viernes, 18 de diciembre de 2009

El Partido Popular también forma parte del circo


Nadie duda que la campaña de criminalización contra el Partido Popular, a quien se le hizo responsable de la masacre del 11M, produjo el efecto de dejar el camino libre para que desde partidos opuestos se tomara el control inicial de las movilizaciones ciudadanas afligidas por la matanza.

Posteriormente hemos visto el nuevo protagonismo estelar de los dirigentes del actual Partido Popular renegando de sus bases y optando por la simbiosis con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), o sea, el Partido Popular ha optado en sumarse sin reparo al circo de lo políticamente correcto.

¿A qué responde La tibieza que actualmente demuestra el Partido Popular de Rajoy?. ¿Qué le pasó al Sr. Rajoy durante su estancia en Méjico después de perder las elecciones?

No hay que ser muy inteligente para saber que la manipulación en las conciencias ciudadanas o el propio atentado del 11M, no fueron las causas únicas por las que el Partido Popular perdió, de nuevo, las elecciones.

Fue el mismo Rajoy y sus acólitos socialistas de derechas quien las perdió cuando, con debilidad, decidió aceptar sumiso esa imagen que los socialistas de izquierdas tenían de su partido, una imagen referenciada en la guerra civil, cuando ni siquiera existía el Partido Popular en esos años, una imagen referenciada en la catástrofe del Prestige, o una imagen referenciada en la segunda guerra de Irak; pero todo va más allá. Las cargas de profundidad van dirigidas a los fundamentos ideológicos y culturales del electorado no socialista.

Matizo en lo de “segunda guerra” cuando me refiero a la intervención bélica en Irak puesto que os recuerdo que existió una primera guerra en Irak con militares españoles que estaban cumpliendo el servicio militar obligatorio y que fueron enviados a la fuerza por Felipe González; pero al ser éste del PSOE la primera guerra siempre será buena y la segunda no. ¡Que cosas que tiene pertenecer a la secta!. Ellos se sienten únicos legitimados para determinar si una guerra es justa o no, pero esto es posible gracias a la existencia de millones de zoquetes que aplauden tal gilipollez o que se entusiasman con el nuevo premio Nóbel al pacifismo bélico color chocolate.

Rajoy y sus adeptos aceptaron sin rechistar la versión zapaterista de la segunda guerra, sin darse cuenta de que al hacerlo hicieron suya también la caracterización de belicistas, mentirosos y antidemocráticos que les habían endosado.

Todo sabemos que los dirigentes del Partido Popular han deambulado, durante éstos últimos años, por los medios de comunicación, desde los que se les había llamado asesinos, para someterse a un martirio de entrevistas en las que sólo se respiraba ira y desprecio. La fonoteca de la cadena Ser y la hemeroteca del periódico El País están repletas de disculpas, disimulos y huidas de estos personajillos de escasos principios.

Pero cuanto más intentaron los responsables del Partido Popular escapar del estigma de la guerra iraquí, más se intensificó la presión del socialismo de izquierdas hacia ellos, persiguiéndoles aún con más ahínco. Este arrodillamiento sumiso nunca aplacó o aplacará a sus maltratadores.

www.lodicecincinato.blogspot.com

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