sábado, 24 de abril de 2010

No necesitamos un Estado mastodonte


Es frecuente que el típico pseudoprogre liberticida me formule la siguiente pregunta:

¿Sin Estado con que construyes hospitales que no son rentables para la iniciativa privada?

Mi respuesta es la siguiente:

La lógica nos dice que si no son rentables es porque no se utilizan o su utilidad es desproporcionada a los medios económicos que se invierten, dinero que podría destinarse a otros fines de mayor uso; sin olvidarnos que es el propio contribuyente quien sabe emplear mejor su dinero. No todos somos gilipollas, algunos no necesitamos a nadie que administre nuestra pasta por nosotros.

Entonces, si no se utilizan para que demonios vas a construirlos, sobre todo con el dinero de otro. A eso se llama robar por intereses personales o de partido.

¡Ya se, ya sé!. No nos podemos olvidar de aquel pobre niño diabético que vive aislado en una montaña. ¡Dios mío! ¿Cómo la sociedad va a abandonarle?.

Pues nada, al típico iluminado pseudoprogre que gobierne, tan buenista y demagogo, sobre todo con la intención de ganar las próximas elecciones, siempre decidirá gastar un dineral para crear una Dirección General, dependiente del Ministerio de Obras Públicas, cuyo nombre podría ser D.G. de Infraestructuras Ruinosas de Montaña, con su director general, subdirectores y los tropecientos asesores correspondientes, todos nombrados a dedo “of course”. Se necesitarán también muchos funcionarios, si son del partido mejor, así son más leales y palmeros. Todo ello con el objeto de construirle a esa desgraciada familia un centro hospitalario cercano con toda su plantilla y dotaciones.

No nos olvidemos de construir una carretera, con puentes y túneles incluidos para que se pueda acceder al hospital; y si ponemos una línea ferroviaria mucho mejor, de esta forma damos opción a los que quieren utilizar el transporte público ¿Y porqué no un aeropuerto inútil como el de Ciudad Real (Spain)?, ¡así la desgraciada familia podrá coger sus vuelos cerca de casa para irse de vacaciones a Cancún!.

¡Que bonito es todo! Esa familia perdida en la agreste montaña, los pseudoprogres, los amiguetes con los que se contrata la obra pública y el demagogo de turno que gobierna estarán felices gracias a los mentecatos que pagan coactivamente sus impuestos.

¿No sería más fácil que dicha familia se vaya a vivir a la ciudad para poder elegir libremente entre los recursos sanitarios públicos o de iniciativa privada que se ofrecen?.

¡ Bueno, si no estás de acuerdo tú y muchos pseudoprogres como tú, siempre podéis donar la mitad de vuestro sueldo con la intención de construir hospitales en lugares poco rentables para la jodida iniciativa privada, así podréis dormir con la conciencia tranquila sin necesidad de recurrir al dinero de otros !.

Los enemigos de la libertad rechazáis la privatización porque en realidad apreciáis la coacción política y, en la privatización, veis con temeridad el ingrediente básico de la sociedad abierta: la libertad de los ciudadanos. Se os llena la boca con el Estado de bienestar, con la necesaria dependencia del Estado; pero todo eso no es más que la institucionalización del parasitismo, camuflado en el sueño de la solidaridad obligatoria y el falso progreso social utilizando el dinero de otro. Un parásito siempre intentará engañar a su huésped para no ser detectado y eliminado. A veces lo consigue. Incluso le hace creer que resulta beneficioso para su supervivencia.

No debemos olvidar que un servicio privado, y esto está demostrado, ofrece siempre mayor calidad a menor coste porque está mejor gestionado que los servicios públicos. Existe un dicho famoso que nos ilustra esto: “lo que es del común es de ningún”.

Recordemos al exministro de sanidad socialista, don Bernat Soria que aseguró que la sanidad en España, el más esencial de los servicios públicos, es universal y “gratuito".

¿Gratis?, ¡ y un carajo! Cada año los ciudadanos son forzados por el Estado a pagar más y más pasta para la sanidad, que según el exministro es falsamente gratuita. Menudo engañabobos está hecho. Pero, ¿podemos denunciar este robo y decidir donde gastar el fruto de nuestro trabajo? No, eso es imposible dirán los pseudoprogres liebrticidas, porque en ese caso nos inclinaríamos a favor de la libertad y no interesa que las masas tengan libertad puesto que sería difícil dominarlas.

Proclamaba el socialista Soria que la coacción es siempre bienvenida, porque la sanidad pública “no tiene precio”. Recordemos también como otra iluminada de su calaña, la mediocre exministra socialista egabrense, salió a escena afirmando que el dinero público no era de nadie. ¡Que cara tienen estos amantes del dinero ajeno!.

Reflexionemos con relación a la educación pública. Su función será acabar con el analfabetismo posibilitando que todo el mundo pueda formarse lo mejor posible para ser capaz, en el futuro, de sostenerse por sí mismo. Sin embargo, la ausencia de incentivos impide con frecuencia que la educación que se ofrece desde el sector público sea de calidad; impidiendo alcanzar dicho fin.

Pocos maestros funcionarios se esfuerzan, o bien, pocos directores funcionarios de escuela pública evitan enfrentarse con los docentes (la mayoría integrados en sindicatos sectarios) y exigirles resultados. Ellos saben que al final se esfuercen o no, a todos, les van a pagar lo mismo. Además está el problema del mangoneo político de la enseñanza. Me refiero a la manipulación de los alumnos por el gobierno de turno, ya sean gobiernos socialistas de derechas o gobiernos socialistas de izquierdas.

Los socialistas de todo color suelen desvirtuar por completo el concepto de lo social, que en vez de ser el producto de relaciones espontáneas, altruistas y voluntarias entre individuos libres se transforma en burocratización estatista establecida mediante la coacción.

Los ciudadanos deben exigir menos Estado y más libertad para ser responsables de sus vidas, sin que papá Estado se dedique a la fatal arrogancia de saber mejor que nosotros mismos lo que nos conviene.


http://tu.tv/videos/el-estado-somos-todos-y-un-carajo-


www.lodicecincinato.blogspot.com

1 comentario:

  1. Estimado Cincinato, como siempre "lo has clavao", como dicen por aquí. Me gustaría destacar dos aspectos de los que has señalado magistralmente, a saber: (i) Los progres tienen miedo a la libertad, porque tendrían que buscarse la vida, y no vivir a costa de nuestros impuestos y nuestro trabajo. Es así de sencillo. O bien tienen miedo y prefieren seguridad a costa de libertad. La libertad exige esfuerzo, responsabilidad y atenerse a las consecuencias de nuestras propias elecciones ( unas veces acertamos y otras fallamos, y en estos casos nos encontramos solos, eso es insoportable para un progre, no puede soportar que se equivoque y se vea solo sin protección de un papá estado). Y los hay, como comenté antes que viven de nuestros impuestos. Esos son los progres que lo son por conveniencia: su forma de pensar y su vida no tiene nada que ver: viven en una especie de Matrix: piensan o se convencen de una forma y hacen lo contrario. Piensan en hospitales públicos, en colegios públicos, ..., pero sus hijos van a colegios privados, viven en urbanizaciones de lujo, etc. Y (ii) Como bien apunta está más que demostrado que lo público es ineficiente, y que lo privado garantiza eficiencia. Por qué he de pagar impuestos para crear colegios públicos si mis hijos van a uno privado. Por qué he de pagar impuestos para una sanidad pública, si tengo seguro privado. Por qué he de pagar impuestos para una jubilación (escasa, injusta y que probablemente no me llegue) cuando hago aportaciones mensuales a un plan de pensiones y ahorro para mi futuro; etc. Hay determinados "sitios" en donde el Estado ha de estar: ha de garantizar el cumplimiento de las leyes, ha de garantizar que todos los ciudadanos libres tengan un buen sistema sanitario y educativo, así como garantizar que las personas que queden en paro transitoriamente tengan una cobertura mientras encuentra otro trabajo, por ejemplo. Pero eso no significa que tenga que ser el Estado quien lo gestione, sino quien lo garantice, que son cosas muy diferentes. En Suecia se han puesto en marcha privatizaciones de lo que antes gestionaba (pésimamente, puesto que quebró) el Estado, y funciona a las mil maravillas.
    En definitiva, muy buena entrada, como es habitual en usted, y reciba un cordial saludo.

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