domingo, 18 de abril de 2010

Corazón liberal, alma conservadora


Traigo aquí una buena cita de Ronald Reagan que ha recuperado Suko para su blog Diario de un liberal: "Creo que el mismísimo corazón y alma del conservadurismo es el liberalismo. (...) La base del conservadurismo es un deseo de menos interferencia gubernamental o menos centralización de la autoridad o más libertad individual, y esta es una buena descripción general de lo que es también el liberalismo".

Ningún liberal, liberal clásico desde luego, debe temer al conservadurismo. Sólo deben temerlo los amigos del relativismo y enemigos de la libertad. Friedrich Hayek, en su obra "Los fundamentos de la libertad" afirmó que los liberales debemos tomar como alternativa el apoyar, en el terreno político, a los llamados partidos conservadores. Es cierto que pensaba en el conservadurismo norteamericano, no en el europeo. A este último se refirió al afirmar que, pese a las diferencias, los conservadores no eran desdeñables como dique de contención o freno en aquellas situaciones en que la deriva socialista amenazara con llevarnos por delante a todos. Pero, en lo relativo al conservadurismo estadounidense, Hayek defendió su unión con el liberalismo clásico en un mismo tronco ideológico. Es más, Hayek también expresó su desencanto con la palabra "liberal" en Europa y reconoció cómo el liberalismo europeo, de tipo racionalista (el cual lleva dentro el germen de su propia destrucción, al propugnar una sociedad sin Estado, sin autoridad mínima, el cual establezca el marco que garantice el ejercicio de nuestra libertad y su no perturbación), lejos de propagar la filosofía realmente liberal fue allanando el campo al socialismo y facilitando su implantación. No haría falta para los lectores habituales, pero recordar que en los Estados Unidos no existe la oposición terminológica europea entre "liberal" y "conservador": lo que entendemos los europeos por "liberalismo" es lo que cimentó la democracia americana. Los progres y demás izquierdistas se hacen llamar allí "liberals". Obama sería un "liberal". Cosas de la mala prensa que en Norteamérica siempre ha tenido el término "socialismo".

El conservadurismo ha sido, en los Estados Unidos, el garante para el liberalismo clásico, cohesionando liberalismo económico, libertad y responsabilidad individual, propiedad privada, familia y moral. En Europa tenemos un conservadurismo que, en muchos aspectos, es casi tan intervencionista como la izquierda, aunque defendiendo distintos principios. Por ese motivo, no pocos liberales europeos suelen recelar del liberalismo clásico, fundamentalmente, desconfían de sus ingredientes conservadores.

Pero hay que hacer una necesaria distinción que no tienen en cuenta nuestros liberales: el conservadurismo europeo (el continental, no el anglosajón) suele mostrarse bastante intervencionista en lo económico y su defensa del statu quo se basa en el mantenimiento de los privilegios de determinados individuos, de determinada casta o del Estado. No así los conservadores norteamericanos, quienes no quieren ni oír hablar de cambios que impliquen tocar la libertad individual y económica, la propiedad privada y la posibilidad de cada uno de buscar legítimamente de la felicidad. El conservadurismo en el mundo anglosajón considera que estos principios deben permanecer inmutables, jamás caducan, y se oponen totalmente a aventuras y procesos de reforma o de ruptura que puedan poner en peligro los mismos. Los procesos revolucionarios siempre nos llevarán a la anarquía o al socialismo, a elegir, en definitiva, hacer tabla rasa, cambiar las bases que informan la vida en sociedad, con las nefastas consecuencias económicas, morales y sociales que han tenido estas experiencias para el país que ha tenido la desgracia de padecerlas, nunca a la libertad.

Por este motivo, los Estados Unidos cuentan con una Constitución redactada e inspirada en estos valores con más de doscientos años de edad. El statu quo que defienden los conservadores estadounidenses y los es el que legaron los Padres Fundadores, quienes alzaron el edificio constitucional americano sobre la propiedad privada y la libertad, ambos íntimamente ligados, hasta el punto de que la propiedad privada es condición indispensable para la libertad, y todo recorte de la propiedad privada implica un recorte de la libertad. Este conservadurismo es el que defiende el liberalismo clásico.
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2 comentarios:

  1. Edmund Burke decía: "El jacobinismo es la rebelión de las mentes atrevidas de un país contra la propiedad. Cuando los hombre se asocian con el propósito de destruir las leyes y las instituciones que existen en su país; cuando tratan de buscar su seguridad mediante un ejército formado por individuos carenes de bienes a los que se les han entregado las propiedades de sus antiguos y legítimos propietarios; cuando una nación reconoce como válidas esas acciones; cuando no hace confiscaciones por los crímenes cometidos, sino que comete crímenes para hacer confiscaciones; cuando basa su fuerza y sus recursos en la violación de la propiedad, y masacra a todos los que combaten para lograr un gobierno legal y recuperar sus posesiones legítimamente heredadas, a todo eso le llamo "la institución del jacobinismo".

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  2. No sé si conoce este artículo: http://www.fundacionburke.org/wp-content/uploads/2008/01/whatis.pdf

    Saludos.

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