconfidencial.com. Han perdido el contacto con la realidad. 

Túnez, Egipto, Barein, Irán, Marruecos. Los pueblos se rebelan. Rebelémonos. Castiguemos a quién no nos tiene en cuenta. Busquemos otros partidos políticos, que los hay. Pensemos. Leamos por una vez 4 o 5 programas electorales y ¡ZAS! en el cielo de la boca. Y si no a la calle. A cada protesta. Acudir a cada manisfestación por aquello que no nos parece bien. 

Están en la luna. Hay que bajarlos. De golpe. Sin contemplaciones. Somos sus jefes. Pagamos sus sueldos. Ejerzamos el poder que tenemos. De verdad. 

Estamos dormidos. Despertemos. Si no, somos tan culpables como ellos. Tenemos lo que nos merecemos. 

Publicado en Comentarios Otomanos

martes, 15 de febrero de 2011

Suma y Sigue...

              Leo en la prensa de ayer que Mariano Rajoy dice que cuando llegue a la presidencia del gobierno no sólo va a mantener el Catálogo Gallego por todos los medios posibles (incluyendo, asumo, el no hacer caso de lo que diga el Tribunal Constitucional, que está pendiente… para que luego hablen del Estatuto Catalán), sino que además va a instaurarlo en el resto de las autonomías.

              Al margen de mi opinión personal sobre el tema (de sobra conocida por todos) esto es exactamente lo mismo que ha hecho Feijoo en Galicia. Impone algo que no tiene competencia para hacer. Pues Rajoy impondrá algo que no tendrá competencia para hacer.

              Ya lo he comentado otras veces. En un Estado Central, el que “manda, ordena y hace saber” es uno, y tiene autoridad para ello. En un Estado Federal, cada región tendrá a su propio mandatario y no podrá inmiscuirse en las políticas de los demás. En un Estado como el español, nadie sabe a qué atenerse.

              La Sanidad Española hace aguas por todos lados. Y nos venden ese hecho como que es culpa de las farmacias y de los enfermos. Pero al mismo tiempo nos venden el hecho de que la Sanidad Española es la “más mejor” del “mundo mundial”… Si lo analizamos en frío nos damos cuenta de la inteligencia que demuestran los políticos en este tema. Tenemos la mejor sanidad del mundo, y así seguirá siendo siempre que la gente no se ponga enferma y las farmacias no cobren.

              Apaga y vámonos…

              Así hasta yo monto una empresa fantástica de lo que sea. Sólo tengo que decir que es la mejor empresa del mundo (da igual de lo que sea), o lo sería si tuviera clientes y me pagasen. O también que es la mejor empresa del mundo, o lo sería si los clientes no me exigiesen nada a cambio de su dinero (en realidad mejor sería que no me “pudiesen” exigir nada). Aunque la verdad es que veo que la idea no va a funcionar… ya existe… se llama “papacito Estado”. Un ente superior que hace lo que quiere sin rendirle cuentas a nadie, que exige unos pagos a sus “clientes”, pero sin darles nada a cambio… y aún encima usa a esos mismos “clientes” como chivos expiatorios para todos los errores que pueda haber cometido (y que cometerá en el futuro).

              Aquí dejo un gráfico que me encantó. Es una imagen que muestra en qué se gasta nuestro dinero (y sí, es nuestro pues los ciudadanos somos los que lo hemos pagado). Id pasando el cursor por los distintos circulitos y veréis en qué se gasta “papacito Estado” nuestros ahorros. Seguro que pensabais que la “Más Mejor Sanidad del Mundo Mundial” costaría más dinero, ¿verdad? Y luego resulta que es una de las partidas que menos euros recibe. La mitad que el gasto en el Defensa… el doble que Educación… pero también diez veces menos que el gasto en “Asuntos Económicos”… y suma y sigue.

              Con esto ya tenemos una idea clara de lo que significa la manipulación política. Dicen que las cosas van mal… que lo que ellos hacen siempre es lo mejor de lo mejor… pero que falta dinero. Y luego usan del presupuesto general una miseria… así ya tienen la escusa perfecta para cobrar más por otras causas (eso sí, lo que cobren lo usarán en otras partidas… no sea que se acabe el chollo).

              El Catálogo Gallego es un absurdo político, farmacéutico y médico. La razón que esgrimió el gobierno autonómico para ponerlo en práctica fue el ahorro. Un ahorro “sesgado” ya que lo que se ganó por un lado, se perdió por otro (y mucho más de lo que se gana). Ese ahorro es falso en otro sentido. Resulta que todos los años los medicamentos tienen que bajar de precio por ley. Normalmente era el uno de mayo (una bajada anual). El año pasado hubo tres bajadas y este año se prevén otras tantas.  Es más, la primera bajada será en unos días, el uno de marzo concretamente. Resulta que en esa bajada los medicamentos que el gobierno gallego catalogó como muy caros y por lo tanto excluidos del Catálogo, pasan a estar ya entre los más baratos de todos… pero eso no significa nada para el gobierno gallego, ya que si fueron excluidos, ahora, aún cuando son igual o incluso más baratos que los incluidos, seguirán sin ser financiados, y eso demuestra que el ahorro no les importa lo más mínimo… sólo buscan medidas populistas que “vender” y así ganar votos.

              Este Catálogo también trajo consigo una serie de cosillas más, al margen de la visión económica, que ahora paso a relatar:

1.        Los enfermos perdieron la estabilidad que les otorgaba su medicación habitual. En el caso de pacientes con enfermedades agudas, el cambio de un medicamento por otro era de una importancia muy subjetiva, y casi inapreciable; pero en el caso de los enfermos crónicos (la mayoría), el cambio de un medicamento por otro puede ser muy grave o ser inocuo, pero eso lo determina un médico, no un político. Y si en lugar de ser un medicamento, son varios… la gravedad se multiplica.
2.        Los enfermos se quedaron en muchos casos sin poder seguir una medicación estable, y no por el cambio, sino por los problemas de desabastecimiento que ocasionó la medida (aunque el gobierno se haya dedicado en cuerpo y alma a asegurar que no hay problemas y todo va como la seda). Ahora mismo yo, por poner un ejemplo, llevo más de 5 días sin poder abastecerme de Pantoprazol 20mg, pues las marcas que lo fabrican (y que entran en el Catálogo) no dan abasto con ello y ahora mismo los distribuidores no tienen en stock nada. El lercanidipino estuvo en faltas en enero durante 15 días, hasta que la casa que lo fabrica pudo por fin aumentar su producción. Y como estos dos muchos más.
3.        Las farmacias se están viendo con el agua al cuello en muchos casos pues así como a ellas se les exige un cumplimiento exacto en los pagos, su cliente (por obligación legal) demora los pagos a su antojo (y que no se nos ocurra reclamar, qué aún nos caerán más palos), con los consiguientes desajustes contables (e intereses en préstamos añadidos). Además de encontrarse con stock de medicamentos en el almacén que ahí se quedarán hasta que caduquen.
4.        Los médicos se encuentran también con grandes problemas en las prescripciones, pues el IANUS (la base de datos de medicamentos del SERGAS) se ha modificado para adecuarse al catálogo con un código de colores muy confuso, pues mezclan las prohibiciones del catálogo (rojo) con los “stop” (también en rojo… estos últimos son aquellos medicamentos que por algún motivo recomiendan precaución y control en su dispensación, pero no han sido excluidos del catálogo). Así como también tienen problemas para poder prescribir medicación a aquellos pacientes complejos que necesitan un cuidado especial, ya que muchas veces el cambio de medicamentos puede ocasionar más mal que bien, y hay muchos medicamentos muy complejos que han sido retirados del catálogo.

              Voy a poner un caso, que algunos dirán innecesario, otros dirán exagerado y otros dirán indemostrable. Y la verdad es que sólo los últimos tienen la razón, pues es indemostrable, pero no por ello exagerado o innecesario, ya que la medicina se basa precisamente en la búsqueda de todos esos pequeños problemas que “puedan” provenir de la medicación, pues a partir de ellos es cuando aumenta la investigación y se demuestran dichos problemas. Si hacemos oídos sordos a todos estos, en realidad lo que estamos haciendo es quitarle importancia a algo que puede ser muy grave. Este es el caso de una señora de mi pueblo, paciente mía, de edad avanzada y polimedicada, a la que llamaré señora X.

              Esta señora X, de 85 años, falleció el jueves pasado (la noche del jueves al viernes) por causas desconocidas, si bien se achacó esta muerte a su edad, con gran posibilidad de un trombo cerebral, ya que una noche estaba bien (dentro de sus achaques y problemas) y a la mañana siguiente estaba muerta. Lo que se conoce como muerte fulminante. No ha habido autopsia ni ningún tipo de investigación (para casos como este no es necesario). Y la verdad es que en cualquier caso similar yo mismo diría que no es necesario. Pero este caso, al ser conocido por mí como farmacéutico, me hace preguntar un par de detalles. Esta señora durante mucho tiempo estuvo tomando Iscover (un antitrombótico) y que con lo del catálogo se le cambió a Clopidogrel (el genérico). Y resulta que después de unos días con este nuevo medicamento la señora muere, y se presupone un trombo cerebral.

              Puede que no haya relación entre ambos hechos. Puede que hubiera pasado lo mismo de seguir con el medicamento anterior. No niego ninguna de las dos posibilidades. Pero también puede que este trombo sea debido al cambio de medicación. También puede que estemos ante un efecto secundario de la medicación (los genéricos no pasan los controles que pasan los medicamentos de marca, ni los estudios previos… simplemente copian la molécula y “tiran pa’lante”, asumiendo que su medicación será igual que la otra, con los mismos efectos, tanto beneficiosos como perjudiciales). Como dirían en mi tierra: “Ni sí, ni no, ni todo lo contrario”.

              Y supongo que como este caso habrá muchísimos más, en los que no hay demostración posible de nada, pero que queda la duda. Y si hay una muerte de por medio, pues mayor ahorro para las arcas del gobierno, se ahorra en medicación, se ahorra en pensión, se ahorra en hospitalización… todo son ahorros.

              Y otro caso más sangrante aún, pues así como el anterior es grave, no es demostrable ni asumible, mientras que éste sí lo es. Y lo digo porque ni sabía que pasaba hasta hace unos minutos que entró un señor en la farmacia con una receta de Stilnox para otro señor (ambos bien conocidos por aquí, del pueblo), y (tonto de mí) se me ocurre preguntarle qué es de la vida del otro, que hace tiempo que no viene por aquí, a lo que me responde que está en el hospital. Y claro, entonces me salta la alarma. El Stilnox es un psicótropo, un medicamento de control especial por parte de la farmacia, y que, ante cualquier duda tenemos la obligación de preguntar primero y no dispensar después. Así que me dispongo a la ronda de preguntas y respuestas. Y el resumen viene a ser algo así:

El señor al cual la receta se hizo está en el hospital, pero la medicación que le dan allí no le hace el mismo efecto que la que tomaba en su casa. De forma que desde el mismo hospital, ante el hecho de no tener esa medicación (no sé la causa, si es que no la piden, se les agotó, o se la fumaron), decide entregarle la cartilla sanitaria al familiar que se encuentra con él y decirle que vaya al médico de cabecera para que le haga una receta de esa medicación y que la coja en una farmacia de fuera del hospital, y luego se la lleve al hospital, se la entregue a enfermería y ya se encargan ellos de darle la medicina con la pauta señalada.

              Es decir… que aquí tenemos un gran problemón. Primero que el hospital se ha lavado las manos en el trato al paciente, tanto a nivel de medicamentos como a nivel de médicos. Así, ante cualquier problema, siempre pueden argüir que la culpa es del propio paciente por llevar medicación de fuera. Además se aumenta el “ahorro ficticio” del hospital al no tener necesidad de tener medicinas… ya las traen los propios enfermos (o sus familiares). También se pueden usar los datos del hospital para falsear los estudios estadísticos, pues si el hospital no gasta en medicamentos, sus médicos no emiten cierto tipo de recetas, y su farmacia hospitalaria sólo dispensa cierto tipo de medicación, pero luego los enfermos toman otros medicamentos y por lo tanto se cura igual… al final el estudio “demostrará” que esa política de ahorro es “buena”, que el medicamento que se da en el hospital, con menos uso hace el mismo efecto, etc.

              La política está para la mentira y el engaño, la manipulación y el control. Y en el tema sanitario esto es muy grave. Pues mientras la sanidad en España sea monopolio estatal, al margen de que eso signifique que es cara, lenta y mala, cuando un político habla de ella, asumiendo que nos miente, nos engaña, nos manipula y nos controla… pues vaya “cristo” que se tiene montado entonces. Según el cuadro inicial, el gasto en sanidad es patético en comparación con el gasto general, pero aún así, en lugar de reducir en otras partidas donde se podría reducir mucho más el gasto, se siguen reduciendo en aquellas en las que ya está demasiado ajustado todo, con la consiguiente pérdida de productividad, de efectividad y de calidad final (aún más, que ya es decir), mientras se aumentan en otras donde no tiene mucho sentido (gastos absurdos como el plan E, el aumento de plazas de funcionarios, etc.)


              Y mientras no hagamos nada para remediarlo, así nos irá.

martes, 1 de febrero de 2011

Sonríe

1.- Por desgracia para todos la única resistencia unida en Egipto y con capacidad organizativa es la islamista. No creo que mejoren las cosas.
2.- Un juez encuentra conexiones entre los terroristas etarras y el Ministerio del Interior español.
3.- Un borracho arrolla el coche en el que iban la hija de un actor valenciano y el sobrino de un político catalán. Ambos fallecen en el siniestro.
4.- Greecia quebrará. Solo hay que ver como lo apañamos.
5.- Sube la inflación, los precios vaya, y sigue bajando el poder adquisitivo de los españoles.
6.- La Gobierno de Cataluña no tiene ni para pagar las nóminas, ¿o sí? Pero ya tiene embajador en Perniñán.
7.- ¿Reforma de las pensiones? Más de un experto habla de sistema en quiebra.
8.- Tu dinero y el mio se lo dan a otros para salvar sus empresas, mientras tu empresa y la mia se hunden.
9.- Si se te ocurrió comprar un piso, para tener tus ahorrillos, espero que no seas vasco.
10.- A la cabeza en el paro, en fracaso escolar y en el furgón de cola en I+D+i.

Alentador, ¿verdad?

Sonríe, mañana puede ser peor.

Publicado en Comentarios Otomanos