martes, 19 de enero de 2010

La anomalía fue lo de 2008


Es algo que, evidentemente, no tiene apenas eco informativo aquí, pero, este martes, Barack Obama se enfrenta a una nueva prueba de fuego, de la que está por ver si sale airoso. Se celebran elecciones en el estado norteamericano de Massachussetts para elegir el sucesor del senador demócrata Ted Kennedy (hermano de JFK, recordemos), fallecido en agosto del año pasado, a consecuencia de un tumor cerebral maligno, y quien había ocupado el cargo de senador por este estado desde 1962.

Massachussets puede considerarse el estado progre por excelencia, con un control que dura décadas por parte de los demócratas. En las presidenciales de 2008 Obama obtuvo 1.891.083 votos populares frente a los 1.104.284 que consiguió McCainn, aunque las tornas parece que pueden cambiar en esta ocasión en favor del Partido Republicano.

Tras el resultado de las elecciones estatales y locales de Virginia y Nueva Jersey, celebradas a principios de noviembre, y el jarro de agua fría que supusieron para la izquierda norteamericana en general y para el Partido Demócrata en particular, y con la popularidad de Obama hundida en el 47%, frente al 68% de justo hace un año, el faro mundial del progresismo puede quedar aún más bajo mínimos y ser la constatación de que la refundación de Estados Unidos bajo postulados socialistas (previa redención, a ojos de los progres, de los, hasta entonces, malvados e imperialistas yankis), que algunos quisieron ver en noviembre de 2008, no ha sido tal. Entre otras cosas, el republicano Scott Brown se ha comprometido a votar contra el plan de socialización de salud promovido por Obama, de ahí la importancia crucial de lo que ocurra en este estado, puesto que los demócratas perderían la mayoría de 60 votos en el Senado. Los conservadores norteamericanos no están muertos, en absoluto, y, sin hacer grandes méritos, bien es verdad, sí están sabiendo aprovechar las torpezas y el sectarismo de Obama. Gracias, en buena medida, a que Estados Unidos es liberal-conservador, pese a que gran parte de los votantes se decantasen por él frente al insípido John McCainn, desencantados con Bush, hartos de la guerra en Irak y Afganistán y en medio de una grave recesión económica.

Para experimentos socialistas, y sus nefastas consecuencias, Europa, no Estados Unidos, parece entender el pueblo americano. Obama no es un centrista como Bill Clinton, sino alguien con una agenda política radical y una disposición firme a llevarla a cabo para transformar la sociedad americana según el patrón clásico del socialismo. Pero hete aquí que los americanos están oponiendo una resistencia que el socialismo no se está encontrando en otros sitios, prueba de ello son las multitudinarias manifestaciones populares, calificadas peyorativamente por los medios de comunicación progres de aquí y de allí como algaradas minoritarias organizadas por ultraconservadores, frente a sus medidas tendentes a instaurar el Gran Gobierno en Estados Unidos.

La anomalía, lo de 2008.


Obama, palpable decepción. Por Aníbal Romero
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Elección en Massachussets, desastre en potencia para Obama. MSN Latino Noticias
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Cálculos electorales para 2010. Por Alberto Acereda
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